Capítulo 5.

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El nuevo puesto que me gané en la casa Stark es mantenido gracias a mi cooperación con Robert y el gran consejo en cual lo integran: Lord Marcus Heisenberg, último descendiente de la casa Heisenberg a sus intentos fallidos de procrear, hijo bastardo de Edwall El Manco. Adoptó el apellido de su padre gracias a Rober Stark; Lord Stefan Mander, Lord Lander Braken, un desertor sureño que hincó rodilla ante Magnus Skragen. 

Cada casa antes mencionada, son pertenecientes al norte a excepción de Lord. Lander como se expliqué anteriormente. Cada uno de ellos tiene la misión de proteger al norte, y por supuesto, a su rey regente. Esto indica que están en contra de mi padre, todos estos han roto lazos con el sur, tomando mujeres de alta y baja cuna para hacerlas suyas como un objeto y aniquilarlas cuando mejor les convenga. 

Todo esto lo vengo sabiendo hace semanas que Robert me hizo parte de su consejo mientras sus más fieles consejeros se quejaban y burlaban mi presencia y tuve que mantenerme en silencio, hacerme pasar por uno de ellos y estar de su lado. Según Robert alegaba, su hijo Tyrus "me hizo entrar en razón". Y sigo esas líneas desde entonces, asegurándome de ser lo suficientemente creíble. 

Pueden tomarlo como un asunto de supervivencia en el lugar más frío de la tierra pero mis deseos van más allá de sobrevivir a las torturas de Robert. Es por mi nación, a la que gobernaré cuando mi padre perezca. Requiero que el Sur prevalezca, que siga siendo ese lugar pacífico en el que crecí pero para lograr aquello, hay que eliminar cualquier amenaza y cada hombre nombrado anteriormente, es una. Pero no puedo olvidarme del nombre no sale de mi mente y endurece mi corazón: Magnus Skragen. 

¿Tendrá él alguna idea de que la mayoría de su consejo se encuentra en Cullfield? 

¿Sabrá los malévolos planes de Robert para promoverlo del Trono de Hielo? 

Una alianza con estas casas enemigas, traería deshonra a la mía propia. Lo pienso cada noche al dormir y cada mañana al despertar y tanto puedo pensar hasta llegar a la misma conclusión: sí firmo alianza con los Stark, Heisenberg, Braken, Mander y Braynwell, y las otras casas de alta cuna en el Norte; Los Windsor correríamos el riesgo de extinción y nuestros aliados algunos de dudosa confianza se arrodillarían y obedecerían al enemigo y otros preferirían la muerte antes de rendir pleitesía, es una posibilidad a una mala estrategia. 

Y sí, todo es parte de un plan de supervivencia. Pero por esto, no puedo traicionar a mi familia, dejar mi apellido y dejar caer los nombres del Conquistador que puso en pie la Nación del Sur. Una de sus tantas desventajas, al parecer y por lo que pude escuchar en el salón del consejo, el reinado de mi padre es débil y el mío lo será también pues ninguna mujer se sentó en el Trono de Fuego. 

No me inculqué correctamente en la historia de los tronos de hielo y fuego. De hecho, no tenía conocimiento alguno de que esos eran sus nombres. Hasta hace unas noches en una conversación profunda con Tyrus, sí, esa misma en la que "me hizo entrar en razón". Su padre le contaba esa historia antes de dormir, omitía detalles pero narraba solo lo necesario, lo que quería que su hijo y heredero entendiera. 

Esa noche fue decisiva para mí, sentía el comienzo de una nueva era; una nueva Alice Windsor. Me sentía libre hablando con él, por primera vez en el tiempo que lo conozco, decidí abrir cierta parte de mi pero aquella tan privada que solo dejaba ver a los que mi corazón abrazaba. Sus palabras en aquella luna plateada, hicieron eco en la habitación porque más allá de ser simples y una historia a la mitad, lo consideré como una cierta motivación al riesgo que debía tomar para volver la gloria a mi casa. 

Por ahora, debo limitarme a los contactos con mi padre o algún allegado sureño hasta que forme lazos con el Norte y eso será concretado en mi boda con Tyrus. Es un riesgo muy alto de ser descubierta porque estoy sola en el Norte, rodeada de hombres que pretenden traicionar a su rey regente y la ambición es tanta que sus ojos están puestos en ambas naciones y si llegase a ser atrapada, no viviría y todo se habrá ido abajo: mi familia, mi casa; todo el sacrificio habrá sido en vano. 

El Caos Del Rey (Libro#2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora