Capitulo 4

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Harry y Hermione intercambiaron miradas preocupadas mientras Draco continuaba llorando inconsolable en la cuna improvisada en la sala de los menesteres. Los gemelos Weasley estaban fuera jugando al quidditch, y Ron, como de costumbre, se había distanciado de la situación, prefiriendo ocuparse en sus propios intereses en lugar de ayudar con Draco.

—No sé qué más podemos hacer —susurró Hermione, balanceando a Draco en sus brazos en un intento desesperado por calmarlo.

Harry frunció el ceño, sintiéndose impotente frente a los llantos persistentes del bebé Malfoy.

—Lo intenté con el hechizo de tranquilidad que usamos en las criaturas mágicas, pero no parece hacer efecto en él.

Ginny se acercó con cautela y tomó a Draco en sus brazos, meciéndolo suavemente mientras canturreaba una melodía suave que había aprendido de su madre.

—Shh, Draco, todo está bien. Estamos aquí contigo.

Por un momento, Draco dejó de llorar y miró a Ginny con sus grandes ojos grises llenos de lágrimas. Parecía reconocerla de alguna manera, como si su voz le trajera un consuelo que los otros no podían ofrecerle.

—Creo que eso lo está calmando un poco —observó Harry con un tono de alivio.

Hermione asintió, observando a Ginny con una mezcla de sorpresa y gratitud.

—Ginny, ¿cómo sabías qué hacer?

Ginny sonrió débilmente, acunando a Draco cerca de su pecho.

—Mamá solía calmarnos así cuando éramos pequeños. Pensé que podría funcionar con él también.

Los minutos pasaron lentamente mientras Ginny seguía meciendo a Draco, manteniendo suavemente una conversación tranquilizadora con él. Poco a poco, el llanto agudo comenzó a disminuir, reemplazado por sollozos suaves y, finalmente, por un silencio incómodo pero bienvenido.

—Creo que se está quedando dormido —susurró Ginny con una sonrisa aliviada.

Harry se acercó con cautela y observó a Draco, que finalmente había cerrado los ojos y parecía dormir con una expresión tranquila en su rostro.

—Buen trabajo, Ginny. Realmente hiciste la diferencia.

Ginny asintió con gratitud, sintiéndose reconfortada por el pequeño logro de haber calmado a Draco.

—Gracias, chicos. Parece que solo necesitaba un poco de calma y tranquilidad.

Hermione se acercó y tocó suavemente el hombro de Ginny.

—Tal vez tengas un talento oculto para cuidar de los bebés.

Ginny rió suavemente, sintiéndose más ligera de corazón de lo que había estado en horas.

—No sé si iría tan lejos, pero estoy contenta de que funcione.

Harry observó a Draco con una mezcla de alivio y preocupación.

—Ahora que está dormido, deberíamos aprovechar para descansar nosotros también. No sabemos cuánto durará esta calma.

Hermione asintió y conjuró unas almohadas adicionales en el suelo para que pudieran descansar cómodamente mientras permanecían vigilantes junto a Draco.

—Tienes razón, Harry. Necesitamos estar preparados por si vuelve a despertarse.

Se acomodaron en el suelo, manteniendo una guardia silenciosa mientras Draco dormía pacíficamente en la cuna. El tiempo pasaba lentamente en la sala de los menesteres, el suave murmullo del viento contra las ventanas y el leve tintineo de los juguetes de Draco eran los únicos sonidos que rompían el silencio.

Un bebe en Hogwarts!?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora