Capitulo 5: El Final Inesperado

8 2 0
                                    

El sol brillaba con fuerza sobre Monteverde mientras Solange se preparaba para el día. La vida había comenzado a recuperar una apariencia de normalidad desde que Lucas decidió enfrentar sus errores. Su confesión y el trabajo comunitario que emprendió no solo comenzaron a reparar el daño que había causado, sino que también le dieron un propósito nuevo.

Lucas había demostrado una valentía que Solange admiraba profundamente. A pesar de todo lo que había pasado, su determinación de enmendar sus errores había comenzado a cambiar la percepción de los lugareños sobre él. Solange y Luna lo apoyaban en cada paso del camino, y la pequeña familia comenzaba a ver un futuro más brillante.

Esa mañana, Solange había planeado encontrarse con Lucas en el parque donde solían hablar. Quería discutir algunos planes para un proyecto comunitario que habían decidido emprender juntos: una nueva biblioteca para el pueblo. Lucas estaba emocionado con la idea de dejar un legado positivo en Monteverde, y Solange compartía su entusiasmo.

Sin embargo, al llegar al parque, Solange no vio a Lucas en su lugar habitual. Frunció el ceño, pensando que tal vez se había retrasado. Decidió esperar un poco, observando a los niños jugar y a los adultos pasear por el parque. Pero a medida que pasaban los minutos, su preocupación crecía.

Finalmente, decidió llamarlo. Sacó su teléfono y marcó su número, pero la llamada fue directamente al buzón de voz. La preocupación de Solange se convirtió en ansiedad. Lucas nunca había sido puntual, pero siempre respondía a sus llamadas.

Decidió ir a la casa de Lucas, esperando encontrarlo allí. Caminó rápidamente por las calles de Monteverde, su corazón latiendo con fuerza mientras la inquietud crecía en su interior. Al llegar a la casa de Lucas, llamó a la puerta, pero no hubo respuesta.

-Lucas, ¿estás ahí? -llamó, golpeando la puerta con más fuerza.

Después de varios minutos sin respuesta, Solange comenzó a temer lo peor. La puerta no estaba cerrada con llave, y decidió abrirla con cautela. Al entrar, encontró la casa en silencio. Todo parecía estar en su lugar, pero algo no se sentía bien.

Llamó nuevamente, recorriendo la casa en busca de cualquier señal de Lucas. Al llegar a la sala de estar, su corazón se detuvo. Allí, en el suelo, yacía Lucas, inmóvil. Solange corrió hacia él, sus manos temblorosas mientras trataba de encontrar algún signo de vida.

-¡Lucas! -gritó, su voz quebrándose mientras intentaba reanimarlo.

Marcó el número de emergencias con manos temblorosas, explicando rápidamente la situación. Los minutos que siguieron fueron un torbellino de desesperación mientras esperaba la llegada de los paramédicos. Intentó hacer lo que pudo, pero pronto se dio cuenta de que era demasiado tarde.

Cuando los paramédicos llegaron, confirmaron lo que Solange ya temía: Lucas había fallecido. La noticia fue un golpe devastador, y Solange sintió como si el mundo se desmoronara a su alrededor. No podía comprender cómo alguien que había mostrado tanta valentía y determinación podía haberse quitado la vida tan repentinamente.

El funeral de Lucas fue un evento sombrío, con muchos lugareños asistiendo para rendir homenaje al hombre que había intentado redimirse. Solange, junto a Luna, se mantuvo fuerte durante la ceremonia, pero en su interior, luchaba con una mezcla de tristeza y confusión.

Después del funeral, Solange se encontró en su casa, rodeada de recuerdos y pensamientos sobre Lucas. A pesar de su dolor, sabía que debía seguir adelante, por Luna y por el legado que Lucas había intentado construir. Decidió continuar con el proyecto de la biblioteca en honor a Lucas, viendo en ello una forma de mantener viva su memoria.

Con el tiempo, Solange y Luna comenzaron a adaptarse a la vida sin Lucas. El dolor nunca desapareció por completo, pero encontraron consuelo en los recuerdos y en el impacto positivo que Lucas había dejado en la comunidad. La nueva biblioteca se convirtió en un lugar de encuentro y aprendizaje, un símbolo de esperanza y redención.

Solange a menudo visitaba la biblioteca, recordando las conversaciones y los sueños que compartió con Lucas. En esos momentos, sentía su presencia y encontraba fuerza en su memoria. Monteverde siguió adelante, pero Lucas nunca fue olvidado. Su historia de redención y su inesperada partida dejaron una marca indeleble en el corazón de aquellos que lo conocieron.

En un rincón tranquilo de la biblioteca, Solange instaló una pequeña placa en honor a Lucas. Las palabras grabadas en ella resonaban con el espíritu de redención y esperanza que él había encarnado:

*"En memoria de Lucas Wesker. Que su búsqueda de redención y su valentía nos inspiren a todos."*

Mientras miraba la placa, Solange susurró una despedida silenciosa, sabiendo que, a pesar de todo, Lucas había encontrado la paz que tanto había buscado.

Las sombras de Monteverde Donde viven las historias. Descúbrelo ahora