8- Y esta chica de donde salió 🎧

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— Descansa, Zoe. Yo ya me voy a la cama, no estés mucho tiempo fijando la vista en esa laptop — me dice mamá desde la puerta de mi habitación. Yo la miro y asiento.

Estoy indagando en redes sociales hasta que me llega un mensaje de esa persona.

Es alguien desconocido; ni esa persona sabe quién soy ni yo sé quién es. Hace un año que nos escribimos; ha sido de gran compañía.

M.P., ese era su nombre de usuario, así que no podía saber si era chica o chico, pero no era de mi interés saberlo.

M.P:Hola, Z. ¿Cómo estás hoy?

mi usuario tiene el nombre de Z, así que M.P. tampoco podía saber mi sexo y tampoco nunca lo preguntó.

Yo: No muy bien, fue un día horrible.

M.P: ¿Por qué? Si quieres, puedes contarme.

Yo: Hoy, mamá me envió a la panadería y casi me atropella una motocicleta. Gracias a un chico que me jaló del brazo, no me pasó nada, pero lo peor es que después de eso me dio un ataque de asma. Ya sabes que cuando me pongo mal, me da asma. No le puedo agradecer con palabras, entonces le di un pan.

M.P: Entiendo, pero está todo bien ya, no te pasó nada, ¿verdad?

Yo: No, no me pasó nada, estoy bien. Cuéntame de ti, ¿cómo pasaste el día hoy?

M.P: Mi día estuvo normal, como siempre, las clases, los estudios, ya sabes. Te puedo preguntar algo?

Yo: Sí, claro, dime.

M.P:  Quiero saber si ya pensaste en regresar a la preparatoria. Quiero que esté todo bien contigo.

Yo:  No creo que sea una gran idea regresar, tengo miedo.

M.P:  Z, sé que es difícil; recuerda que pasé por una situación así después de la muerte de mi padre, y también estuve asistiendo al psiquiatra. Lo mejor para ti será empezar de nuevo. Prométeme que lo pensarás.

Yo:Está bien, te lo prometo, amix. - Le digo amix ya que no sé si es chica o chico.

M.P:  Tengo algo en mente. Quizás te guste o quizás no, pero ya llevamos tiempo chateando y me gustaría que un día nos conociéramos. Eso me emociona mucho, también quiero conocerte.

Yo: Sí, también te quiero conocer. Dime cuándo y dónde.

M.P:  Después de que regreses a tu preparatoria, así que con esa condición te citaré en alguna parte de la ciudad y nos conoceremos.

Yo: Me la estás poniendo difícil.

M.P:  Nada en la vida es tan difícil ni tampoco fácil, pero siempre que se quiere, se puede. Solo piénsalo.

YO: Descansa M.P. :)

M.P: descansa Z. ;)

Sus palabras me habían puesto a pensar si realmente quería hacer algo; solo me tenía que esforzar. Tenía que poner fuerza para lograr algo si quería regresar a la preparatoria, pero le tengo miedo a ser la rara y ser el centro de atención y burla.

Pero ya tenía a Vicky; al menos ella había sido amable conmigo. Podría ser un buen comienzo.


*****

Me levanto muy temprano, me pongo el uniforme y bajo las escaleras muy apresurada. Voy directo a la cocina donde están mamá y Jack. Al llegar, Jack está sentado en la mesa con un trozo de pan en la boca y mamá está de espaldas a Jack sacando algo de la sartén. Yo me paro enfrente de Jack, él abre los ojos lo más que puede y, sin despegar los ojos de mí, toca a mamá y me señala. Mamá se voltea, abre su boca y, con su mano, vuelve a taparla.

- Zo- Zoe, ¿de verdad? - dice mamá, tartamudeando al hablar. Yo asiento.

Mamá corre y me abraza muy fuerte; sus lágrimas comienzan a salir, lágrimas de felicidad. Jack también se levanta de la mesa y me abraza junto a mamá.

- Esa es mi brujita, - dice Jack mientras los tres nos abrazamos.

Me quitó los audífonos y los colocó en mi cuello, tomo una profunda respiración antes de quitarme el cinturón. Observo desde la ventanilla del auto cómo van llenando chicas y chicos; unos están riendo, otros caminan solos, otros llegan en autos, caminan con su teléfono en las manos, y otros van en grupos de amigos.

- ¿estarás bien? - dice mamá, algo preocupada. - ¿cogiste tu inhalador? - yo asiento. Mamá saca de su bolsillo un pequeño pedazo de papel y me lo entrega. - Mira, ese es el número del salón al que irás. En el papel decía salón 6, casillero C; me sonrío un poco.

Recuerdo que Vicky dijo que su salón es el 6 y, por suerte, iría al mismo salón. Ya con eso me sentía muy aliviada. Me quito el cinturón y le doy un abrazo a mamá.

- Si sucede algo, no dudes en llamarme, ok, mi niña - me dice mamá con los ojos empañados. Yo le acaricio su mejilla, haciéndole saber que todo irá bien.

Me bajo del auto y me despido de mamá agitando mi mano. Mientras la veo alejarse, me doy vuelta, me pongo mis audífonos, meto mis manos en los bolsillos del suéter y comienzo a caminar. Cuando me adentro en el pasillo, nadie me mira; todos están ocupados abriendo sus casilleros y otros están en sus celulares. Mi casillero es el C; comienzo a caminar buscando la letra C. Cuando por fin la encuentro, la abro y coloco mi mochila dentro. Saco una libreta y un lápiz y me dirijo con mis audífonos puestos hacia el salón 6.


Trato de controlar mi respiración antes de entrar al salón. Doy un paso y, como era temprano, no había casi nadie. Solo había una chica de cabello rubio y un chico sentados muy juntos; al parecer, eran pareja. Dos chicos más estaban escribiendo algo en la pizarra, uno de piel muy oscura y otro de cabello muy corto, casi con la cabeza rapada. Se reían de lo que escribieron en la pizarra; era un muñeco dibujado de palitos y una gran cabeza. Encima decía: 'Soy Iván y les confieso que soy gay.' Nadie me mira y me dirijo hacia la mesa del fondo. El salón se comenzó a llenar, entra una chica con una cola muy alta y muy erizada, se veía muy cool. Ella saluda a la chica rubia que está junto al chico y se sienta en la mesa enfrente de ellos.

- Hola, lleguo por quien todos lloraban. -  Dice un chico de cabello muy oscuro y al ver lo que decía en la pizarra, empieza a quitar lo que había en ella con el borrador: - César y Apolo están muertos - grita refiriéndose a los chicos que estaban escribiendo cuando llegué.

El chico que al parecer se llama Iván empieza a golpear a los que mencionó; en realidad, era como una pelea de amigos.

- Pero Iván, no fuimos nosotros, dice uno de los chicos y comienza a reír.

- Ah, no. Y entonces, ¿quién fue? El chico de piel oscura mira alrededor sin saber a quién culpar. Su mirada cae sobre mí y me señala. Yo abro mis ojos y al mismo tiempo bajo la cabeza. Joder, y aquí vienen los problemas. El chico se queda mirando hacia donde estoy.

- ¿Y esta chica de dónde salió? - pregunta Iván.

Todos voltean a mirarme, mi corazón empieza a acelerar muy rápido.



El Silencio De ZoeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora