XIII

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3:49.
A esta hora, la reunión iba finalizando, y se alargó debido a múltiples llamadas que Silvio le realizaba a su equipo para confirmar los datos que les proporcionaba al par de compañeros que se encontraban con él. También, debido a que existieron muchas diferencias de opiniones entre los involucrados y cuestionamientos acerca de los reclutas que Timbalosky conseguía.

—Bien —suspiró el líder contrario—. Supongo que la negociación terminó.

—S-sí, señor. A menos que quiera agregar otro término —mencionó Raptor.

—Por supuesto que no —se negó—. Estos detalles ya los platicaré más a fondo con tu jefe y le mandaré los acuerdos por escrito. Esperen aquí en lo que voy por eso.

Los menores obedecieron y aprovechando la soledad, el de ojos bicolor despertó a X, quien se había dormido por el aburrimiento que la junta le provocó.

—Oye —llamó y lo movió un poco—, ya casi nos vamos.

—Agh —se quejó y abrió los ojos por un segundo, para después cerrarlos de nuevo—, ¿Y luego? ¿Conseguiste la mercancía?

—¡Sí! —afirmó emocionado—. ¡E incluso le caí bien a Silvio!

—Excelente, princesa. Ahora puede que hayas recuperado la confianza de Timbalosky.

—¿¡De verdad!?

—No. Por supuesto que no —se contradijo—. Tienes que hacer más, no solo cumplirle favores.

—Eso fue cruel.

El castaño solo soltó una pequeña risa y cruzó los brazos, aún acurrucado en su silla.

—Por cierto, ¿Puedo decirte algo? —le expresó su duda a su compañero.

—Mmm, supongo que sí, mientras no me haga enojar —condicionó.

Ari soltó un suspiro para calmarse.

—No sé cómo te tomes esto, pero la verdad hay algo en ti que me intriga mucho y todavía no lo descifro... O lo encuentro, ni lo entiendo.

—... ¿Qué? ¿La falta de sueño te está afectando? —lo vió—. Porque te recuerdo que no podemos establecer relaciones personales entre nosotros o con algún otro miembro del equipo.

—No hablo de eso, sino que éramos muy buenos amigos en el orfanato y ahora parecemos desconocidos.

—Ya tengo mi propia gente, Ari, y no quiero que suene grosero, pero relacionarme estrechamente con alguien, no está dentro de mis ideales —explicó y se puso de pie—. Cuando encuentres qué es lo que te atrae de mí, dime.

—Quizás es que quiero que seas mi amigo de nuevo —respondió—, aunque ya noté que a ti no te importa.

—¡Wow! Niños, discutan sus problemas de pareja fuera de mi área —les regañó Silvio, ingresando a la sala.

—No son ese tipo de problemas, señor. Una disculpa —emitió el de ojos morados.

—Ajá. En fin, dile a Timbalosky que aquí están las cláusulas —avisó dándole una hoja— y que si necesita otra cosa, estoy disponible.

—Por supuesto —recibió el papel—. Muchas gracias por su tiempo y atención, señor.

Los más jóvenes se retiraron, siendo escoltados por uno de los guardias del lugar hasta la salida y allí, tomaron el rumbo de regreso a la base del científico.

Por la carretera, ahora fue el turno de Raptor de dormir cómodo en su asiento, pues su deber de copiloto no era tan imprescindible ahora. La música que sonaba por la radio le arrulló y no supo nada luego de cerrar los ojos.

Solo Por Ti (RapX)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora