• ☆ Querida mujer ☆ •

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No me gustaba recordar mi infancia, porque en ella encontraba recuerdos que eran difíciles de ignorar.

Como a mi madre, la recuerdo amorosa y llena de mucho cariño, o almenos así aparentaba ser.

Ella era lo que se conocía una mujer de casa que se dedicaba solo a su hijo, no trabajaba, aunque antes de conocer a mi padre era maestra de preescolar.

Siempre fuimos unidos, veíamos muchas películas o series, salíamos todas las tardes por un helado o una soda, leíamos cuentos o novelas y cocinabamos la cena para mi padre juntos.

Pero un día eso cambió, un día en el que llegue del colegio y ella ya no estaba, un día en el que todas las cosas de mamá desaparecieron, un día que descubrí la vulnerabilidad de mi padre.

Ese hombre intachable y fuerte, era estricto y de mano dura, aun recuerdo el miedo que me provocaba ser corregido por él.

Solo tenía 10 años, y no entendía el porqué me habia abandonado, y solo tenía 16 años cuando ella volvió y solo ella entendía el porqué me abandono.

El recuerdo de despertar, bajar a la cocina y ver una mujer que no reconocía de la servidumbre preparando mi desayuno.

-¿Tu quien eres?- pregunte a la misteriosa mujer que estaba de espaldas- ¿Y donde esta Martha?

Empecé a buscar a Martha con la mirada, volteé a ver denuevo a la mujer que me había ignorado, me acerque a ella agarrándola del hombro y volteandola para ver su rostro.

-Mamá...- ella solo miraba al suelo con unos ojos llenos de arrepentimiento y yo retrocedí con un nudo en la garganta, un revoltijo en mi estómago, las lágrimas opacando mis ojos y los oídos retumbando con el sonido de mi corazón aumentando.

Y ella solo estaba ahí, inmóvil y frágil, tanto que creí que se iba a desvanecer.

-Laura- se escucho una voz a mis espaldas, era mi padre- ¿Qué haces aquí?

Hablo en un tono molesto y al mismo tiempo sorprendido.

-Yo solo quería ver a mi hijo- dijo decidida y por fin mirándome a los ojos, ambos azules chocando que fue difícil ignorarlo- Bradley escucha.

Se acercó y puso una mano en mi mejilla, ahora me sentía acorralado y que pronto me iba a desvanecer con el ruido que se empezó armar en la cocina, era como regresar a la niñez en donde Martha me sacaba del cuarto antes que mis padres se volvieran como un torbellino en toda la casa.

-Bradley sal de la cocina ahora- pidió mi padre mientras alejaba la mano de mi madre de mi mejilla.

-Tiene que saber la verdad- dijo mi madre en un tono más serio y fuerte.

-La verdad de ¿Qué?- Martha apareció y me fue jalando por la espalda con cuidado como antes lo hacía- De que su madre es un puta.

-Ay pero si tú que te la pasabas viviendo en el alcohol- las gritos se escuchaban de fondo mientras subía por las escaleras.

-No se preocupe joven Bradley- hablaba Martha con esa voz que te hacia sentir que todo estaría bien, o eso funcionaba cuando era niño ahora era difícil ignorar lo que sucedía a mi alrededor- En una hora le subo su desayuno.

-Si, gracias Martha- pase a mi cuarto quedándome recardo en la puerta, mirando a la nada mientras los recuerdos invadiendo mi mente como las lágrimas callando por mis mejillas.

Tantas navidades, años nuevos, cumpleaños o festiviles de la escuela que terminaban mal por las peleas de mis padres, pero siempre cada uno a su manera me lo recompensaba,como madre haciendo sus ricos postres mientras veíamos la televisión o padre llenándome de juguetes y visitas al zoológico.

☆ • Te odio (MaxxBradley) • ☆ (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora