.El desencuentro.

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---BLAIR---

Sentada en nuestro restaurante favorito "central Love", no podía dejar de observar cada detalle que me rodeaba. Las velas parpadeantes en las mesas, el suave murmullo de las conversaciones a mi alrededor, y el aroma inconfundible de la cocina italiana que tanto nos gustaba. Todo esto solía ser parte de nuestras citas, y aunque hacía un mes que James y yo habíamos terminado nuestra relación de tres años, aún mantenía la esperanza de que esta reunión fuera el inicio de una reconciliación.

Miré mi reflejo en el espejo del restaurante, ajustando un mechón de mi cabello oscuro detrás de mi oreja. Había elegido cuidadosamente mi atuendo, una blusa azul que sabía que a James le encantaba, y un par de jeans que me hacían sentir segura. El latido de mi corazón se aceleraba cada vez que la puerta se abría, esperando ver su rostro.

Finalmente, la puerta se abrió y lo vi. James Thorne, con sus recién cumplidos veintiséis años, irradiaba la confianza y el carisma de un empresario exitoso. Su cabello castaño estaba perfectamente peinado, y vestía un traje oscuro que realzaba su figura atlética. Al verlo, sentí un nudo en el estómago. A pesar del tiempo y de la separación, me di cuenta de que aún estaba profundamente enamorada de él.

James se acercó a la mesa con una sonrisa que hizo que mi corazón se acelerara aún más. Se sentó frente a mí, y durante un breve instante, el mundo a nuestro alrededor desapareció.

—Hola, Blair. —saludó, con su voz cálida y familiar.

—Hola, James. —respondí, tratando de mantener la calma mientras mis emociones se arremolinaban dentro de mí—. ¿Cómo has estado?

—He estado bien, ocupado como siempre con el trabajo. —contestó, con una sonrisa que no alcanzó a sus ojos—. ¿Y tú? ¿Cómo te ha ido?

—Bien, también ocupada. Me gradué de Finanzas en Yale, finalmente. —le conté, sintiendo una chispa de orgullo en mi voz.

—¡Blair, eso es increíble! Felicidades. —exclamó, genuinamente impresionado—. Siempre supe que lo lograrías.

Sonreí, sintiendo una cálida oleada de felicidad por su felicitación. La conversación continuó fluyendo, hablando de las cosas que habíamos hecho desde que ya no estábamos juntos. James me contó sobre sus proyectos empresariales, sus viajes y cómo había estado tratando de encontrar un equilibrio en su vida.

—Si, por fin encontré a un socio que me ayudó a la expansión de "Thorne Constructions"— dijo claramente orgulloso de que su pequeña empresa por fin estuviera creciendo.

—Eso es genial James, me siento muy feliz por ti— contesté claramente orgullosa de todo lo que estaba logrando.

Después de un largo rato de plática, noté un cambio en su expresión. Sus ojos, que hasta ese momento habían sido cálidos y amigables, se volvieron serios. El nudo en mi estómago se apretó más.

—Blair, hay una razón por la que te pedí que nos viéramos hoy. —comenzó, y vi una mezcla de nerviosismo y determinación en su rostro.

Mi corazón dio un vuelco. ¿Era esto? ¿Era el momento en que me pediría perdón y me diría que quería volver a intentarlo? Me incliné hacia adelante, esperando sus palabras.

—Voy a casarme. —declaró, rompiendo el silencio.

El mundo pareció detenerse. Las palabras resonaron en mi mente, una y otra vez, mientras trataba de procesarlas. James continuó hablando, pero por un momento no pude escuchar nada de lo que decía. Todo mi ser se concentró en esa simple frase: "Voy a casarme".

—¿Qué? —logré decir finalmente, mi voz apenas un susurro.

—Voy a casarme con Camille Dupont. —repitió, más despacio esta vez, como si quisiera asegurarse de que entendiera—. Es una doctora francesa. Nos conocimos en mi viaje de negocios en París.

Corazones y Castillos:  Dejando ir al amor de mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora