Habían pasado algunas semanas desde que Satoru revelo su condición. Aunque el tiempo seguía su curso normal, para Tn cada día que pasaba junto a él se sentía cada vez más corto, como si la vida misma quisiera arrebatárselo en cualquier momento. Aun así, ambos intentaban aferrarse a la normalidad a esos pequeños momentos de calma que compartían.
Esa mañana, Tn estaba su habitación como de costumbre, pintando cerca de la ventana. Los rayos del sol atravesaban el cristal, bañando de luz el lienzo y llenando la estancia de una cálida serenidad.
Desde la cama, Satoru la observaba en silencio, con una sonrisa suave en sus labios mientras la veía concentrada en su obra. Aunque su cuerpo estaba debilitado, su espíritu seguía brillando con fuerza.
-¿Qué estás pintando hoy?- preguntó Satoru, rompiendo el silencio con su voz ronca.
Tn levantó la vista, sorprendida de que él ya estuviera despierto. Dejó el pincel por un momento y miró hacia la ventana, señalando hacia el horizonte.
-Estoy pintando la colina que se ve desde aquí- dijo la chica con una voz tranquila -El amanecer de esta mañana... tenía algo especial, pero no sé cómo explicarlo-
Satoru, destapo sus piernas y con algo de esfuerzo se sentó en la cama y se levantó sin que la contraria lo notara, camino lentamente hacia ella. Al llegar a su lado, se inclinó un poco, observando la pintura detenidamente. Sus ojos recorrían el lienzo, y por un momento, sus pensamientos parecían estar lejos, perdidos en lo que la imagen le evocaba.
-Es hermosa- dijo, después de un momento -Me hace sentir... tranquilo, como si por un instante todo en el mundo estuviera en su lugar-
Tn lo miró sorprendida, aunque había recibido elogios antes, nadie le había hablado de sus pinturas de esa manera, describiendo lo que les hacía sentir. Algo dentro de ella se removió al escuchar sus palabras, una mezcla de gratitud y asombro.
-¿De verdad lo sientes así?- preguntó insegura pero esperanzada, el albino solo asintió lentamente.
-Sí, lo siento... no sé si es la pintura o simplemente estar aquí... contigo, quizás ambos-
El corazón de la chica dio un vuelco. Antes de que pudiera responder, Satoru se inclinó hacia ella, acercándose más de lo que había esperado. El tiempo pareció detenerse cuando él la besó, suavemente, sus labios rozando los de ella como una promesa silenciosa. Tn cerró los ojos, sintiendo el calor de su cercanía y el peso de lo que ambos sabían pero no podían decir en voz alta.
Cuando se separaron, Tn quedó en silencio, aún sorprendida por lo que acababa de suceder. Su rostro estaba teñido de un suave rubor, y Satoru seguía con su característica sonrisa.
-Tn, eres increíble- dijo, mirándola a los ojos -Y lo que haces es increíble, todo lo que tocas se convierte en algo bello-
-... Lo mismo podría decir de ti- respondió ella, sonriendo mientras bajaba la vista -Siempre he pensado que serías el modelo perfecto para uno de mis cuadros-
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𝐇𝐀𝐒𝐓𝐀 𝐄𝐋 𝐔𝐋𝐓𝐈𝐌𝐎 𝐂𝐔𝐀𝐃𝐑𝐎 - Sᴀᴛᴏʀᴜ Gᴏᴊᴏ
FanficTn, una pintora en búsqueda de reconocimiento, lucha por encontrar sentimientos en sus obras, las cuales no logran conmover ni a ella ni a los demás. Su vida cambia cuando conoce a Satoru, un crítico de arte que despierta su creatividad y su corazón...