9- Este chico me está leyendo la mente, ¿o qué? 🎧

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Me morí.

- Iván, déjate de estupideces y deja a la chica, dice una voz. Me volteo y es Vicky, por suerte llegó en el momento en que sería mi muerte.

Toy a salvoooo

- Tú no te metas, Victoria - dice Iván. Él da unos pasos y yo solo quiero escapar. - ¿Cómo te llamas, eres nueva? - dice el chico.

- Sí, me meto porque es mi amiga. En ese momento, el chico guarda silencio y Vicky se acerca a mí. - Me alegra mucho que decidieras entrar a la preparatoria, y al parecer, por suerte del destino, caíste en el salón 6, - asiento con la cabeza. El salón se llena por completo y entra una profesora. Atención, todos hagan silencio, les quiero presentar a la nueva estudiante, ella es Zoe, - la profesora me señala y todos me miran. - Zoe, querida, debes sentarte en otro puesto, ese está ocupado, siéntate junto a Charly, es el único puesto que está libre, - yo me levanto, pero no me quiero sentar junto a ningún chico. Todos abren los ojos muy grandes al ver que me sentaré junto al chico. Cuando me voy acercando, veo su físico y recuerdo al chico que me salvó de la motocicleta; joder, es el mismo. Yo saco la silla y me siento suavemente, el chico me mira, pero levemente cambia la mirada; al parecer, no me recordaba. Ese día estaba con capucha; quizás no me reconozca. Eso me alivia bastante. Es mejor así.

Toy a salvooooo

Al parecer no me estaba yendo tan mal el primer día. Durante los turnos de clases de la mañana, todo estuvo bien; nadie me estuvo mirando raro, y el chico con el que me senté no me dirigió palabra alguna ni siquiera me miró. Eso me alivia bastante. Pero algo me llamaba la atención de él: ¿por qué tantos tatuajes? ¿Cómo puede un chico de preparatoria tener tantos tatuajes?

Suena el timbre para la hora del almuerzo. Mientras cierro mi libreta, Vicky se acerca a mí.

- Vamos, Zoe - me dice ella.

Cuando estamos en el comedor, pasamos por donde reparten el almuerzo. Yo voy detrás de Vicky como un cachorro asustado, con la bandeja en ambas manos.

- Ven, Zoe, siéntate aquí - Vicky me lleva hacia el fondo del comedor.

- Siempre me siento aquí. Al lado se sienta Paul y Charly, me siento aquí para poder verlo - yo le doy una semi sonrisa de labios cerrados y levanto una de mis cejas.

- ¿Qué? - me dice ella. Yo cruzo mis brazos.

- Sé lo que estás pensando, aunque no hables; me está interrogando con la mirada, y si la verdad es que con mi mirada la estaba interrogando.

Te preguntarás el porqué no le digo que me gusta, ¿verdad? - dice Vicky y yo asiento.

Pues no lo sé, para ese tipo de cosas no soy valiente, además él tiene novia - dice mientras veo que el chico se acerca para sentarse en la mesa de al lado junto a mi compañero de asiento.

Zoe, tuviste suerte de sentarte con el hijo de la directora - me dice ella mientras curva sus labios para formar una sonrisa.

Yo no entiendo a qué se refiere. De momento, me llega el recuerdo del día en que conocí a Vicky y ella me llevó a recorrer los salones. Recuerdo al chico del piano, al que no pude ver bien; entonces entendí que era él.

Mientras almorzamos, Vicky  se detiene con la boca llena a mirar en el pasillo.

- Mira Zoe, ahí vienen las pirañas: Martina, Sofía y Laura. - Cuando me volteo, hay tres chicas delgadas; creo que se refería a las de ballet.

Una de cabello corto y oscuro, otra morena de pelo ondulado muy largo y otra de cabello rojizo. La de cabello oscuro le da un beso al chico que le gusta a Vicky y las demás se sientan junto a mi compañero. Ellas son las de ballet, siempre están rodeadas, son como unas acosadoras por Dios. Vicky se ve algo molesta.

- ¿Necesitan compañía? Dos damas solas no pueden almorzar solas. - dice una voz detrás de mí.

- ¿Qué rayos quieres, Iván? - suelta Vicky. El chico se acerca y se sienta en la silla libre junto a mí. No quiero nada contigo, Vicky, la quiero a ella, dice el chico mirándome fijamente.

- Zoe, no te dejes llevar por sus halagos, ha estado con todas. - El chico observa a Vicky, abre su boca dramáticamente y pone sus manos en el pecho.

-  En serio, me tienes en tu mente como un descarado.

-  Pues sí, no dije la palabra, pero tú lo acabas de decir, así que tú te consideras un descarado. No me queda de otra que pensar que es verdad.

- Vicky, no me des mala fama, solo la quiero conocer.

- Sé cuál exactamente es tu manera de querer conocer, así que lárgate, Iván.

- Está bien, me iré por ahora, - el chico se levanta y se va.

Luego del almuerzo, nos dirigimos hacia el salón de clases.

Cuando entramos, no éramos muchos, mi compañero no estaba y unos que otros faltaban también.

Antes de sentarme, salgo y voy hacia el baño; al regresar, paso por el salón donde había un piano, estaba abierto; al parecer, estaba vacía. Me quedo observándolo, bum bum bum bum, mi corazón comienza a latir de prisa. Me adentro en él y me acerco al piano. Saco mi mano de los bolsillos del suéter y solo deslizo mi mano por las teclas del piano, sin presionar ninguna de ellas. Cierro mis ojos para disfrutar el roce de las teclas.

Así me quedo durante unos minutos, hasta que alguien presiona una de las teclas.

- Hay, - exclamé poniéndome la mano en el pecho, me había asustado tanto que se me escapó ese "hay", ese "hay" que durante tanto tiempo no se escapaba de mis labios; hasta yo me sorprendí.

Y sí, woow mi primera palabra en mucho tiempo.

- Perdón si te asusté, - es Charly, mi compañero de puesto. - Yo tomo una respiración y me quito la mano del pecho.

- ¿Sabés tocarlo? - dice Charly. Yo niego.

- Pensé que sí, estabas tan entretenida y con ojos cerrados que pensé que sabías. Es como si estuviera disfrutando de las teclas del piano sin presionarlas.

Este chico me está leyendo la mente, ¿o qué?

Yo me quedo ahí en frente de la preparatoria, veo el auto de mamá acercarse, de inmediato abrí la puerta y entré al auto. Mamá estaba con los ojos enrojecidos, ella me abraza.

- Me siento tan orgullosa de ti, mi niña - dice mamá con los ojos repletos de lágrimas. Yo asiento y la abrazo fuerte.

Ya había ligado algo; buen esfuerzo :)






El Silencio De ZoeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora