7. Sonrío como si estuviera ganando.

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Taylor Swift - The Prophecy (0:27 – 1:20)

La niña es más pequeña de lo que imaginaba, pero está bien, tiene casi cinco años. De cabello rizado y castaño, del mismo tono que el de su papá y ojos grisáceos almendrados, que están abiertos y llenos de un sin fin de emociones mientras da vueltas alrededor de mi oficina asimilando cada cosa que ve. Aunque aquí no hay mucho que ver, solo paredes blancas y algunos objetos de cristalería y adornos grises.

Simple y sofisticado, según mi madre.

La veo dar pequeños saltos y señalar la vista desde la pared de vidrio detrás de mí escritorio, una que me gusta contemplar cuando el trabajo es demasiado —es decir todos los días—, solo giro mi silla y contemplo la ciudad detrás de mí.

—Lo siento, señorita, intenté detenerla, pero es muy rápida —me dice Betty—. Y la persona que debía cuidarla no fue de ayuda.

Recién ahora, me doy cuenta que hay una mujer cerca de Betty.

Parece casi de mi edad, aunque luce más joven, tal vez por su actitud y la sonrisa en su rostro en forma de corazón.

Debe ser Alana —me digo—. La hermana menor de Donovan.

—Lo siento, me distraje con la enorme pecera en la pared que tienen ahí. Es hermosa. Y Lily es muy rápida. No fue mi culpa.

Lo último lo dice con una sonrisa hacia su hermano.

Pudo ver claramente el parecido entre Donovan y ella, a pesar que Alana —asumo que es Alana—, tiene el cabello rubio oscuro, ojos rasgados y de un azul muy claro. Pero al igual que Donovan, ella también tiene algunas pecas en sus mejillas y nariz.

—Si no necesita que llame a seguridad —me dice Betty con sus ojos fijos en Alana quien le dedica una sonrisa y me pregunto qué pasó ahí afuera—, me voy a retirar.

No confío exactamente en mi voz justo ahora, así que simplemente hago un gesto con la mano y ella se retira.

—Quería ver a mi nueva mamá, la que mi papá compró para mí. ¿Dónde la compraste, papá? Porque es muy bonita y tiene mucho dinero. ¿Eso quiere decir que yo también tengo dinero? ¡Ahora también soy rica!

No he tratado con muchos niños... No, de hecho, no he tratado con niños, así que no tengo un marco de referencia de cómo son o que debo exactamente esperar, pero, ¿todos los niños hablan mucho?

—Mi cumpleaños será en dos semanas, ¿me puedes regalar un poni? Siempre he querido un poni.

Abro los labios con la intención de responder a su pregunta, pero los vuelvo a cerrar porque no sé qué decir y puedo sentir los ojos de todos sobre mí, excepto los de Donovan que está mirando a su hija mientras se acerca a ella y se agacha para estar a la altura de la niña.

Ella simplemente le sonríe y eleva los hombros mientras murmura un lo siento que me suena a todo menos a una disculpa genuina.

—¿Me compraste una nueva mamá? Lo vi en la televisión con mi tía y mi tía dijo que ella era millo... Algo.

De hecho, yo lo compré a él —pienso.

—¡¿Qué?! Yo no dije eso.

—Sí lo dijiste tía. Yo lo recuerdo bien.

Alana masculla chismosa entre dientes y Lily le dedica una sonrisa tan grande que se forman pequeños hoyuelos en sus mejillas y sus ojos se arrugan casi hasta desaparecer.

Debo reconocer que es linda y algo adorable.

Me he perdido en mis pensamientos y no me doy cuenta que Donovan le está diciendo algo a la niña.

De un átomo a toda una galaxiaWhere stories live. Discover now