XI

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15:28.
Ari estaba terminando de arreglarse para acudir al lugar donde Víctor lo había citado. Seguramente quería que continuara aprendiendo a llenar papeleos y administrarlos después.

Antes de salir de su habitación, un menor rubio irrumpió dentro, pues también lo había extrañado la noche anterior.

—¡Raptor! ¿Qué pasó? ¿Por qué no volviste ayer? —le cuestionó—. Dijo Sparta que saliste de fiesta con tus amigos, pero ni siquiera le avisaste a Mayo. ¿Todo está bien?

—Oh, hola, Mike —saludó—. Respondiendo a tu pregunta; sí, fui con mis amigos. Perdón por no contárselos.

—No te preocupes. Solo que Víctor y Mayo estaban angustiados de que te sucediera algo malo.

—Entiendo. Bueno, tengo que irme, Mike —se despidió y avanzó, saliendo del cuarto.

—¡Espera! —llamó el menor y lo alcanzó en el pasillo—. Quería decirte otra cosa.

—¿Qué es?

—Mira, sinceramente no le creí a Sparta ese cuento de que saliste de fiesta, porque tú no eres así —comentó—. Entonces, si necesitas ayuda, aquí voy a estar para ti, ¿De acuerdo?

—Oh, pues... Muchas gracias, Mike —sonrió—. No pensé que me ofrecerías apoyo.

—No serás mi hermano de sangre, pero te considero uno.

Después de asentir, el pelicastaño oscuro pasó al lado del de ojos grises, revolvió su cabello y terminó saliendo de su hogar.

[...]

Ari iba llegando a la estación de policía donde mayormente operaba su papá y tras hacer el registro de que allí estaba, Víctor le fue a buscar a la entrada.

—¿Listo, hijo? —inquirió, mostrando emoción y a la par, tranquilidad.

—¿Para qué? ¿Seguir acomodando y archivando papeles? Síí —declaró fingiendo felicidad—, no he estado más alegre en toda mi vida.

—Dije que dejaras el sarcasmo de lado. No es digno de gente como nosotros.

—¿Ahora me hablas de dignidad?

—Hijo, no quiero que lo que hagamos en el primer instante que nos vemos, sea pelear, así que solo sígueme.

Obedeciendo una vez más al mayor, Raptor caminó detrás de él y conforme avanzaban por el lugar, se notaba que ahora no se dirigían al espacio donde mantenían guardados los archivos.

—Ehh, ¿Puedo preguntar qué es este lado?

—Es nuestra zona de aprendizaje —respondió Víctor—. Aquí, los más jóvenes continúan sus estudios para que amplíen sus conocimientos y estén lo suficientemente preparados cuando vayan allá afuera.

—¿Y significa que...? —no completó su frase.

—Que debes elegir una especialización para estudiarla y ejercerla en su momento.

—¿¡Aquí!? ¿No es mejor por fuera?

—Es lo mismo, hijo —aseguró—. Los profesores de esas escuelas, son iguales a los de aquí.

—¿Cómo es que hay presupuesto para esto?

—Cortesía del Estado. Ahora, ¿De qué manera quieres ayudar a tu ciudad? —le preguntó mientras se ponía delante de un tablero—. ¿Tránsito?

—¿De verdad? —dudó el menor con sarcasmo.

—¿Qué? ¿Buscas algo con más emoción?

—Eh, sí, claro.

Solo Por Ti (RapX)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora