09

15 2 1
                                    

Pov. Taehyung

Había pasado un mes en el que acostumbré a salir con Jungkook cada uno de los días en los que venía a trabajar de modelo. Las no definidas salidas convertían las horas en instantes, y cada vez que nos despedíamos ansiaba verlo de nuevo en la siguiente.

Sin embargo, no podía considerarlas propiamente citas, pese a que me gustaría mucho que lo fueran e incluso había bromeado con ello, y era básicamente porque yo tenía un destinado. Me parecía algo egoísta de mi parte recordar la ilusión que me hizo saber que entre el alfita bebé y mi amigo rubito no había nada a pesar de tener esa conexión entre ambos, y a la vez no querer renunciar a mi propio destinado.

Más que no desear hacerlo, yo tenía miedo. Miedo a perder algo muy importante que podría no recuperar si tomaba la decisión de alejarme. Miedo a actuar de la manera incorrecta, de no hacer lo que se debía hacer. Mis ideas sobre las imposiciones sociales y los estereotipos siempre habían estado más que claras para mí, eran absurdos e innecesarios, y no había porqué obligarse a seguirlos. No obstante, al margen de mis intereses y valores reivindicativos, siempre fantaseé con enamorarme y formar una familia. Desde niño había creído en las fantasías de los destinados, y, aunque con el tiempo pensé que eran irreales, en mí siempre permaneció la esperanza de encontrar al mío.

Por eso, cuando por fin lo había encontrado, cuando había conocido al omega de carácter fuerte, inteligente, hermoso y de delicioso aroma a mis galletas preferidas, entonces me encontré con el repulsivo y a la vez adictivo aroma a café que iba acompañado de los ojos más absorbentes y encantadores que había visto jamás, haciéndome dudar de todo lo creído y lo soñado, de todas mis convicciones y anhelos, para hacerme perderme a mí mismo y luego encontrarme en sus dulces y brillantes pupilas.

A lo largo de las últimas semanas no había contactado demasiado con Min, y el caos en mi cabeza me instaba a llamarlo y confesarle mis inquietudes. La verdad es que, dejando de lado el hecho de que era mi destinado, había podido conocer a Yoongi y saber que era una persona buena y comprensiva, y sobre todo, razonable, por lo que quería ser sincero con él y explicarle mis sentimientos y dudas, con la esperanza de poder recibir una respuesta esclarecedora. En otra situación lo hubiera comentado con Jimin, pero sabiendo lo que seguramente sentía por Yoongi, consideré mejor pedirle consejo directamente a mi destinado.

Fue por este motivo que le envié un mensaje con la intención de volver a quedar, aunque tanto mi lobo como yo teníamos claro que preferíamos ir con otra persona.

Desgraciadamente, el día de la cita con Yoongi coincidió con un día de modelado de Jungkook, por lo que romper el patrón de lindas salidas fue un poco difícil para ambos. Me disculpé lamentándolo sinceramente, y mi corazón se rompió un poquito al verlo sonreír con ojos tristes diciendo que no pasaba nada. La anterior emoción brillante y arrolladora que mostraban aquellos luceros cuando lo vi correr hacia mí, desapareció para despedirse con una suave sacudida de su mano que quería asemejarse a su característico saludo infantil, pero que por su decaído estado de ánimo no logró realizar.

Yoongi me estaba esperando en la misma cafetería donde quedamos la primera vez, mirando por la ventana a los pocos transeúntes que paseaban a esas horas de la tarde, tal y como descubrí que gustaba de hacer cuando se encontraba a solas con sus pensamientos.

-Hola, Yoongi. - Lo saludé con una sonrisa llamando su atención, devolviéndome el gesto levemente con ojos amables.

Me senté y suspiré antes de centrar mi vista en sus ojos felinos. Un camarero se acercó inmediatamente a tomarnos el pedido, y ya imaginando lo que diría, Yoongi pidió por ambos, ordenando un café solo para él y uno con leche para mí. Sonreí ante eso. Luego recordé una vez más que no me gustaba el café, pero que de todos modos lo hubiera pedido porque disfrutar de ese olor particular se estaba volviendo mi adicción. Suspiré de nuevo cansado de mis batallas internas y me centré en mi acompañante.

Take your hand - Kooktae/TaekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora