21- Al parecer, alguien está feliz 🎧

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No me lo podría creer, estaba en el mismo auto junto a Charly, bum bum bum bum, mi corazón se comienza a descontar, como si se quisiera salir de mi pecho. Hace algo de frío, así que meto mis manos en los bolsillos de mi suéter mientras Charly toma sus llaves para arrancar el auto. Estoy tan nerviosa, nunca me había sentido así solo de estar a solas con un chico. Siento que mi corazón se quiere ir con él.

Charly arranca el auto y comienzan a caer unas pequeñas gotas de lluvia. Él cierra la ventanilla y yo me pongo aún más nerviosa: ahora estamos también encerrados. Trato de calmar mi respiración, pero me es algo difícil.

—¿Te pasa algo, Zoe? ¿Te sientes mal? ¿Traes tu inhalador? —me pregunta al verme sin mover su vista hacia el frente. Calma, Zoe, calma, me repito a mí misma en voz muy baja.

—Sí, traigo mi inhalador y sí, estoy bien —le respondo mirándolo a los ojos. Él asiente y continúa manejando.


- si te sientes mal sólo dímelo.

Si, se me olvidó mi inhalador y necesito respiración boca boca.

Diosss al hablar parece que me estaba haciendo mal. Sacudi mi cabeza para dejar esos pensamientos fuera.

- Dime por dónde.


— Gira a la derecha y luego a la izquierda, — le indico a Charly por dónde tiene que ir para llegar a mi casa.

Le digo qué casa es y él se detiene justo enfrente.

— ¿Irás a la fiesta? — me dice.

— No lo sé, tengo que preguntarle a mamá primero, — le respondo, mientras juego con mis manos.

— Vale, entonces si vas, me escribes y te paso a recoger. — me dice él sin quitarme la vista de encima. Yo asiento.

Trato de quitarme el cinturón, pero se traba; en ese instante Charly me ayuda, quedándose a un sentimiento de mí. Él me observa y luego baja su mirada a mis labios, mi corazón se está derritiendo, él se lame los labios y es inevitable para mí no mirarlos. Sus mejillas están enrojecidas y yo siento que me va a dar algo en cualquier instante. Charly se aclara la garganta y luego se separa de mí.

Yo estoy algo atónita, pero reacciono rápidamente; me aclaro también la garganta antes de hablar.

— Bueno, gracias — le digo algo nerviosa.

— Espero tu mensaje, Z. — me dice él con una sonrisa en su rostro.

— Está bien, M.P. — le digo también sonriéndole.


— No me digas así en frente de nadie.

— ¿Por qué, te descubren y luego te caen detrás de las chicas como siempre? — él se sonríe y niega.

— Bueno, te escribo y te digo, ¿vale, M.P? — le digo riéndome mientras cierro la puerta de su auto.

Me quedo en la puerta de mi casa mientras veo alejarse su auto, ya estaba anocheciendo, así que si quería ir a la fiesta, debería apresurarme. Entro a la casa con una risa tonta en mi rostro.

— Al parecer, alguien está feliz. — Levanto mi rostro y ahí está Jack frente a la TV, alzando una ceja.

— Hola, cariño, ¿cómo te fue en la actividad? — dice mamá dándome un beso en la frente.

— Muy bien, mamá, todos hicieron cosas increíbles y también tocaron el piano. — le digo algo emocionada, pero a la vez no tanto cuando digo piano.

— Me alegro mucho de que te hayas divertido. — dice mamá acariciándome el cabello.

— Zoe, si tú tocaras el piano, dejarías a todos con la boca abierta en esa preparatoria. — me dice Jack. Yo sólo bajo mi cabeza.

- no lo sé. - digo con voz a penas audible.

No te estés triste, mi brujita. Verás que podrás volver a tocarlo; solo es cuestión de tiempo, sos fuerte, Zoe.

— Gracias — le digo a Jack mientras le sonrío.

— Ah, mamá, hoy hay una fiesta para los estudiantes en la casa de la directora Julia y estaba pensando en ir.

— Claro, Zoe, ve y diviértete — me dice mamá.

— Brujita, si quieres, yo te puedo llevar — me dice Jack.

— Oh, no, gracias, pero ya un amigo me vendrá a recoger.

— Conque un amigo, ehh? — dice mamá, riendo, y Jack también se le une a las miradas de intriga.

— Sí, un amigo — le respondo, bajando mi cabeza.

Subo a mi habitación para arreglarme un poco, tomo mi celular y le escribo a Charly para decirle que sí iré.

M.P: Paso por ti a las 7, nos vemos, Z :)

Su mensaje me hace sonreír como una tonta.

Al salir de la ducha, me siento frente al espejo, veo la foto que está junto al espejo, la tomo en mis manos y la coloco con ambas manos y la presiono en mi pecho. Es una foto mía junto a Zoi; ella se ve tan sonriente.

— Hermanita, mírame, ya he superado mi silencio, te quiero muchísimo, — le digo en voz alta. Mis ojos se nublan, no voy a llorar, Zoi, no esta vez. — digo y presiono mis labios en la foto, — descansa en paz, hermanita, — le sonrío a la foto y luego la devuelvo a su sitio.

Me quedo observando mi reflejo en el espejo.

— ya basta, — grito y tomo una tijera que está en una de las gavetas. La tomo y doy un fuerte suspiro.











El Silencio De ZoeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora