¿Error o suerte? - Parte 2 (Pedido)

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Y aquí también tenemos una segunda parte: pedida en los comentarios del capítulo anterior por Raphaeldark y JamileGutierrez1  ^^

AVISO: en este capítulo tendremos contenido sensible, como violencia y palabras vulgares y ofensivas

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Ni siquiera la luz del sol intimidaba su paso. La banda de mutantes recorría libremente las calles de Nueva York y todos aquellos que tenían la desgracia de toparse con ellos se apresuraban a cambiar de camino. Detuvieron sus vehículos exactamente frente a la puerta del refugio de su rival: un gesto arrogante, desafiante, el típico método que adoraba su líder. Los hombres de guardia intentaron en vano disparar contra los blindados, pero la lluvia de proyectiles que recibieron como respuesta los hizo callar, para siempre.

Don Vizioso observaba impasible la escena desde uno de los pisos superiores. Estaba seguro de que ese día iba a llegar. Dos hombres entraron alarmados en la habitación en la que se encontraba, pero ni siquiera les dirigió una mirada: "Señor, están a punto de derribar la entrada principal. Debemos llevarle a un lugar seguro"

Los ojos del mafioso siguieron recorriendo la calle, estudiando a todos los mutantes que se habían atrevido a invadir su casa. Cuando cesó el sonido de los disparos, su líder bajó del coche, miró hacia la parte más alta del edificio y sus miradas se encontraron. Una expresión ofendida y asqueada por un lado y una sonrisa macabra por el otro. Dos delincuentes de alto rango, dos autoridades prominentes, dos personalidades tan parecidas, pero al mismo tiempo tan opuestas. 

La red de tráfico que manejaba Rafael era tan vasta que a menudo le impedía participar activamente en esas misiones de campo, obligándole a delegar ciertas tareas en otros. Aquel día, sin embargo, nada iba a impedirle tomar la primera línea. No se trataba de una simple pelea entre bandas, sino de un ajuste de cuentas y, sobre todo, una venganza, y cuando por fin lo vio, no pudo contener su excitación. Se llevó una mano a la garganta y con el pulgar dibujó una línea de izquierda a derecha, imitando el movimiento de un cuchillo.

De cara a la ventana, Don Vizioso no reaccionó. Volvió a sentarse cómodamente en su sillón y mordió la chuleta de cerdo que le habían traído antes: "Déjenlos entrar"

"Pero señor, ¿qué está diciendo? ¡Han venido a matarle!"

El mafioso interrumpió su comida y se volvió hacia el inconsciente que se había atrevido a hablar: "¿Quieres contradecir una orden mía? ¿De verdad crees que esos animales demasiado crecidos podrán llegar hasta mí? Procura no olvidar para quién trabajas" Se volvió hacia atrás para observar lo que ocurría fuera y entrecerró la mirada: "Ahora salgan de aquí y únanse a los demás abajo. Asegúrense de que nuestros invitados reciban una cálida bienvenida"

Los pasillos y salas de aquel viejo palacio se llenaron de hombres y mutantes armados hasta los dientes. Los disparos se alternaban con rápidas puñaladas y enfrentamientos cuerpo a cuerpo. Nadie quedó ileso del violento ataque. Mientras tanto Don Vizioso escuchaba satisfecho los gritos de dolor de aquella masacre, preocupándose únicamente de terminar su comida. No importaba cuántos hombres pudieran perder, tenía cientos de ellos repartidos por toda la ciudad, lo único que importaba era que los invasores fueran detenidos. Además, si alguno de ellos era incapaz de realizar esta tarea, entonces ese día resultaría ser una excelente oportunidad para eliminar peso muerto.

El caos de la batalla duró menos de lo esperado, aún no había terminado los platos puestos en la mesa cuando el alboroto en los pisos inferiores empezó a apagarse. Esperó a que alguien se le uniera para ponerle al corriente del resultado de la jornada y, al cabo de unos minutos, oyó que se abría la puerta a sus espaldas: " Entonces, ¿cuántos os habéis matado?"

Raphanardo One-shots (ES)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora