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Solo mi amante

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Solo mi amante

Aurora

—¿Quién es? —pregunte de mala gana aún sin abrir los ojos, después de haber contestado mi celular.

—¿Y esa forma de contestar? —la voz de papá hace que me siente de golpe.

—¿Papá? —interrogue apartando el celular de mi oído para corroborar el nombre del contacto y si, era él.

—No, su gemelo... Aurora, baja y ábreme la puerta... perdí las llaves...

En menos de nada, toda libertad se había esfumado... papá había llegado dos días antes de lo que se suponía, sería su regreso, hoy sentada frente a él, aun adormilada, veo como descarga las bolsas del supermercado.

—No perdiste las llaves ¿verdad? —lo mire indignada, él sonrió y negó —¡papá! —grite molesta, estaba molesta... pero no por él...

—¿Tanto te molesto? —interroga dejando todo para mirarme —creí que sería graciosos...

—Perdón papá —suspiré cansada acariciando el puente de mi nariz —discúlpame tu papá, no debí contestar así... ando sensible.

—¿Has estado cuidando tu dieta? —interroga y niego por completo —te veo con más carne y cuerpo...

—¿Me acabas de decir gorda? —lo mire y colocándome de pie, para dedicarle una mirada de resentimiento —ni quiero saber.

Sin más subí hasta mi habitación dejándolo atrás. La noche llegó rápidamente abofeteándome en la cara, después de una ducha fría y envuelta en la toalla, me senté en la cama suspirando por mis penas.

¿Por qué me molestaba tanto el hecho, de que Alexander no me haya llamado o ni siquiera escrito durante toda esta larga y jodida semana?, sabía que era imprudente de mi parte, recibirlo aquí todas esas noches y despedirlo en la puerta todas esas mañanas, ¡tenía vecinos por amor a cristo!

Volteo a ver la mesa de noche cuando escucho el sonido de mi celular, me pongo de pie y rodeó la cama tomando el celular entre mis manos "K" se reflejaba como nombre de contacto.

—¿Hoy si estás sola? —interroga como primera opción al responderme.

Los saludos y la educación se los pasa por el culo.

—No —conteste indiferente. Este juego se juega de a dos —Se acabaron las vacaciones  de papá.

—¿Antes? —interroga y guarda silencio, que usa para suspirar con pesadez y frustración —yo... quería verte hoy...

—Cambia la elección de palabras, no quieres verme, quieres cogerme Alexander. —La molestia es notable en el tono de mi vox.

—¿Por qué tan a la defensiva?

EN LAS SOMBRAS DEL DESEODonde viven las historias. Descúbrelo ahora