1. La misma vieja historia de traición.

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Taylor Swift – Exile feat. Bon Iver (1:33 - 3:00)

Creo que ya viví está historia antes...

Leí en una revista, cuyo nombre no recuerdo, que solo hay una cantidad de dolor que una persona puede soportar antes de que el cuerpo empiece a mostrar signos de ello, como el síndrome del corazón roto. También existe el Índice de Dolor de McCaffrey, una escala utilizada para medir y evaluar el dolor. Esta escala varía de 0 a 10, donde 0 representa ningún dolor y 10 el dolor más intenso imaginable.

¿En qué escala estoy en este momento?

Me gustaría decir que un 6, porque prefiero reservarme los números más altos para otra ocasión. No les daré la satisfacción de obtener más de lo que merecen. No les daré más de lo que ya me han quitado.

—¡¿Qué crees que estás haciendo?!

Landon, mi hermano mayor, cierra la puerta con fuerza, el sonido me hace sobresaltar y retrocedo de forma instintiva.

No es que él sea usualmente violento, no, pero su temperamento es muy cambiante. Explosivo. Volátil. Aunque solo cuando algo no sale según sus planes. Al igual que los demás miembros de esta familia, le gusta tener el control de todo lo que puede controlar, debido a que, Empresas Sinclair, las cuales pertenecen a nuestra familia y en dónde él era CEO hasta hace unos meses, es una empresa contratista en defensa militar, debemos tener el control. Es justo y necesario, o las consecuencias serían fatales.

—Luna, necesito una buena explicación para el show que hiciste ahí afuera. ¡¿Comprometerte con un simple guardaespaldas?! ¿En qué estabas pensando? Hasta hace unos días no dejabas de hablar sobre anunciar tu compromiso con William y, ¿ahora sales con esto? Es algo que podía esperar de Aurora, pero no de ti.

Se acerca a mí a paso lento, yo no aparto mis ojos de los suyos.

Al igual que Aurora, Landon siempre ha sabido que hacer con la riqueza de nuestra familia. Asiste a las fiestas más lujosas y sale con las mujeres más hermosas que acuden a su entera disposición. Conduce los modelos de automóviles más caros y más rápidos, desobedeciendo las leyes porque él es un Sinclair y nosotros hacemos la ley.

Para él, no hay nada que el dinero no pueda comprar.

Incluso se puede comprar personas, hermana —suele decir.

—Ahora eres la imagen de Empresas Sinclair...

—No, mamá y tú solo me pusieron como figura decorativa hasta que puedas volver hacerte cargo. No soy nada.

Lo cual no parece que sea pronto porque Landon, según mi madre y el abogado de la familia, ha tomado algunas decisiones equivocadas — que para mí sorpresa no tienen nada que ver con sus problemas de apuestas y con el juego, a pesar de que él no admite que aquello es una adicción—, y ahora tiene que pasar desapercibido. Legalmente hablando, por supuesto.

—Solo querían que yo sea su chivo expiatorio.

Personalmente no me gustó la idea, pero lo hice porque él me lo pidió. La única persona que en realidad se preocupaba por mí, que me quería, hasta que sus ideales y los míos empezaron a separarse y también nosotros.

Extraño tanto el hermano que él era. Aunque con cada día que pasa me pregunto si ese hermano que mantengo guardado con tanto cuidado en mi mente alguna vez realmente existió.

—¿Por qué subes aquí todas las noches? —la voz de Landon me hace sobresaltar— Te paras ahí y miras el cielo, es extraño. Eres tan extraña.

Los ojos grises de mi hermano se fijan en mí, hay un toque de curiosidad mezclado con algo más que no logro reconocer.

—Tienes siete años —sigue diciendo—, deberías hacer cosas más acordes a tu edad.

De un átomo a toda una galaxiaWhere stories live. Discover now