❝Amar a una persona y torturarte temiendo que te rechace es el peor castigo❞
▭▭▭
Ronquidos.
—Ah, ¡¿Por qué diablos estoy haciendo esto?! —exclamó Pildu con evidente ira y molestia mirando a la nada mientras un Gilyoung descansaba dormido entre ronquidos sobre su pierna izquierda.
—Mmm... Dokja Hyung.
Lo s recuerdos pesados con melancolía arrimaron a los pensamientos del hombre de mediana edad sumiéndolo en el silencio y arrepentimientos.
Una Sangha con intenciones amistosas se acercó a él agachándose mientras tomaba con una mano el cabello que amenazaba con incomodarla al caerse—. ¿No es inesperadamente agradable pasar tiempo con nosotros?
—Apresúrate y quítame a este mocoso de encima —exigió en un cambio brusco de ánimos volviendo a forzar su crucé de brazos y frunciendo sus expresiones arrugadas por la edad media.
—Oh, pero te vi sonriendo hace un momento.
Dokja permaneció al margen de la situación que se desarrollaba frente a sus ojos sin tener la posibilidad aunque sea mínima de interferir y provocar cambio alguno. Después de entrar en pánico por su estado y revisar las cosas luego de repasarlas se pregunto por el castigado Shin Haneul.
—Le ordené estrictamente que permaneciera aquí...
Pop.
Un chasquido.
El hilo dorado de Sangha que servía como trampa de alerta de aproximación se había roto, cumpliendo con su propósito. Un numeroso grupo de reptiles no más grandes que un humano, superando en cantidad a los residentes de la estación Chungmuro, se aproximaba desde la derecha. La encargada en ausencia de Dokja gritó ordenes de repaso mientras Pildu-Ssi erigía rápidamente las artillería roja transparente. La ola de monstruos atacó y perdió. Sin embargo, Haneul no hizo acto de presencia en ningún instante.
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ᴛʜᴇ ꜱᴇᴀʀᴄʜ 『Kim Dokja & Yoo Joonghyuk』
Fanfictionᴏᴍɴɪꜱᴄɪᴇɴᴛ ʀᴇᴀᴅᴇʀ'ꜱ ᴠɪᴇᴡᴘᴏɪɴᴛ Dicen a menudo que los detalles pequeños son los que hacen de la vida algo hermoso. Shin Haenul no buscaba eso, sino detalles grandes. Deseaba encontrar un mayor sentido a la vida de mierda, pero de su gusto, por...