★
Entonces, ¿esto es el bullying?
Sí, es doloroso. ¿Cómo puede un grupo de chicas abusar de una chica simple? Zoi debió sufrir mucho a causa de esto.
— Al parecer, estos audífonos son muy importantes para ti — dice Sofía sosteniendo mis audífonos con solo un dedo.
— S-sí, lo son — le digo yo, algo temblorosa, mientras mis lágrimas corren hasta mis labios, sintiendo el sabor salado de las lágrimas. Aún se me hacía difícil hablar; no podía lidiar con esto. Si tan solo fuera una chica, quizás sí, pero son tres. No sé qué me podrían hacer.
— Entonces dime que no te acercarás más a Charly y sus amigos y te dejaremos en paz. Si no, será mucho peor para ti. Podemos hacerte la vida un maldito infierno hasta que dejes la preparatoria por voluntad propia. ¿Conoces a Raquel? Te vi hoy con ella y con Victoria; de seguro no sabes lo que pasó con ella. La molestamos tanto, pero tanto, que decidió dejar la preparatoria. La verdad, me sorprendí mucho hoy verla aquí; tengo que hacerle un par de aclaraciones.
— Es que no te has mirado en un espejo, pareces muerta, eres demacrada y pálida, y ese pelo, siempre con estos audífonos puestos, me das lástima, no, lástima no es la palabra exacta, es asco, así me provocas náuseas. Tu estilo, eres una estúpida si crees que podrías ser alguien importante para Charly. Él y yo llevamos demasiado tiempo conociéndonos y también hemos salido un par de veces. Tú no eres de su tipo, él es perfecto y tú —me dice ella mirándome de arriba hacia abajo—, tenía miedo, quiero salir de aquí ya.
—Ya, por favor—digo yo entre lágrimas y con algo de falta de aire.
—Ya es suficiente, creo que ya entendió, y están por volver los estudiantes al salón—dice la chica de cabello rizado que está bloqueando la puerta.
La pelirroja me aprieta la cara, tan fuerte que tengo que cerrar los ojos del dolor.
—Si te vuelvo a ver cerca de Charly o de Iván, desearás estar muerta, Zoe.
Me dice la pelirroja mientras la de cabello corto me da una patada en las piernas tan fuerte como para caer tendida de rodollas al suelo.
— Y que ni se te ocurra fijarte en Paúl, es mi novio y a Martina le gusta Iván. Más vale que mantengas tu distancia.
Sofía me lanza los audífonos, caen tan fuerte que rápidamente me arrastro hasta ellos, los tomo en mis manos y comienzo a dejar salir mis lágrimas, que no paraban de salir.
Tengo que salir de aquí —pienso, ya que se está por acabar el turno de clases y entonces regresarán al salón. Me levanto con algo de dificultad, seco mis lágrimas con las mangas de mi suéter y asomo mi cabeza para ver que no me vea nadie. Rápidamente salgo del salón y me dirijo al baño para echarme un poco de agua en mi rostro, por suerte, el baño está libre, no hay nadie; asomo mi cabeza en el espejo, veo mi reflejo ahí, tengo la cara tan roja y mis ojos hinchados, mi cerquillo tapa parte de mis ojos. Me quedo mirándome, si soy fea.
En ese momento siento que alguien se acerca y, rápidamente, me meto en uno de los baños. Cierro la puerta para que nadie me vea; ahí me quedo oculta. Alguien abre la puerta y son las mismas tres chicas de hace un rato; lo sé por sus voces.
—Ya déjame, por favor—, dice una voz temblorosa.
Entreabro la puerta del baño y es Raquel. Una de las chicas está sosteniendo sus brazos y Sofía la tiene tomada del pelo.
—Maldita estúpida, ¿cómo te atreves a regresar a la preparatoria, ah?
—Te dijimos claramente que no te volvieras a acercar a Iván—, dice la pelirroja, tomando a Raquel del mentón.
—Solo te doy el día de mañana para que dejes la preparatoria, o le diremos a todos que te drogas. Maldita drogadicta.
Las chicas se van y dejan a Raquel ahí; ella está llorando desconsoladamente. Yo me siento como una cucaracha escondida, quería ayudar a Raquel, pero no puedo, como tampoco pude ayudar a Zoi. Me decido a salir; Raquel está demasiado mal.
— — Estás bien, — le pregunto yo con voz temblorosa. Raquel se asombra al verme y seca sus lágrimas rápidamente cuando me ve.
— ¿Desde cuándo estás ahí? — dice Raquel afligida.
— Lo suficiente para ver lo que sucedió. — le digo, apoyando mi mano en su hombro. En ese momento, ella comienza a llorar aún más y la abrazo para darle apoyo.
Después de soltar varias lágrimas, se anima a hablarme.
— Por favor, Zoe, no digas nada de lo que pasó aquí. Por favor.
— Tranquila, no diré nada.
— En ocasiones pienso en la muerte; esto es tan difícil.
— No, Raquel, no pienses en eso, todo estará bien, te lo prometo.
Raquel me recordó a Zoi; ella se suicidó por culpa del bullying, no quiero que nadie más muera a causa de esto. ¿Cómo hay personas tan malvadas en este mundo? Personas sin sentimiento ni corazón. Esta vez ayudaré a Raquel, no dejaré que se sienta de esa manera. Hay que ser fuerte, tengo que ser fuerte y ayudarla. Esas malditas chicas no se volverán a meter más con Raquel ni conmigo.
— Te llevaré a un lugar, Raquel, un lugar que no he visitado desde hace mucho tiempo...
ESTÁS LEYENDO
El Silencio De Zoe
Teen FictionSoy Zoe García, la chica qué dejó de confiar en las personas, la chica que sufre en silencio. Mi vida fue un completo caos. Y al cumplir mis 18 años fuí abandonado por el hombre qué decía que me quería: mi padre, y mi hermana Zoi de 16 años, se s...