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En la vida hay que pasar por varios obstáculos; uno cae, pero debe aprender a levantarse.
Mamá está hablando con el Dr. Sánchez; él le dice que aún no hay ningún tipo de mejoría, que hay que esperar un poco. Él me mira y me dice que todo irá bien. Yo solo bajo mi cabeza y meto mis manos en los bolsillos de mi suéter.
- ella necesita seguir viniendo. - el Dr le da una palmadita a mamá en el hombro.- estarás bien hija. - me sonríe mamá, una sonrisa fingida.
Mamá hace un mes me empezó a llevar con un psiquiatra; sé que ella está sufriendo porque no hablo, pero no siento la necesidad de hacerlo. No quiero hablar con nadie y tampoco que nadie me hable.
La extraño tanto.
Recuesto mi cabeza en el asiento del copiloto mientras mamá conduce hacia casa, ahí mirando por la ventanilla. Recuerdo la voz de Zoi diciéndome que era la mejor hermana mayor del mundo mientras ella practicaba sus maquillajes con mi rostro. Era tan alegre, una chica con ganas de vivir; era como el sol de las mañanas, todo brillaba a su alrededor, y de un momento para otro, ¡pum!, de suicidio.
Llegamos a casa y rápidamente bajé del auto y subí las escaleras hacia mi habitación; era mi lugar seguro, donde podía respirar con facilidad. No había nada mejor para mí que estar en mi habitación escuchando música con mis audífonos tapando por completo mis orejas y escribiendo en mi laptop. Así, me sentía bien; no necesitaba más.
Escucho los pasos de mamá acercándose antes de sacarme la ropa para meterme a la ducha.
- Zoe, ya la cena está; cuando quieras, bajas. - Yo solo la miro y asiento.
Ella solo me mira con esos enormes ojos, ojos de tristeza. Sé que ella también está afligida; ha perdido a su hija y es triste.
Me meto a la ducha; cuando salgo, me pongo mi pijama para bajar. Me veo al espejo y trato de desordenar aún más mi cabello oscuro, siempre tratando de que no se me viera del todo mi rostro. Mi cabello llegaba hasta mi cintura y siempre lo mantenía suelto.
El delicioso olor del pollo al horno de mamá invade por completo la casa.
- Hola, familia. - es Jack, el esposo de mamá. Es un hombre realmente agradable.
Él ha estado apoyándonos desde la muerte de Zoi y me trata como a una hija. Antes tenía miedo de que todo fuera como antes, de que la casa fuera solo de llantos y gritos, pero no es así; ahora todo es tranquilidad.
Mamá le sonríe y se dan un beso.
- Hola, Zoe, - me dice él dándome un beso en la cabeza y tocando mi hombro. Yo solo lo miro y asiento.
- Amelia, cariño, ¿cómo os fue hoy con el psiquiatra? - le pregunta Jack a mamá mientras lava sus manos para cenar.
Mamá solo me mira y después mira a Jack, haciéndole saber que todo sigue igual.
- Estarás bien. - el me sonríe. Todos me daban esa misma sonrisa, y la misma palabra de que todo estará bien.
- claro que se estará todo bien. - responde mamá.
Jack me mira y me regala una enorme sonrisa antes de hablar. - No te preocupes, cariño, todo mejorará y te sentirás mejor, - me dice mientras acaricia mi cabello.
- Bueno, bueno, ya a la mesa, Jack, deja a la princesa disfrutar su pollo, - le dice mamá a Jack en tono de broma para alegrar el ambiente pesado y triste.
Terminamos de cenar y Jack empieza a alagar la cena de mamá, y sí, merecía que se la halagaran. Mamá cocina realmente maravillosamente, pero no, yo no podía expresar con palabras lo deliciosa que es su comida. Realmente, por más que quisiera, no podía sacar una palabra de mi boca.
Realmente no podía. Era como si algo me hubiera robado la voz. No sé por qué razón hay que pasar por cosas tan dolorosas, tan tristes y difíciles. Muchos no soportan tanta depreciación y situaciones difíciles, así como Zoi; ella no aguantó. Y para mí, eso es lo peor.
¿Ya irás a dormir? - Dice Jack mientras mamá recoge los platos. Yo asiento.
- Descansa cariño. - mamá besa mi frente.
- Descansa pequeña bruja. - Jack sonríe.
Di la vuelta y subí las escaleras hasta mi habitación. Mi lugar seguro.Una vez dentro, me acosté en mi cama y me coloqué mis audífonos, la música es el escape de todo. Ahí en mi cama, me quedo mirando a través del cristal de la ventana, el el viento sopla haciendo mover las hojas del árbol.
Los días pasa frente a mis ojos a diario de la misma manera, misma rutina, mismos recuerdos, misma frustración.
En ocasiones pensaba en el qué hago yo aquí, para qué nací, sólo para hacer entristecer a mamá y a Jack.
Me senté en la cama y abrí el cajón al lado de la mesita de noche, de ahí tomé un blook de notas, ahí escribía algunas cosas de las que sentía, el era como un diario, en el escribía muchas cosas de las que no modos hablar.
Tomé un bolígrafo y me coloqué bocas para abajo para poder escribir mejor.
Entonces ahí, con mis audífonos puestos y blook y bolígrafo en mano, escribí lo que sentía;
A veces tengo esas ganas de desaparecer, de no existir, de no dejar rastro alguno de mi existencia, porque duele, duele no poder ser feliz, duele tener que vivir con las cosas del pasado. Estoy cansada de todo esto. La vida pesa y es un peso que me está haciendo mucho más difícil de llevar; siento que me está consumiendo poco a poco, y lentamente me voy ahogando en el silencio...
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El Silencio De Zoe
Roman pour AdolescentsSoy Zoe García, la chica qué dejó de confiar en las personas, la chica que sufre en silencio. Mi vida fue un completo caos. Y al cumplir mis 18 años fuí abandonado por el hombre qué decía que me quería: mi padre, y mi hermana Zoi de 16 años, se s...