La clase de Transformaciones transcurría con la habitual seriedad que caracterizaba al profesor McGonagall. Harry y Hermione estaban concentrados en seguir las instrucciones para el hechizo de transformación que estaban practicando cuando, de repente, Severus Snape se acercó sigilosamente a su mesa.
—Potter, Granger, acompáñenme un momento, por favor —dijo Snape en un tono que no admitía discusión.
Harry y Hermione intercambiaron miradas rápidas antes de seguir al profesor Snape fuera del aula, preguntándose qué podría ser tan urgente como para interrumpir la clase.
Una vez en el pasillo, Snape se detuvo y se volvió hacia ellos, sus ojos negros fijos en los suyos.
—He recibido noticias de que el hechizo para devolver a Draco Malfoy a su forma original ha sido dominado por su amigo Weasley —dijo Snape, su voz baja pero cargada de significado.
Harry y Hermione intercambiaron miradas de sorpresa y alegría.
—¿Ron logró dominar el hechizo? Eso es fantástico —exclamó Hermione, sin poder evitar una sonrisa de alivio.
Snape asintió, aunque su expresión seguía siendo severa.
—Sí, y además la poción está lista para revertir la transformación. Fred y George están cuidando a Draco en el patio en este momento. Será mejor que vayan y se aseguren de que todo esté listo para el procedimiento —explicó Snape, su tono indicando que no había tiempo que perder.
Harry y Hermione asintieron rápidamente, agradecidos por la información y la oportunidad de finalmente devolver a Draco a su forma original. Se apresuraron hacia el patio, donde encontraron a Fred y George junto a la cuna mágica de Draco, hablando animadamente mientras observaban a Draco jugar con un pequeño dragón de peluche.
—¡Chicos, Snape nos dijo que Ron puede lanzar el hechizo! ¿Dónde está la poción? —preguntó Hermione, ansiosa por comenzar el procedimiento.
Fred y George intercambiaron una mirada cómplice antes de que George sacara un pequeño frasco de poción de uno de sus bolsillos.
—Aquí está. La profesora McGonagall la preparó esta mañana, listo para ser administrada cuando estemos listos —dijo George, ofreciendo el frasco a Hermione con cuidado.
Hermione tomó el frasco con manos temblorosas de emoción y determinación. Saber que finalmente podrían devolver a Draco a su forma original era un alivio para todos ellos.
—Bien, vamos a hacer esto. Draco ha esperado suficiente —dijo Harry, su voz firme mientras observaba a Draco con una mezcla de afecto y preocupación.
Con cuidado, Hermione administró la poción a Draco, quien la bebió sin protestar, como si supiera que era el momento de volver a ser quien era. Durante unos momentos, no pasó nada, y todos los presentes se miraron con nerviosismo. Pero luego, gradualmente, el cuerpo de Draco comenzó a temblar ligeramente antes de que una luz plateada lo envolviera por completo.
Cuando la luz se desvaneció, Draco yacía en la cuna mágica, ahora de nuevo en su forma original. Abrió los ojos lentamente y miró a su alrededor, confundido por un momento antes de reconocer a Harry, Hermione, Ron y los gemelos Weasley.
—¿Qué... qué ha pasado? —preguntó Draco, su voz todavía afectada por el proceso de transformación.
—Draco, has estado... bueno, has estado un tiempo en una forma un poco diferente —explicó Hermione, buscando las palabras adecuadas mientras miraba a Draco con una mezcla de alivio y alegría.
Draco frunció el ceño, tratando de entender lo que Hermione estaba diciendo.
—¿Qué quieres decir con una forma diferente? —preguntó Draco, mirando a su alrededor con creciente confusión.
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Un bebe en Hogwarts!?
Fanfiction"¿Qué has hecho, Ron?" preguntó Hermione, su voz temblando ligeramente mientras se agachaba para recoger al bebé Draco. "¡Lo has convertido en un bebé!" "Fue un accidente", balbuceó Ron, mirando a su hermana y a sus amigos con desesperación. "¡No sa...