.Almorzando sentimientos.

17 2 1
                                    

---BLAIR---

Sentada frente a James en aquella cafetería, sentía como si el tiempo se detuviera. La taza de café entre mis manos estaba fría, pero no podía concentrarme en nada más que en la expresión en su rostro. Había algo en su mirada que me perturbaba, una mezcla de nostalgia y algo más, algo que no estaba segura de querer ver.

—Blair, lo que voy a decirte, es importante para mí —murmuró James, rompiendo el silencio que se había instalado entre nosotros.

Sentí un nudo formarse en mi estómago. Sabía que lo que estaba por venir no sería fácil de escuchar. Intenté prepararme, pero nada podía realmente prepararme para las palabras que estaban por salir de sus labios.

—No puedo dejar de pensar en nosotros —continuó, con su voz baja, casi como si estuviera confesando un secreto que había estado guardando durante demasiado tiempo—. No importa cuánto lo intente, no importa lo que haga... siempre estás en mi mente.

Mis manos comenzaron a temblar ligeramente, pero intenté mantener la compostura. Sabía que James y yo habíamos compartido algo especial, algo que había dejado una marca en ambos, pero no esperaba escuchar esto, no ahora, no cuando él estaba a punto de casarse con otra persona.

—James... —susurré, buscando las palabras correctas, aunque no estaba segura de que existieran—. No sé qué decir.

James me miró fijamente, y en sus ojos vi una mezcla de dolor y desesperación. Parecía estar luchando contra algo dentro de él, y esa lucha se reflejaba en cada línea de su rostro.

—No tienes que decir nada, Blair —respondió, su tono era más suave, casi suplicante—. Solo quería que supieras lo que siento. No puedo fingir que todo está bien, no puedo simplemente dejarte atrás como si no hubieras sido lo más importante en mi vida.

Cada palabra que pronunciaba era como un puñal en mi corazón. Me sentía abrumada por una oleada de emociones que no estaba preparada para enfrentar. No quería sentir nada por James, no ahora que todo estaba tan complicado, pero sus palabras despertaban algo en mí, algo que había intentado enterrar.

—Esto... esto no es justo, James —repuse, mi voz era un susurro quebrado—. No puedes decirme esto ahora, cuando estás a punto de casarte con Camille. No es justo para ella, y tampoco para mí.

James cerró los ojos por un momento, como si estuviera intentando contener las emociones que amenazaban con desbordarse. Cuando los abrió de nuevo, había una resolución en su mirada, una determinación que me asustaba.

—Lo sé, Blair, y lo siento —admitió—. Pero no puedo evitar lo que siento. No puedo ignorar lo que hay entre nosotros.

Sus palabras resonaron en mi mente, y me sentí cada vez más confundida, atrapada entre lo que había sido y lo que estaba por venir. Camille era una buena persona, alguien que no merecía ser herida, pero también era la persona que se había interpuesto entre James y yo, que había destrozado lo que teníamos.

—Camille... —empecé, intentando encontrar la lógica en medio de todo este caos—. Ella ha sido buena conmigo, ha sido amable. No puedo... no puedo hacerle esto.

James me miró con tristeza, y pude ver que comprendía lo que estaba diciendo, aunque eso no hacía que la situación fuera más fácil de soportar.

—No quiero hacerle daño, Blair —respondió, su voz era grave, llena de sinceridad—. Pero tampoco quiero seguir fingiendo que todo está bien cuando no lo está. Estoy atrapado entre lo que siento por ti y lo que debería hacer, y no sé cómo salir de esto.

Las lágrimas comenzaron a acumularse en mis ojos, y tuve que parpadear varias veces para evitar que cayeran. Me sentía culpable, tan culpable por lo que estaba ocurriendo, por lo que James estaba sintiendo, pero también por lo que Camille inevitablemente sentiría si todo esto salía a la luz.

Corazones y Castillos:  Dejando ir al amor de mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora