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Oportunidades

Alexander

—¿Qué pasa? —Interroga Aura desde la cama.

—No quiero que te sientas presionada... —admití —en verdad quero empezar algo genuino contigo, algo que no se enfoque en tener sexo.

Y no mentía, para este punto de mi vida mi necesidad por Aurora iba más allá de lo sexual, pues durante todo este tiempo que estuvimos separados, no fue solo su cuerpo el que me hizo falta sino toda su persona en sí.

No sabría medir con exactitud el tiempo en el que mis sentimientos comenzaron a cambiar, solo supe de pronto que, si la dejaba ir otra vez, morirá... pues mi valle de sombras es un infierno si ella; mi luz, no estaba conmigo.

Amaba a Aurora y no podía seguir alejado de ella.

—No me siento presionada —se acomodó sobre la cama sentándose en la orilla, mirándome con ese par de hermosos ojos brillantes —muero de ganas por estar contigo en todas las formas posibles...

Ella se estira y toma mi mano atrayéndome a ella, luego se pone de pie y de cuclillas, besa mis labios. Sus manos van hacia mi rostro, se mueve lentamente mientras su lengua se introduce brevemente en mi boca, la abrazo contra mi cuerpo deseando tenerla cerca para nunca más soltarla, con deseos de esta noche hacerle el amor hasta el alba.

Sonrió cuando es ella quien desabrocha los botones de mi camisa, besando mi cuello y descendiendo hasta mi pecho, logrando besar en cada lugar conforme desabrocha los botones.

La miro cuidadosamente, tomando el cierre de su linda pijama de dinosaurio, para bajarlo lentamente hasta exponer su hermoso cuerpo.

—¿Cómo puedes ser tan perfecta? —interrogó a la nada ante semejante belleza.

Ella era sin duda la mujer más atractiva con la que había estado jamás, la única que logró hacerme volver por más, la única que ha logrado despertar los sentimientos dentro de mi vasto y frío corazón.

La tomé entre mis brazos separándola del suelo, ella enrosco sus piernas a mi alrededor y no tardó en besarme para luego alejarse un poco, olfateando con necesidad mi piel.

—Sigue siendo el mismo. —Murmura euforica. —No sabes cuánto extrañe tu aroma. —Sonreí ante aquella confesión, mientras disfrutaba de cómo su lengua dejaba humedad contra mi cuello.

Camine hasta la cama para dejarla suavemente, me incliné hacia ella besando su cuello, sus hombros sus lindos pechos de canela, su abdomen, su ombligo... no quería detenerme, solo quiero disfrutar del sabor de su piel... quería probarlo todo, encontrar cambios y devorarlos uno a uno mientras le hacía el amor.

—Hoy se siente diferente. —Comenta entre jadeos mientras beso sus muslos.

—Porque esta vez, te estoy haciendo el amor estando perdidamente enamorado de ti.

Ella sonrió y luego dejó caer su cabeza sobre la almohada justo después de que mi lengua acariciara su monte de venus, entre besos deslice lentamente la ropa interior hasta sacarla, lamento la piel de sus muslos hasta separarlos lo suficientes como para posicionar mi cabeza entre sus piernas.

—¡ah! —gimió alto cuando rocé su clítoris con la punta de mi lengua.

Sin ánimos de detenerme, sigo explorando sus pliegues cuidadosamente, aún ritmo considerado y sin ganas de tomarme algún atajo. Ella jadea y tiembla, el sabor de sus fluidos me invita a seguir en lo mío mientras ella tira de mi cabello y empuja mi cabeza entre sus piernas.

EN LAS SOMBRAS DEL DESEODonde viven las historias. Descúbrelo ahora