10- Oh, de nada, pensé que me agradecerías con pan 🎧

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Después de la cena, me preparo una taza de chocolate caliente, subo a mi habitación y cojo mis lentes. Ya quería contarle a M.P. que había regresado a la primaria y que no me había ido tan mal como lo esperaba.

Tomo un sorbo de chocolate y luego coloco la taza en la mesita de noche. Agarro mi celular y ya había un mensaje de M.P.

M.P: Hola Z, ¿cómo estás? No he sabido nada de ti hoy. Cuando puedas, escribe; no me preocupes, ok.

Yo: Hola M.P., buenas noches. Perdón por preocuparte, pero te lo aseguro, no fue en vano; te tengo buenas noticias.

M.P: ¿En serio? ¿Qué novedades tienes? Sorpréndeme, Z.

Yo: Bueno, pues luego de chatear contigo anoche, lo pensé mejor. Quiero estar bien y lo debo intentar, aún sea difícil. Entonces, me decidí y hoy asistí a la nueva preparatoria.

M.P: ¿En serio, Z? Me alegra escuchar eso. Poco a poco vas saliendo del hueco donde estás; solo debes ser fuerte y tener paciencia.


Yo: Si es cierto, todo es gracias a ti. Me has ayudado tanto, nos conocemos tan bien y a la vez solo somos un par de desconocidos.

M.P: Pues sí, somos unos completos desconocidos, pero bueno, cuéntame, ¿cómo te fue hoy? ¿Ya tienes algún amigo o amiga?

Yo: Sí, tengo, y no me fue mal; nadie me miró raro, solo que no me pude sentir donde quería. Me mandaron para otro puesto, pero bueno, tampoco está tan mal ya que no está al frente, está intermedio. Sabes, M.P., me dijiste que nos conoceríamos cuando asistiera a la preparatoria, así que debes cumplir.

M.P: También tengo muchas ganas de conocer a Z. Quiero saber cómo luce el o la gran Z que es muy fuerte. ¿Qué dices si mañana, después de terminar las clases, nos escribimos y vemos dónde nos podemos encontrar?


Yo: Sí, me parece genial, entonces nos veremos de qué manera, al fin conoceré a la persona que ha sido mi salvadora durante estos tiempos difíciles. Te pregunto también que, cuando te conozca, trataré de decir hola.

M.P: En serio, Z? Wow, eso sí me gustaría. Entonces nos veremos mañana. Descansa, Z, que tengas lindos sueños.

Yo.:Descansa, M.P, también ten lindos sueños.

La verdad es que me emociona mucho conocerle. M.P me ha ayudado mucho; es con quien únicamente chateo y me desahogo. Gracias a M.P, estoy volviendo a ser yo poco a poco. Me arropo para dormir, sé que mañana será un gran día...

Me levanto muy emocionada. Después de ponerme el uniforme, me siento frente al espejo para acomodar un poco mi cabello. Ahí recuerdo a Zoi queriendo maquillar mi rostro. No me gustaba mucho eso del maquillaje; no era para mí. Me gustaba más solo verme natural, pero Zoi cada maquillaje que se aprendía lo practicaba con mi rostro. La verdad, no me molestaba; se veía tan feliz haciendo lo que le gustaba.La extraño mucho.

Antes de bajar, practico en frente del espejo cómo decir hola. Quería decirlo bien para cuando conozca a M.P. Ho-ho, me trabo un poco; quiero hablar, pero no sé por qué se me hace tan difícil. Ho-hola. Lo suelto y sonrío como tonta al decir por completo la palabra hola. Bien hecho, Zoe, ya es un adelanto. Hoy trataré de hablar un poco, aunque sea unas pequeñas palabras.

Termino de arreglarme y mamá me lleva hacia la preparatoria. La despido agitando una mano mientras la otra sostiene mi celular.

— Hola, hola, chica nueva —dice una voz detrás de mí. Me volteo a ver y es Iván. Veo alrededor y no veo a Vicky, esta vez sí moriré.

— ¿Cómo estás? Muy lindos tus audífonos, ¿me los prestas? —dice Iván, quitándome mis audífonos. Yo trato de que no me los devuelva, pero él levanta sus brazos; no podía alcanzarlos. Estaba a punto de que se me salieran las lágrimas cuando veo que alguien llega y le quita los audífonos a Iván.

— Charly, ¿qué estás haciendo? ¿Por qué te metes? —dice Iván.


— Déjala en paz, ¿no tienes nada mejor que hacer?

— Desde cuándo eres un defensor, mejor lárgate y no te metas, solo estoy hablando con ella.

— Tú no te meterás más con ella, si no te las verás conmigo. — dice Charly tomándolo por el cuello de la camisa.

Yo lo sigo, ya que trae mis audífonos. Siento una gran tensión después de que Charly me ayudara; todos nos miraban, eso me ponía nerviosa.

Cuando entramos en el pasillo, Charly me entrega los audífonos. Tomo una respiración profunda y me lamo los labios.

— G- gracias — suelto rápidamente.

— Oh, de nada, pensé que me agradecerías con pan nuevamente. — Yo abro mis ojos cómo platos, joder, sabía que era yo.



He sido descubierta.



El Silencio De ZoeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora