𝐄𝐧𝐭𝐫𝐞 𝐦𝐚𝐥𝐝𝐢𝐜𝐢𝐨𝐧𝐞𝐬 𝐲 𝐇𝐮𝐦𝐚𝐧𝐨𝐬 [ Sukuna y tu]

capitulo 39

NATSUMI

Al final de la noche Kisho acabo de estar lleno de moretones gracias a Yumi que se negaba a usar su energía maldita para pegarle

– Ughhh– Kisho se tomaba la cabeza furioso ya que tenía un Chinchón en su cabeza

Íbamos de camino al apartamento donde vivían ellos

– No me vuelvas a llamar aceituna – Amenazo de nuevo Yumi con la rama en mano

– Lo que digas, Aceituna endemoniada

– Te mataré! – Grito Yumi aunque Kenji la agarro de su muñeca deteniendole – Eh?

– Ya déjalo – La mirada de Kenji era sería aunque Yumi se soltó inmediatamente del agarre mientras rodaba los ojos molesta

– Cómo sea

– Eh! A qué te va a encantar nuestra casa! – Sonrió Kisho mientras señalaba un edificio – Mira! Ahí vivimos!

– No, Kisho – le dijo Yumi con sarcasmo– Vivimos en la calle

– Hace 100 años si

– Cállate!

No pude evitar soltar una risa, aunque aún así tenía un fuerte dolor de cabeza

– Eh..Me duele... – Kenji pareció darse cuenta a lo que solos suspiro

– Eso es por qué... Bueno... No importa lo que pase si, Natsumi? – Yumi me tomo de las manos – Tu trata de salir de ese lugar

– De ese lugar?

– Por favor, Natsumi – Fueron las últimas palabras que escuche para perder conciencia

Me encontraba en mi dominio, mire a mi alrededor aunque no había absolutamente nadie

Mire la sangre en el suelo así que recogí una rosa blanca para lanzarla al aire

– ¿Que haces en mi? – escuché su voz molesta

Voltee a verla, era mi recipiente

– ¿Cómo te llamas, mujer? – pregunte ariscamente

– Shizuka – Respondió acercándose a mi – Sal de mi mente

– No me des Ordenes – Frunci el ceño

– Vete! Vete! – Grito

– Pero si que eres una molestia! – Una de mis estacas de sangre la inmovilizo en el aire a lo que ella boto sangre

– Q-que... – La sangre no paraba de salir de su boca – Que clase de maldición eres?

– Hmmm. Así que eres una hechicera – Sonreí sentandome en un trono de flores blancas – Acaso no has escuchado de mi?

– Te he...! – No deje que terminara

– No me grites, Escoria – Frunci el ceño mientras tomaba el anillo para ponermelo en el dedo que correspondía – Yo soy Natsumi Kamo