capitulo 28

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NATSUMI

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NATSUMI

Sukuna caminaba atrás mío con los obsequios en sus cuatro manos por qué las demás cosas ya habían sido llevados por los sirvientes

Lo había obligado a llevarlos el mismo, después de todo Uraume tenía que organizar su habitación

Yo llevaba el ramo de girasoles felizmente hasta que encontré a Kenji el cual tenía a Suki en brazos

El no dijo absolutamente nada así que solo se limito a sonreír para hacer una reverencia

– Tch.

Sukuna no decía absolutamente nada, sabe que si le hace algo tendría que volver a repetir las disculpas

– Le traje esto. Sin duda le di un baño... – Suki el cual estaba temblando por el frío

Estaba completamente empapado, frunci el ceño al ver a Suki así mientras Sukuna permanencia totalmente callado a mis espaldas

– Dame al gato – Kenji le entrego al gato sin decir nada – Pobre idiota....

En ese momento Kenji se estampó contra el suelo quejándose

– ¡Sukuna! – Lo regañe

– ¿Que no escuchaste? Bañaron al pequeño demonio – El gato parecía estar calmado en su mano por qué el estaba usando energía maldita para producir algo de eso en su mano

Suki empezó a ronronear en la mano de Sukuna mientras el solo se dedicaba a ver a Kenji en el suelo

– Ya, déjalo – Sukuna hizo un ademán de mano para que Kenji dejara de sentir una presión encima de el

Kenji se levantó haciendo una reverencia mientras se retiraba sin decir nada

– Pero que gallina – Se burló Sukuna – Ni siquiera el idiota de su hermano se queda callado

En algo tenía razón, Kisho era alguien que hablaba hasta por los codos y se caracterizaba por ser alguien muy infantil

Aunque en sus momentos suele ser alguien serio y analítico

Seguimos nuestro camino en total silencio a excepción de los ronroneos del gato

Al llegar a la habitación no pude evitar sonrojarme al ver los cuadros colgados en la pared de madera

Que vergüenza

Sukuna parecía no darse cuenta de eso así que dejo las cosas en el suelo para sentarse en el futón

– Ahgm. – En su otra forma su voz cambiaba rotundamente

No pude evitar quedarme hipnotizada al mirarlo. Sus facciones eran aún más duras y sus brazos eran totalmente musculosos al igual que su abdomen

– ¿Que me miras? – Frunció el ceño al verme de esa manera

– A-ah... – Me sonroje aún más así que baje mi vista a los girasoles tratando de olvidarme de la imagen que me daba el de esa manera

𝐄𝐧𝐭𝐫𝐞 𝐦𝐚𝐥𝐝𝐢𝐜𝐢𝐨𝐧𝐞𝐬 𝐲 𝐇𝐮𝐦𝐚𝐧𝐨𝐬 [ Sukuna y tu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora