ᴏᴍɴɪꜱᴄɪᴇɴᴛ ʀᴇᴀᴅᴇʀ'ꜱ ᴠɪᴇᴡᴘᴏɪɴᴛ
Dicen a menudo que los detalles pequeños son los que hacen de la vida algo hermoso. Shin Haenul no buscaba eso, sino detalles grandes. Deseaba encontrar un mayor sentido a la vida de mierda, pero de su gusto, por...
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Todo aquel que disfruta de la soledad o es una bestia o un dios...
~ Aristóteles
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Trabajadores furiosos. Oficinistas agotados recién salidos de sus oficinas. Estudiantes con tareas por completar y hobbies por realizar. Todo eso era parte del día a día de Shin Haneul, pero, lo aburrido de ella era que permanecía casi todo el día y parte de la noche en un pequeño puesto de vitrina como guardia de seguridad.
—Oye~, oppa, ¿a qué horas sales de trabajar? Podemos ir a por un poco de kimchi Jimbae y Soju cuando quieras.
—Nop, mi jefe me pidió trabajar horas extras. Lo lamento —se disculpo con una paleta de fresa dentro de sus labios, aunque con falsedad. Se le daba bien, pero solo lo hacia cuando había algo mejor en su camino.
La mujer le insistió unas veces más, pero lidiaba con una completa cabra. Al final, Seo se regodeaba feliz en su silla de ruedas mientras ponía sus pies sobre el escritorio y sacaba su móvil de alguno de los cajones.
No se quejaba de su trabajo; a diferencia de otros, no requería esfuerzos significativos. Si le preguntaban que tipo de persona era, respondería con acidez afirmando ser perezoso, de carácter fuerte, engañoso y risueño. Su amigo de internet volvió a recomendarle aquella infame novela apocalíptica fantástica. Chisteo ignorando el mensaje yendo directamente a leer otra de sus favoritas. La cosa era que si le preguntaban que tenia de malo su ser, es que se aburría de las cosas se extendían demasiado y le hacían perder su tiempo.
TMSA fue una de ellos.
Dejo de leerla alrededor del capitulo mil doscientos, argumentando que iba a llegar a un ataúd antes de que la novela terminara.
Su turno de trabajo casi llegaba a su fin. Pronto vendría su Ahjussi y podría llegar a casa con su madre y su hermana. Pero ahora, la cabina de vigilancia, estrecha ya para aunque sea una persona, era su lugar seguro, su lugar de descanso, en donde olvidaba el hecho de que tendría que regresar a una vida cruenta cuyo único impedimento de terminarla era su propia sangre. Un sentimiento de pesadez se deposito encima suyo, sintiéndose sin energías.