Ocho. Cinco

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Perspectiva Quetzalcóatl

Una reunión de emergencia había sido convocada, cada uno de nosotros mostró disgusto ante esto, pero no se lo podíamos negar.

Cuando aparecí a mis lados estaban dos de mis tres hermanos, aquellos que iban conmigo a ser los Tezcatlipocas de este mundo: Tezcatlipoca y Huitzilopochtli.

—hermanos.

Asintieron para darse a entender que notaron mi presencia, mire como alguna que otra deidad llegaban, algunos como era de esperarse se mostraban enojados o un poco intranquilos, y como no hacerlo, hemos sido atacados por algo o alguien junto a nuestros hijos...

Hijos, era una palabra que amaba, ya que todo humano eran mis hijos, yo los cree pero mis descendientes directos, aquellos que llevaban mi marca eran aun más especiales.

—¿en que piensas?

Mire hacia arriba notando a mi gemelo: Xolotl, me conocía tan bien, como yo a él, a ninguno de los dos se le pasaba.

—pensaba en mis hijos—respondí—agradezco que aun ninguno halla muerto, pero no dudo que algunos serán felices en dar su vida.

—es interesante como cambian las cosas—respondió él con gracia—en lo que los humanos llaman épocas prehispánica nos hubieran ofrecido sus sacrificios, pero ahora tememos por perderlos.

Aquello era verdad, en tiempos antiguos tomar sus vidas era un honor para ellos y simple para nosotros, pero ahora perderlos es perder una parte nuestra y awuello dolía.

—vaya pelea—llego a nuestro lado Xochipilli—.

—¿qué pelea?

Huitzilopochtli y Tezcatlipoca se acercaron por curiosidad.

—¿no lo saben? —dijo con algo de gracia—tú protegida y el hijo de Xipe Tótec pelean a muerte.

Un esvaldeio me recorrió y mire a mi hermano quien lo analizó para después sonreie burlon.

—increíble que no lo haya visto venir—dijo divertido aunque sabía que no le agradaba—inesperado.

Me tense, sabía que hablaban de mi hija, aquella creación qué jamás debió de existir pero vive, solo muy pocos sabían de su existencia y aquellos eran mis hermanos y su madre.

—¿por qué pelean?

—dominio, si la chiquilla pierde deja su control al niño ese, pero si ella gana aceptarán a los romanos y los demás semidioses.

Ahora entendía porque Xipe Tótec no estaba y eso me volvía loco.

—bien es hora de iniciar—hablaeon las Deidades duales—esperamos sea rápido ya que queremos ver el desenlace de las peleas entre nuestros mestizos.

Me sonrieron, ellos también lo sabían, ellos sabían todo.

(...)

La reunión era una tortura, pero a su vez aburrida,la mayoría estábamos de acuerdo en una alianza con los otros Dioses pero otros estaban desacuerdo ya que era dejar que invadieron nuestro espacio, nuestro poder y territorio.

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⏰ Última actualización: Oct 21 ⏰

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