Sentada en el parque, Solange observaba a las pocas personas que paseaban por allí, disfrutando del sol matutino. Los niños jugaban despreocupados, y las risas llenaban el aire. Pero en su mente, los pensamientos no eran tan livianos ni alegres. Su vida había dado un vuelco en apenas un poco más de un año, y se encontraba en un punto que nunca hubiera imaginado.
Hace un año, Lucas aún estaba vivo. Su muerte había sido un golpe inesperado y devastador. Lucas había sido una figura importante en su vida, pero también un catalizador de conflictos. Aunque su amistad había sido profunda y significativa, había momentos en los que Lucas no respetaba sus límites, insistiendo en estar presente en momentos en los que ella necesitaba espacio. Esa insistencia, ese no saber cuándo dar un paso atrás, había tensado su relación.
—No entiendes lo que estoy tratando de hacer por ti, Solange —recordaba las palabras de Lucas, cargadas de frustración.
—¡No necesito que me salves, Lucas! —su propia voz, resonando con dolor—. Necesito que respetes mis decisiones y mi vida.
Esa pelea había sido el principio del fin de su amistad. Aunque había tratado de mantener el vínculo, la herida abierta no había sanado, y finalmente, había tenido que tomar la difícil decisión de alejarse. La pérdida de Lucas había sido un golpe duro, pero sabía que, de alguna manera, había sido necesaria para que ambos pudieran seguir adelante.
Luego estaba Chris. La relación con él había sido un torbellino desde el principio. Había habido pasión y amor, pero también celos y control. Las discusiones se habían vuelto una constante en su vida, y la situación había llegado a un punto insostenible. Recordaba claramente los momentos de tensión, las palabras duras intercambiadas, y cómo su comportamiento se había vuelto cada vez más errático y peligroso.
Habían intentado salvar su relación, pero los celos de Chris, especialmente hacia Lucas, habían sido una barrera insuperable. Incluso después de mudarse a Monteverde, con la esperanza de un nuevo comienzo, los fantasmas del pasado la habían seguido. Chris había aparecido nuevamente en su vida, trayendo consigo el caos del que había intentado escapar.
La llegada de Chris a Monteverde había reabierto viejas heridas. Su promesa de haber cambiado había resultado ser solo una estrategia para volver a entrar en su vida. Recordaba cómo había llegado a la casa de sus padres, gritando y armando un conflicto que había terminado con la intervención de la policía.
—Chris, esto tiene que terminar. No puedo seguir viviendo así, y no permitiré que Luna crezca en un ambiente tan tóxico —había decidido finalmente.
Solange sabía que Chris no cambiaría, que el ciclo de violencia y control no se rompería a menos que ella tomara una acción decisiva. Por eso había dejado a Luna con sus padres en la ciudad. No podía arriesgar la seguridad de su hija. Solange había regresado a Monteverde con un propósito claro: poner fin a esta pesadilla de una vez por todas.
Sentada en el parque, dejó que sus pensamientos fluyeran libremente, repasando cada decisión, cada momento que la había llevado hasta aquí. Había llegado a Monteverde buscando paz y una nueva vida, pero en lugar de eso, se había encontrado atrapada en los mismos conflictos de los que había huido. Era irónico cómo el lugar que había elegido para empezar de nuevo se había convertido en el escenario de sus peores pesadillas.
Pero ahora, con Luna a salvo con sus padres, Solange se sentía más fuerte. Tenía que enfrentarse a Chris y resolver la situación. No podía permitir que su presencia siguiera perturbando su vida y la de su hija. Era hora de poner un fin definitivo a esta pesadilla.
Con determinación, se levantó del banco del parque y comenzó a caminar hacia la comisaría. Hablaría con las autoridades locales, buscaría apoyo en la comunidad y haría todo lo posible para proteger a su hija y asegurar un futuro mejor. No huiría más. Se enfrentaría a sus demonios, y lo haría con la convicción de que estaba luchando por algo mucho más grande que ella misma.
Mientras caminaba, los recuerdos seguían inundando su mente. Pensaba en los primeros días en Monteverde, cuando todo parecía posible. Había creído que podía construir una vida nueva y feliz para ella y Luna, lejos de las sombras del pasado. Pero la realidad había sido muy diferente. Los fantasmas de su pasado la habían seguido hasta aquí, y ahora se encontraba atrapada en un ciclo de conflictos y decisiones difíciles.
Solange sabía que no podía cambiar el pasado, pero podía influir en su futuro. Necesitaba enfrentarse a Chris y resolver la situación de una vez por todas. No podía permitir que su presencia siguiera perturbando su vida y la de Luna. Era hora de poner un fin definitivo a esta pesadilla.
Al llegar a la comisaría, respiró hondo y entró. Sabía que el camino no sería fácil, pero estaba decidida a enfrentarlo. Hablaría con las autoridades, explicaría su situación y buscaría el apoyo que necesitaba. No estaba sola. Tenía a sus padres, a sus amigos en Monteverde, y sobre todo, tenía la fortaleza que había encontrado dentro de sí misma.
Después de una larga conversación con la policía, salió de la comisaría sintiéndose un poco más ligera. Sabía que aún había mucho por hacer, pero este era un primer paso importante. Decidió que pasaría el día organizando sus pensamientos y preparando un plan de acción.
Regresó a la posada y se sentó a escribir una lista de todo lo que necesitaba hacer. Sabía que tendría que ser estratégica y cuidadosa, pero también estaba decidida a no dejarse intimidar. Mientras escribía, sus pensamientos volvieron a Lucas y a cómo su búsqueda de redención había sido una inspiración para ella.
—"En memoria de Lucas Wesker. Que su búsqueda de redención y su valentía nos inspiren a todos." —las palabras de la placa en la biblioteca resonaban en su mente.
Solange sabía que también estaba en una búsqueda de redención. No solo por sus errores pasados, sino por las decisiones difíciles que tenía que tomar ahora. Estaba luchando por el bienestar de su hija, por un futuro mejor, y por su propia paz mental.
La decisión de regresar a Monteverde había sido difícil, pero ahora sabía que era la correcta. No huiría más. Se enfrentaría a sus demonios, y lo haría con la convicción de que estaba luchando por algo mucho más grande que ella misma. Con cada paso que daba, sentía que se acercaba un poco más a la paz y la libertad que tanto anhelaba.
Finalmente, decidió salir a caminar nuevamente. Necesitaba despejar su mente y encontrar un momento de tranquilidad en medio del caos. Mientras caminaba por las calles de Monteverde, sintió una chispa de esperanza. Sabía que el camino sería largo y difícil, pero estaba dispuesta a enfrentarlo. Por ella, por Luna, y por el futuro que estaban construyendo juntas.
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Las sombras de Monteverde
General Fiction**Descripción de la Historia** "Las Sombras de Monteverde" sigue la vida de Solange Morlet, una madre soltera que se muda al pequeño pueblo de Monteverde buscando un nuevo comienzo. Su tranquilidad se ve alterada cuando se reencuentra con Lucas Wesk...