Capitulo 10: Los Demonios de Chris

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Chris se quedó en Monteverde, completamente ajeno a la partida de Solange y Luna. Los días pasaban lentamente, y la casa que compartía con Solange se sentía más vacía que nunca. Sin la presencia de su familia, Chris se encontró solo con sus pensamientos y sus demonios internos.

Desde el momento en que Solange se había marchado, Chris había intentado convencerse de que todo volvería a la normalidad. Pero a medida que los días se convertían en semanas, esa esperanza se desvanecía, dejando espacio para una creciente sensación de desesperación y confusión. Comenzó a cuestionarse todo, desde sus acciones pasadas hasta su propia valía.

Una noche, mientras se sentaba en el porche con una botella de whisky en la mano, los recuerdos comenzaron a asaltarlo. Pensó en Lucas, el hombre que había estado siempre presente en su relación con Solange. La envidia y el resentimiento se mezclaban con el alcohol, nublando su juicio y alimentando su rabia.

—Lucas nunca fue tan bueno como todos piensan —murmuró Chris para sí mismo, tomando un largo trago de whisky—. Solange tuvo que romper su amistad con él por una razón.

Recordaba claramente la pelea entre Lucas y Solange, una pelea que había marcado un punto de inflexión en su relación. Había sido una noche tensa; Lucas había llegado a su casa, insistiendo en hablar con Solange. Chris había observado desde la cocina, escuchando los gritos que provenían del salón.

—No entiendes lo que estoy tratando de hacer por ti, Solange —había dicho Lucas, su voz llena de frustración.

—¡No necesito que me salves, Lucas! —Solange había respondido, sus palabras cargadas de dolor—. Necesito que respetes mis decisiones y mi vida.

Chris recordó cómo había sentido una extraña mezcla de satisfacción y preocupación. Por un lado, la pelea entre ellos confirmaba sus sospechas de que Lucas no era el amigo perfecto que todos creían. Por otro lado, la intensidad del conflicto revelaba la profundidad de la conexión entre Solange y Lucas, algo que siempre lo había inquietado.

Esa noche, después de que Lucas se marchara, Solange había llorado en silencio. Chris había intentado consolarla, pero ella estaba distante, atrapada en sus propios pensamientos. Fue entonces cuando ella decidió romper la amistad con Lucas, una decisión que Chris había apoyado en secreto, aunque sabía que era una victoria amarga.

Con esos recuerdos reviviendo en su mente, Chris comenzó a justificar sus acciones pasadas. Convencido de que Lucas había sido una influencia negativa en sus vidas, trató de encontrar consuelo en esa certeza. Sin embargo, su mente perturbada no le permitía encontrar paz.

Las noches se hicieron más oscuras, y los días más insoportables. Chris comenzó a caminar por las calles de Monteverde, buscando algo que ni él mismo podía definir. El alcohol se convirtió en su único compañero constante, y con cada trago, su mente se sumergía más en la confusión y el dolor.

Un día, mientras caminaba cerca de la biblioteca, se encontró con una placa conmemorativa en honor a Lucas. Al ver las palabras grabadas, una ola de ira lo invadió.

—"En memoria de Lucas Wesker. Que su búsqueda de redención y su valentía nos inspiren a todos." —leyó en voz alta, su voz goteando sarcasmo—. ¡Hipócrita!

El odio hacia Lucas se intensificó, y Chris comenzó a planear su venganza. Decidió que si no podía destruir el legado de Lucas físicamente, lo haría moralmente. Comenzó a escribir cartas anónimas, llenas de acusaciones infundadas y calumnias sobre Lucas. Las dejaba en la biblioteca, en las casas de los vecinos y en cualquier lugar donde pudieran ser encontradas.

Pero a medida que su campaña de difamación continuaba, Chris se daba cuenta de que sus acciones no le proporcionaban la satisfacción que buscaba. En lugar de sentirse victorioso, se sentía más vacío y desesperado. La sombra de Lucas seguía persiguiéndolo, y el vacío en su vida se hacía cada vez más grande.

Las sombras de Monteverde Donde viven las historias. Descúbrelo ahora