Tormenta

•Capítulo 9

Dedicado a ValeriaZavala637 gracias por todo tus comentarios linda, me animaron mucho.

Amenazas en jaque.

Rachel

—¿Un almuerzo antes de irme?

—Sí—confirma el General.

—Está bien—miró el reloj que está en la pared, son las 14:00 horas— Dígame la dirección y hora, por favor.

—¿Cómo crees querida?—se ofende como si le fuese dicho un insulto— Yo mismo pasaré a recogerte a tu dormitorio a las 14:30 horas.

Sonrió por su acto tan caballeroso.

—Muy bien General.

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—¿Qué el General qué?

—Me invito a almorzar en una forma de despedida por la misión en Francia.

—Sabes que a pesar de ser el General no me buena espinal, Rachel—Rosemblum está en mi habitación, reclamándome porqué le acepte la invitación al General.

—Sí lo sé, pero sabes que lo hago también por un objetivo. Me cayó anillo al dedo que me invitará a almorzar, ya que llevará su escuadrón de seguridad—cierro la ducha y me envuelvo en un albornoz— Y el último imbécil de mi lista pertenece al el.

—Sí, lo comprendo, pero igual me preocupó por lo que ese mal nacido puede hacerte o pueda pasar.

—Mira Daniel, yo soy una soldado dada de baja, pero eso no significa que mi entrenamiento de lucha cuerpo a cuerpo se me haya olvidado—salgo del baño— O se me haya olvidado como usar un arma, una daga o mi entrenamiento de artes marciales. No soy sólo una cara bonita.

Dura unos segundo en silencio.

—Me convenciste—alza las manos— Pero no se te olvide que si te hace lo más mínimo lo mató—se acerca y besa mi frente.

—Para que te quedes más tranquilo te informo que llevo una glock bajo mi vestido, y ese inventó que hiciste para mí lo llevo siempre conmigo.

Hago referencia a la pulsera cubierta de oro blanco que me regaló, que más que ser eso, lleva bajo esa capa de oro blanco un explosivo que puede llegar a ser más poderoso que un misil. Ese tipo de arsenal, que bautizo con la unión de mi nombre y el suyo ya que es único y exclusivo para mí es el más poderoso que hay en el continente Europeo.

«Rachiel 120865»

Leo el grabado de la pulsera que tengo ahora en mis manos...

—Te tengo un regalo—me dice de repente cuando me mira.

Se saca de el bolsillo del uniforme de pila un cofre de color azul terciopelada.

—No, Rosenblum, no puedo casarme contigo, en estos momentos soy muy feliz estando libre de todo mal—lo hostigo de inmediato.

—No seas tonta, niñita. A ver dame tu mano—me toma mi mano derecha y saca del cofre un anillo cubierto por oro blanco y una joya pequeña que es discreta— No creas que es un joya común, sabes que mis regalos no lo son, llevas en tu dedo un explosivo que tiene la potencia de doce mil minas juntas. Aparte tiene un sistema de rastreo que se transmite por medio de todo mi equipo, así que si tocas el grabado, sabré donde estás—me lo coloca con delicadeza y me muestra donde se encuentra el grabado que al sólo darle un mínimo roce se ilumina de una manera muy efímera y discreta— Sabes como se utiliza lo demás, pero te lo recuerdo, tocas la joya principal y tienes sólo segundos antes de que el explosivo haga su trabajo, por eso te recomiendo quitártelo antes de activarlo.