-sabes que no está permitido, Connor. ¿Qué crees que estás haciendo?- apareció Amanda enfadada
Su opinión ha bajado mucho. Es neutral
-no lo sé. Se me esta yendo de las manos- me angustié
-concuerdo contigo en eso. Sabes perfectamente que tu misión consiste únicamente en cuidarla. Si hubiera sabido que pasaría esto, te hubiera borrado la memoria- empezó a andar. La seguí
-fui el mejor capturador de divergentes. Me merecía conservar la memoria- expliqué
-exacto, pero no el anhelo- se paró a mirarme- los sentimientos que sacaste a la luz con tu relación con Hank Anderson. Eso es lo que deberíamos haber borrado- continuó andando
-entiendo que debo cambiar. Deme tiempo. Supe hacerlo una vez lo sabré hacer dos- le pedí. Ella se volvió a girar
-está bien. Es tu última oportunidad, Connor. Como vuelvas a decepcionarme, seré yo quien solucione la situación- me avisó. Yo fruncí el ceño
-¿eso que significa?- pregunté confuso
Su opinión ha bajado de nuevo
-que desaparecerás de la vida de Lexie y haremos que no recuerdes nada. Ni nostalgia, ni melancolía. Nada. Un nuevo Connor
Al menos que pueda recordarte, Lex
-¿cómo que no me lo mandaste tú?- le pregunté confundida- Connor me dijo que me lo enviasteis vosotros para que me cuidara. Que para eso estaba programado- recordé la primera vez que vi a Connor. Como había cambiado todo
-Lexie, hija. Nosotros nunca te hubiéramos mandado un androide- miró a mi madre para seguir mirándome a mi- no somos tan crueles
-pero para robarle la idea a Kamski y trabajar para Cyberlife si, ¿verdad?- solté con desprecio. Mark entrecerró los ojos
-¿cómo sabes eso?- se levantó y se acercó a mi- ¿fue a amenazarte?- sonreí irónicamente y me levanté también
-¿ahora te preocupas por mi, Mark?- remarqué su nombre- ¿crees que porque no salvaste a un hijo vas a salvarme a mi?- agachó la cabeza- eso es lo que esperaba. No vengas a hacer ahora de padre, no te pega- miré a Cameron quien estaba de lo más incomodo- vámonos. Ya buscaré otra manera
Cameron me hizo caso y se levantó. Nos dirigimos a la puerta, pero una mano en el hombro me paró. Me giré
-¿a qué te refieres con otra manera?- preguntó mi madre con una voz suave. Suspiré
-no importa. Veo que sigo molestando como la última vez- volví a caminar hacia la puerta
-¿por qué fuiste a ver a Kamski?- me paró una voz. Me giré de nuevo
-quería convertir a mi androide en divergente- expliqué por fin- pero no solucioné nada
-¿para qué lo quieres convertir?- volvió a preguntar acercándose
-eso digo yo- soltó Cameron a mi lado. Le hice caso omiso y me volví hacia Mark
-para que sea libre. Para que...seamos felices juntos- decirlo en alto sonaba como una estupidez. Pero la sonrisa que se puso en Mark me confundió
-que irónico suena en ti que te hayas enamorado de lo que más odias- yo sonreí. Si que era irónico si. La expresión de Cameron se volvió tensa, pero no dijo nada. Se quedó callado
-¿existe alguna solución?- pregunté esperando una respuesta optimista
-no es muy sencillo, Lexie- suspiré pesadamente- la única forma es que él se arme de valor y busque su propia salida. Siendo tú una humana no puedes hacer nada. Como mucho convencerlo. O convencer a un divergente a que lo convierta- explicó. Y ahí se me vino un nombre a la mente: Markus
-bueno. Algo es algo. Gracias supongo- agarré mi chaqueta y ahora si que me fui hacia la puerta. Cameron se encontraba totalmente serio. Abrí la puerta y dejé que Cameron, sin que me mirara siquiera, pasara
-oye, Lexie- me llamó Mark- ¿fuiste sola o con tu amigo?- preguntó refiriéndose a la casa de Kamski. Sonreí
-con mi padre. Espero no veros más. Adiós- me despedí y seguí a Cameron
Nos subimos al coche y mientras arrancaba, veía de lejos la casa en la que en algún momento fui feliz. pero eso no eran mas que recuerdos. Ya no había felicidad, ni nostalgia, ni melancolía. Solo dolor
-¿cuándo pensabas decírmelo?- me sacó de mis pensamientos
-¿a cuál Connor te estás refiriendo?- lo miré intrigada. Cameron carraspeó
-no vengas a hacerte ahora la víctima- me miró desafiante. Fruncí el ceño- ¿si te gustaba tu androide porque no me lo dijiste? Claro, era más fácil jugar con los sentimientos de los demás
-¿qué coño estás diciendo?- pregunté enfadada. Soltó una risa
-¿dónde quieres que te deje?- cambió de tema. Yo negué con la cabeza y pulsé el freno. Paramos en seco haciendo que nuestros cuerpos se echaran hacia atrás
-no me cambies de tema. Yo en ningún momento jugué con tus sentimientos. Nunca te dije que te quisiera o algo así- expliqué
-¿y el beso? ¿No significó nada para ti?- me quedé callada. Cameron asintió- ya. Lo hiciste para ver si olvidabas a Connor- desvié mi mirada- pues mira, Lexie. Te lo diré como amigo que soy. Connor no te va a querer nunca. Es un androide. Y los androides no tienen sentimientos. Así que la única persona que te va a querer soy yo- hubo un pequeña pausa. Sabía que esta conversación iba a llegar en algún momento- pero ya no. Nadie te quiere, Lexie. Ni tus amigos a los que has dejado abandonados por esta mierda. Ni tus padres. Solo te quería tu hermano, y ahora está muerto- le solté una bofetada
Salí del coche. El imbécil se creía diferente a sus amigos y es solo un revolucionario de ellos. Se creía que era mi amigo, justificación suficiente para hacerme daño. Pues no. Si alguien podía hacerme daño eran mis padres y ya hacia años que perdieron ese privilegio. Sinceramente no sabía a donde ir. ¿O si?
-¿crees que me recordará?- soltó Markus mirando hacia la puerta
-por supuesto que si. Fuiste un elemento fundamental en su vida- lo miré. Agarré su mano- vamos- abrí la puerta
-bienvenida, Lexie- el escáner nos dejó pasar. Esperamos unos segundos en la entrada hasta que una persona se asomó por las escaleras
-no puede ser cierto lo que ven mis ojos- Carl sonrió ampliamente. Se puso en la silla de las escaleras para bajar. Una vez abajo se acercó a nosotros- ¿eres tú realmente, Markus?- las lágrimas de mi hermano no tardaron en salir
-¡padre!- se acercó a abrazarlo. Carl obviamente aceptó el abrazo sonriente. Yo miraba la escena enternecida. Una vez separados, mi abuelo me miró
-¿qué hacéis aquí?- preguntó mas feliz que nunca
-no tenía a donde ir- respondí simple- además no te puedes quejar- señalé a Markus
-al final encontraste Jericho. ¿Quién te ayudó?- miré a Markus
-es una larga historia- me apoyé en su hombro- oye, ¿por qué no ves el nuevo cuadro que está pintando?- le guiñé el ojo
-oh, claro. Voy para allá- desapareció hacia el salón
-¿qué me traes, pequeñaja?- preguntó sabiendo que traía algo entre manos. Me agaché a su altura con una sonrisa
-¿cuando pensabas decirme que fuiste tú quien me envió a Connor?
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Machine's Heart
AdventureEn 2038, todo el estado de Detroit ya estaba repleto de androides. Cada ciudadano ya tenía al suyo, aunque no todos estaban de acuerdo con el uso de estas maquinas. A estos se le llamaban anti androides. A Lexie, una chica con las ideas claras que...