Thorfinn en Zero no Tsukaima

CAP. 3 - Un duelo no se puede rechazar. Parte 1

Thorfinn se encontraba mirando el cielo nocturno, contempló con los ojos abiertos las 2 lunas que había en el cielo, una rosa y una azul, sin duda este debería ser el valhalla, aunque no era exactamente como lo imagino y las "valquirias" y demás "guerreros" aquí no eran exactamente lo que él esperaba, ademas, se suponía que en el valhalla combatiría y entrenaría por la eternidad pero ahora se encontraba haciendo un tipo diferente de tarea.

Thorfinn bajo su mirada observando la ropa que tenía en sus manos, su nueva dueña valquiria le había ordenado lavar su ropa mientras ella dormía, él simplemente asintió y salió de la habitación sin protestar, de todas formas él era un esclavo. En el camino se topó con un joven de cabellera rubia brillante y ojos azules, otro noble guerrero supuso, aunque no le dio la impresión de un guerrero.

El joven le exigió que le agradeciera por haberlo llevado a la habitación de su dueña, thorfinn simplemente asintió con un -Ya veo- y siguió con su camino para cumplir su tarea dejando al joven con otra joven valquiria de cabello castaño, también se topó con una valquiria más adulta de cabello rojo y piel morena junto con otro guerrero, él tenía un aire de guerrero mayor que el del anterior joven pero no igualaba ni de cerca a los oponentes con los que había luchado antes, simplemente pasó de largo y salió.

Thorfinn se concentró nuevamente en su tarea y lavó las prendas de su dueña lo mejor que pudo, nunca antes había hecho algo parecido, una vez que terminó volvió a la habitación y durmió en su cama de paja, realmente no había cambiado nada, seguía siendo un esclavo.

Un fuerte grito resonó por la habitación de Louise despertandola de golpe, miro a todos lados y observó cómo su espíritu guardián que había invocado el día de ayer se encontraba retorciéndose en el suelo, una pesadilla pensó, su ceño se frunció y tomo una almohada de su cama.

-¿Por qué eres tan ruidoso?- Louise gritó y arrojó la almohada hacia su guardián golpeándolo en la cabeza logrando que se detuviera.

Thorfinn despertó agitado mirando sus manos temblar, nuevamente una pesadilla, una que no podía recordar del todo, pero imágenes aún recorrían su mente, de fuego, espadas, y sangre, mucha sangre.

Lentamente se puso de pie y miró el rostro enojado de su dueña, supuso que sus gritos la despertaron y por eso estaba enojada, aun así su dueña resoplo molesta y se levanto, noto la ropa en su mesa, estaba lavada pero no estaba doblada, tenía un par de arrugas aquí y allá, nuevamente miró a su guardián con enojo pero contuvo su ira, no quería iniciar así el día.

-Vísteme- Ella dio su orden y el la acato, se dirigió a la ropa que había dejado en la mesa y empezó a vestirla, primero su ropa interior, se sorprendió un poco al ver completamente desnuda a su dueña, sin embargo emociones como la vergüenza o relacionadas simplemente ya no las tenía, la vistió lentamente siguiendo sus indicaciones hasta que terminó.

-Bien, por lo menos eres obediente, puedo trabajar con eso, sígueme- Ella exclamó complacida y se dispuso a salir de cuarto, él simplemente la siguió en silencio.

Después de caminar un rato llegaron a un gran salón, todas las valquirias y guerreros estaban reunidos ahí y comida de gran calidad estaba servida.

-(Supongo que este es el gran salón del valhalla)- Thorfinn pensó para sí mismo viendo todos los manjares que nunca había visto, también noto como todos susurraban cuando ellos entraron y caminaron hasta un asiento vacío en la mesa.

-Que esperas, recorre la silla- Nuevamente su dueña ordeno y el cumplió, su dueña señaló un plato en el suelo -Tú comerás en el suelo, solo los nobles pueden comer en la mesa- Su voz no dejaba opción de negarse así que simplemente asintió y se arrodillo, después de lo que pareció ser algún tipo de oración a una dios llamado "gran fundador" todos empezaron a comer, el también comió, era un trozo de pan, por lo menos era un pan completo y no uno mordido o una migaja, simplemente comió en silencio y término. Después de terminar de comer su dueña se retiró y él la siguió.