Ha pasado un mes desde los acontecimientos de la casi pérdida de la magia del clan Madrigal y ahora hay paz en Encanto y la familia es más unida que nunca, sin embargo no todos los Madrigal están felices.
Camilo Madrigal empieza a cuestionar su luga...
Las mañanas en el Encanto, eran como el mismo pueblo, pintorescas y alegres, los pájaros cantaban, los niños jugaban, los adultos compraban o platicaban amenamente entre sí.
Era como cualquier día común en el pueblo, los Madrigal con ayuda de sus amigos los Dubón, ayudaban a las personas y seguían con el día a día.
Todo en el pueblo era paz y tranquilidad
Sin embargo, la palabra paz dejó de existir en el pueblo desde ya hace poco menos de un mes debido a las travesuras de Camilo y la furia incontenible de Angel.
Xxxxx: AUXILIO gritó una voz desesperada y llena de miedo
Xxxxx: VUELVE AQUÍ RATA INMUNDA, TE VOY A DESPELLEJAR CUANDO PONGA MIS MANOS SOBRE TI gritó otra voz llena de ira.
Aquellos familiares gritos hicieron suspirar cansadamente a todos los habitantes del pueblo, ya era hora de las correteadas matutinas de esa singular pareja de adolescentes.
Camilo había hecho enojar nuevamente a Angel y este lo estaba correteando por todo el Encanto para darle una paliza bien merecida.
Algunos pueblerinos creían que Camilo solo molestaba al mayor por llamar su atención, otros que estaba enamorado de Angel y por eso lo molestaba y otros más pensaban que estaba loco y era un masoquista que le gustaba ser golpeado por el húngaro.
Sea cual sea la razón del por qué Camilo molestaba tanto a Angel era un misterio para todos, pero de lo que estaba seguros era que el mayor de los dos estaba más que furioso y prometía darle una gran paliza cuando atrapara al camaleón.
Sin embargo, a veces el destino era caprichoso y tenía maneras muy raras de hacer que las personas se encuentran y más las que son almas gemelas.
Camilo: SOCORRO, SÁLVENME POR FAVOR gritaba desesperado el menor mientras esquivaba ágilmente las frutas, zapatos y jarrones que el mayor le tiraba para detenerlo.
Angel: HOY NO TE SALVAS CAMILO, TE VOY A HACER PAPILLA CUANDO TE ALCANCE gritó colérico el mayor lanzándole un jarrón que se hizo pedazos a escasos dos centímetros de la cabeza del camaleón.
Camilo gritó muerto de miedo cuando aquel jarrón rozó su oreja derecha y se hizo mil pedazos en la pared detrás de él.
Sabía que había metido la pata hasta el fondo al hacerle esa broma a Angel, pero que iba a saber él que al mayor le daban cierto pavor las ratas, por poco y mata a la pobre rata de su tío Bruno que él había metido en la bolsa del mayor para asustarlo.
Él tuvo con intervenir y decirle sobre la broma en un intento de aplacar su ira antes de que la rata fuera sacrificada, grave error, Angel en lugar de calmarse encendió aún más su ira.
Sus ojos llamearon como el mismo infierno y sus dientes rechinaron con fuerza.
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Sin previo aviso le lanzó un puñetazo que por poco y le da en la cara y terminó cayendo sobre una roca que se hizo trizas por el impacto.
Después de eso comenzó su persecución y ahora sabía que el mayor lo asesinaría si llegaba a alcanzarlo.
