Tn, una pintora en búsqueda de reconocimiento, lucha por encontrar sentimientos en sus obras, las cuales no logran conmover ni a ella ni a los demás. Su vida cambia cuando conoce a Satoru, un crítico de arte que despierta su creatividad y su corazón...
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Habían pasado algunos días desde la vez que Tn visitó la galería de Suguru y desde la vez que se encontró con aquel chico albino.
Hoy, un nuevo día iniciaba, Tn se encontraba sentada en una de las sillas de su gran comedor, no desaprovechaba la oportunidad y mientras desayunaba tenía un cuaderno a su lado donde hacía bocetos de posibles nuevas pinturas.
Vestía su ropa habitual, la mayoría de su armario eran pantalones y blusas holgadas ya que casi siempre se encontraba en casa y estaba tan concentrada en sus bocetos o en sus pinturas que lo único que quería era estar cómoda, así que no le daba importancia a eso de la ropa.
Acababa de levantarse, por lo que traía el cabello algo desarreglado, Nanami la había llamado para el desayuno, al sentarse el mayordomo soltó un suspiro, se posiciono detrás de ella mientras esta degustaba la comida y comenzó a trenzar su cabello. Ahora llevaba una trenza recogida, aunque algo despeinada.
Nanami era así, desde que su tía murió dejándole la mansión donde vivía junto a su mayordomo y algunas sirvientas, el rubio a veces incluso la mandaba a cambiarse o la peinaba. Aunque él no lo admitiera, Tn se daba cuenta de que le gustaba peinar su cabello, como si fuera una niña.
. . .
Después del desayuno, Tn se dirigió a su habitación, que también era su estudio de arte a petición de ella. Continuó haciendo bocetos en su cuaderno, pero al parecer ninguno le parecía así que los arrancaba y los tiraba por ahí. Paso unas horas haciendo lo mismo hasta que alguien tocó a su puerta...
-¡Adelante!- grito la chica enfocada en lo suyo
La puerta se abrió un poco y de manera muy lenta.
-Hola- dijo una voz familiar
Tn volteó y abrió los ojos con sorpresa, era el chico albino que conoció en la galería, Satoru. Este asomaba la cabeza por la puerta y le sonreía.
-¡¿Satoru?!- exclamó Tn, poniéndose de pie de inmediato y mirando alrededor de su habitación, estaba hecha un desastre, con bocetos y lienzos en blanco regados por todos lados 'Mierda' pensó, se volteó un poco tratando de arreglar su cabello de manera "disimulada" -¿Qué haces aquí?- pregunto algo avergonzada
-¿Puedo pasar?- preguntó Satoru, asomando más la cabeza, la contraria lo miró y después de unos segundos lo dejó pasar
-¿Acabas de llegar?- preguntó ella
-Sí, tu mayordomo me dejó entrar después de explicarle la situación- respondió Satoru explorando la habitación con su mirada, al parecer Tn se dio cuenta de esto
-Perdón por el desorden, no sabía que vendrías- dijo disculpándose, Satoru solo al miro algo confundido
-Pero te mandé un mensaje avisándote-
Tn se confundió y volteo a todos lados buscando su celular, cuando lo encontró, lo encendió y ahí vio que efectivamente tenía mensajes de un número desconocido, definitivamente era él...
