𝐄𝐧𝐭𝐫𝐞 𝐦𝐚𝐥𝐝𝐢𝐜𝐢𝐨𝐧𝐞𝐬 𝐲 𝐇𝐮𝐦𝐚𝐧𝐨𝐬 [ Sukuna y tu]

Capitulo 8

Gojo Sensei...¿ Cómo murió..? ¿Cómo murió
Natsumi?

NATSUMI

Lentamente abrí mis ojos con molesta acostumbrandolos a la luz

– Uh...– Me queje cuando pude enfocar mejor pude observar a Sukuna el cual me miraba sonriendo burlón

Estábamos en una casa tradicional japonesa. Aunque era algo demasiado pequeña la habitación

– Ya despertó la princesa– Se inclino hacia mi

– Cállate. No me llames así– Respondí

–Qué me vas hacer? Después de todo eres una debilucha

Odiaba admitirlo pero tenía razón así que trate de levantarme empujándolo lejos de mi sin embargo eso causo un mareo en mi por lo que quede sentada sin realizar ningún movimiento

Al usar demasiado mi energía maldita me excedi y ahora debo hacerle frente a las consecuencias

– No que me ibas a comer? – Le pregunto molesta al ver que me miraba fijamente como si fuese una presa

Su expresión cambio radicalmente

– ¡Humana desgraciada.... !– Se abalanzó encima mío mientras con una de sus manos me ahorcaba causando que sus uñas lastimaran mi cuello–  ¿¡ Quien mierda te crees?!

– Y-Ya basta...– Sentía que mi sangre palpitaba lentamente. Estaba demasiada cansada que me quedé sin energía maldita

– Que quien mierda te crees? – Con su otra mano se apoyo en el tatami de la pequeña casa

Ahora Sukuna estaba encima mío ahorcandome con una sola mano

– Carajo Suéltame! – Grite pataleando sin embargo no causaba ningún daño o incomodidad de su parte

– Soy el Maldito rey de las maldiciónes – Soltó con más rabia – respétame Humana de....!

Inconscientemente empece a soltar algunas lágrimas causando que Sukuna se detenga mientras su expresión de enojo cambiaba relativamente

Sentía que faltaba el aire cada vez aún más

– Eh... – En ese momento el aflojó el agarre de mi cuello así pude respirar con tranquilidad

– Que te pasa ?– Pregunto molesta mientras las lágrimas seguían saliendo de mis ojos.

Sentía rabia e impotencia. Me sentía tan débil... Tan débil de no ser capaz de protegerme...

Solo quiero protegerme...

El seguía con su mirada perdida mientras me observaba

– Que....¿¡Que te pasa!? – Grite derramando más lágrimas –  No vas a matarme! Eres un infeliz! Estás tan....