Tn, una pintora en búsqueda de reconocimiento, lucha por encontrar sentimientos en sus obras, las cuales no logran conmover ni a ella ni a los demás. Su vida cambia cuando conoce a Satoru, un crítico de arte que despierta su creatividad y su corazón...
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Las semanas pasaban, y Tn empezaba a notar un cambio en Satoru. Su siempre radiante sonrisa ahora parecía un poco más forzada, y sus ojos, aunque seguían brillando, revelaban un cansancio que antes no estaba ahí. Ella se preocupaba cada vez más por él, pero Satoru siempre encontraba una forma de tranquilizarla con su encanto y palabras suaves.
Una tarde, Satoru fue a visitarla como de costumbre. Tn estaba en su habitación, sentada en su banco, haciendo unos bocetos, Pero de repente ella se quedó quieta por unos segundos, inmersa en sus pensamientos. Voltio su mirada hacia el albino, quien estaba hojeando un libro en su escritorio.
-Satoru... ¿puedo pintarte?- preguntó de repente, su voz suave pero llena de interés
Satoru se sorprendió un poco, pero luego se rio, esa risa que siempre hacía que Tn se sintiera mejor.
-Todo a su tiempo Tn- respondió, sonriendo
Claramente esta no entendió a qué se refería, pero decidió no insistir. Mientras ella continuaba con sus bocetos, Satoru descubrió algo interesante en la habitación. En una esquina, había un viejo piano cubierto con una sábana. Con curiosidad, se acercó y levantó la tela, revelando el instrumento.
-¿Sabías que tenías esto aquí?- preguntó, señalando el piano
-Oh, había olvidado que estaba ahí- respondió Tn, girándose para mirarlo
El chico se sentó en el banco del piano, lo observo un poco para después comenzar a tocar una melodía suave y hermosa. Las notas llenaron la habitación, creando una atmósfera mágica. Tn dejó sus bocetos de lado y simplemente lo escuchó, hipnotizada por la música.
-No sabía que sabías tocar el piano- dijo Tn, con una sonrisa
-Hay muchas cosas que no sabes de mí- respondió Satoru, con una sonrisa traviesa
Después de un rato, Satoru terminó la melodía y ahora los aplausos de la contraria eran los que resonaban en la habitación, el albino agradeció y se giró lentamente hacia Tn.
-Tengo una historia para ti- dijo con una sonrisa misteriosa
-¿Una historia?- preguntó Tn, intrigada
Satoru asintió y comenzó a contar un cuento sobre un reino lejano, donde un valiente príncipe buscaba una manera de salvar a su amada princesa de una maldición. La historia estaba llena de aventuras y emoción, y Tn escuchaba cada palabra con fascinación.
-Y entonces, el príncipe... -Satoru hizo una pausa, notando que Tn empezaba a cerrar los ojos
-¿Y el príncipe qué?- preguntó Tn, luchando por mantenerse despierta
-El príncipe encontró a su princesa y la salvó. Fin de la historia- dijo Satoru, sonriendo mientras veía cómo Tn finalmente se quedaba dormida con su cabeza recostada sobre sus brazos en la mesa.
