Los tres primeros minutos

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Estamos ahora preparados para seguir el curso de la evolución cósmica en los tres primeros minutos.

Los tres primeros minutos del universo. Steven Weinberg.

Nos acercábamos a los tres primeros minutos de vida del universo. La tensión se palpaba en el ambiente. El Big Bang era como un muro de piedra, un arrecife impenetrable contra el que íbamos a colisionar de un momento a otro. Obviamente, esto no podía terminar sin problemas. Como veremos, no salió bien, claro.

—¿Dónde estamos? —pregunté, con un escalofrío.

Tres minutos antes del Big Bang.
La temperatura del universo es de mil millones de grados, setenta veces más caliente que el interior del Sol, tres veces más caliente que el interior de un reactor nuclear de fusión. Nuestra nave del tiempo está segura. No hay nada que temer. El universo está demasiado frío todavía.

Nucleosíntesis. Los protones y neutrones se unen para formar los núcleos atómicos de los elementos más ligeros, produciendo deuterio (un isótopo de hidrógeno). También se producirá helio y, en menor medida, un poco de litio.

—Avante un cuarto hacia el Big Bang, Gerardo —ordené.

¿No podríamos ir un poco más rápido, capitana Vargas?

—Negativo. Un cuarto.

La incertidumbre era evidente. Samsa se encontraba muy intranquilo. Yo también, pero intentaba disimular para que no se me notase.

—Gerardo, quiero que te concentres —ordené—. Cuéntame, por favor, qué ocurrirá cuando la Tempus Fugit se acerque al Big Bang.

Si el modelo de gravedad cuántica del doctor Mancebo es correcto, en el Big Bang se producirá un fenómeno de inversión de la flecha del tiempo...

—¿Pero qué diantres significa eso? —pregunté sumamente inquieta—. Háblame en términos sencillos, por favor.

No es fácil traducirlo a expresiones comunes. Puedo decir que se producirá una especie de ehr... «rebote» sobre la singularidad del Big Bang y, dejaremos de viajar hacia el pasado, para comenzar a viajar hacia el futuro.

—Hacia el futuro del universo y el pasado de mi vida.

Eso es, capitana Vargas. Llegaremos al sistema solar, ya verá. Tenga paciencia. Es más fácil de lo que parece.

—Pero eso ocurrirá sólo si el modelo del doctor Mancebo es correcto... —susurró Samsa alzando una de sus patas con su fina ironía.

—Pero, después de todo —sonreí teatralmente—, ¿cuándo han fallado los cálculos del doctor Mancebo? ¿Cuándo? —. La pregunta era retórica, después solté una carcajada nerviosa. No hubo respuesta: todos recordábamos situaciones imprevistas en otros viajes en las que...

—¿Qué pasará si Mancebo está equivocado y no se produce el rebote y la inversión de la flecha del tiempo? —preguntó Samsa, que volvía a poner el dedo (o la pata) en la llaga.

Nos iremos acercando al Big Bang cada vez más y más, el nivel de energía del universo continuará elevándose de forma ilimitada. En algún momento, se superará lo que la poderosa burbuja espacio-temporal que nos envuelve pueda soportar y entonces, mucho me temo que...

—Estallaremos como una pompa de jabón —dijo Samsa—. ¡Pop!, y nos iremos al guano.

Correcto, navegante Samsa.

Más allá del Big BangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora