Días grises de amor

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Desde aquella inolvidable noche Anna y Alejandro tomaron más confianza entre ellos.

Seguían disfrutando de sus vacaciones viajando por las calles de Italia, probando su deliciosa gastronomía , visitando los museos y galerías admirando obras maestras como La Última Cena de Leonardo da Vinci en Milán y la Capilla Sixtina en Roma.

Y aunque ambos estaban disfrutando esos días había algo en Anna que la tenía un tanto preocupada, aún así no quería decir nada para no estropear sus vacaciones.

Por otro lado Alejandro se notaba más feliz y sonriente, pues hay q entenderlo, cada noche comía bien (guiño,guiño).

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-Narra Anna-

Mientras observaba el hermoso amanecer en tonos amarillos y naranjas desde la alcoba de la habitación solo pensaba en Alejandro , pues actuaba como si nada, sabiendo que estos días hemos tenido relaciones sin protección y eso me tenía muy preocupada.

Pero no era el miedo de embarazarme, al contrario siempre soñé con ser mamá. Lo que en realidad me preocupaba era saber lo que Alejandro diría, él nunca mencionó sobre querer tener un hijo, pero si no quisiera mínimo usaría protección.

Mis pensamientos se esfumaron cuando sentí unos cálidos brazos rodeando mi cintura y en mi cabeza podía sentir el peso de su mentón recargandose.

-Es hermoso- dijo mientras ambos apreciábamos el amanecer.

-Si que lo es...-

-¿Qué tienes?- preguntó al escuchar mi voz,  pues no podía ocultar mi preocupación y tristeza tan fácil como pensé.

-Quisiera hacerte una pregunta -

Yo mantenía mi vista en el mismo lugar, pero aún podía sentir su mirada con un toque de confusión.

-¿Tú en algún momento quisieras tener una familia conmigo?- Giré la mirada para poder capturar su rostro y obtener respuesta.

- Pero qué dices princesa, claro que sí!!, yo sería el hombre más feliz de este planeta!.-

Dicho eso sus manos acurrucaron mis mejillas transmitiendo una tranquilidad y felicidad por su respuesta.

-Espera... Estás embarazada?- Su voz daba a entender la emoción que tenía pero su rostro reflejaba un asombro.

- ¡¡¿Voy a ser papá?!!-

No me dejó responder cuando sentí que me tomó en brazos para alzarme y pozar su cabeza en mi vientre mientras daba vueltas con una alergia muy muuuy grande.

Yo reía por su emoción de un embarazo que no existía y por las carcajadas no podía responder su pregunta.

Pero al cabo de unos segundos el me bajó para volver a preguntar.

-¿Voy a ser papá?, ¿ Estás embarazada?-

Sus manos tocaban mis mejillas con suavidad.

-Tranquilo cariño, no estoy embarazada-

Cuando dije eso noté la tristeza y decepción en su rostro.

-O bueno no que yo sepa-

-Y entonces por qué me preguntaste eso?-

Se alejó de mí para sentarse en la cama.

-Porque estas noches que estuvimos juntos no te cuidaste y...quería saber si en algún momento tú estarías dispuesto a tener un bebé-

Me senté a su lado acariciando su cabello para luego tomar su mentón y dirigir la mirada de él en mí.

Pero sus ojos estaban apagados por la tristeza.

-No estés triste, aún tenemos mucho tiempo para planear eso.- quería animarlo pues no me gustaba nada verlo así.

Al oír eso su estado de ánimo cambió pero drásticamente.

-Tienes razón!! Que tal si lo vamos planeando de una vez?-

No pude reaccionar al momento pero cuando lo hice él estaba encima de mí haciéndome cosquillas en el cuello con sus besos.

Era tan bipolar pero tierno al mismo tiempo.

Después de esa conversación todo estuvo muy normal, él mandó a comprar un ramo de rosas para mí e incluso me llevó a comprar ropa y salimos a caminar por la ciudad.

Llegamos al hotel algo tarde pues ya daban las 11 p.m.

Cuando estábamos entrando al cuarto se escucha que alguien llamaba al teléfono de Alejandro.

-Dame un minuto princesa tengo que responder- tomó su teléfono y salió a la alcoba para contestar la llamada.

Se me hizo raro pues a estas horas no podía ser algo de trabajo, pero no le tomé importancia y me metí a bañar.

Estaba muy cansada por eso solo quería ducharme para irme a dormir.

Al salir de la ducha veo que Alejandro seguía con su traje y leía unos documentos.

-No te vas a cambiar?- pregunté, pues ya daban las 12 p.m y él seguía vestido en lugar de tener su pijama.

-No, tengo que salir-

- Salir a estas horas?-

-Si.-

-Y se puede saber a dónde? Ya es tarde -

-Tengo unos pendientes que resolver.-

Alejandro estaba raro, no me volteaba a ver y sentía que algo estaba mal.

-Pendientes? A estas horas?!-

-Disculpame corazón pero ya me tengo que ir, regreso más tarde-

Solo dejó un beso en mi frente y salió de la habitación dejándome hablando sola y sin haber respondido mi pregunta.

Algo estaba mal y no quería decírmelo.

Cuando estaba a punto de acostarme para dormir me llega un mensaje.

-Envié dos hombres para que estén cuidando la habitación toda la noche, no te asustes por si los vez afuera-

Eso confirmaba que él llegaría muy tarde.





























Yo pienso que ya es hora de agregarle trama a esta historia.

Qué creen que pasará con Anna y Alejandro?

Un spoiler : alguien llegará a sus vidas.

Será para bien o para mal?

Lo sabrán cuando suba los otros capitulos...

No olviden en  votar si les está gustando la historia , también me gusta mucho leer sus comentarios ✨

Nos vemos en el próximo capítulo ↓

𝐇𝐮𝐞𝐥𝐥𝐚𝐬 𝐝𝐞 𝐮𝐧 𝐚𝐦𝐨𝐫 𝐩𝐞𝐫𝐝𝐢𝐝𝐨 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora