Cap25. La marcha

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Salí de casa. Mi corazón seguía bombeando como podía, porque ya estaba roto. Me sentía tan débil. ¿Cómo pude decirle lo que sentía? Supongo que era la última vez que tendría la oportunidad para decirle todo lo que sentía

Estaba agobiada. Me sentía vacía. Había soltado todo lo que tenia dentro. Lo bueno es que sabía cual era mi misión ahora. Pero antes debía hacer algo

-niña, ¿cómo te encuentras?- preguntó cuando me vio con una cara larga

-todo se ha ido a la mierda- entré con la cabeza agachada

-¿qué ha pasado?- cerró la puerta- ¿has hablado con Connor?- me senté en la mesa de la cocina

-si- hubo una pausa mientras intentaba tranquilizar mi respiración- y le dije todo lo que sentía- Hank abrió sus ojos sorprendido mientras se sentaba junto a mi

-¿te has declarado?- asentí- vaya. Siento que por tu cara no ha salido del todo bien, ¿verdad?- negué triste- bueno, no te centres en eso ahora. A Connor se le pasará. Lo importante ahora es Markus. ¿Qué tienes pensado?- lo miré triste

-a eso he venido, Hank- su cara cambió por completo cuando dije su nombre. Sabía que esto era serio

-¿Lexie?- silencio- ¿qué pasa?

-vengo a despedirme de ti, Hank- arqueó una ceja- me dirijo a Jericho. Y no sé cuanto tiempo me va a tomar estar allí. Solo sé que se viene el final y que voy a estar junto a Markus

El silencio rellenó toda la casa. Los tres en silencio: Hank, Sumo y yo. La pierna de Hank empezó a moverse nervioso

-Lexie, no puedo dejarte ir- la confusa ahora era yo. Agarró mis manos- ¿tú sabes lo peligroso que es que vayas allí ahora? Eso va a estar lleno de agentes. Es cuestión de minutos que encuentren Jericho y lo destruyan. ¿Y tú ahí dentro? No, ni de coña- soltó mis manos rápidamente y se levantó dándome la espalda

-Hank, voy a tener cuidado. Te lo prometo- me levanté- además, Markus va a cuidarme. Él no va a permitir que me pase nada- no se giraba- Hank, por favor

-¡¿por qué me llamas Hank?!- por fin se giró, pero con lágrimas en los ojos

-Hank, por dios- me acerqué y puse mis manos en sus mejillas- te llamo así porque esto es más importante que convertir a Connor en divergente- negó con la cabeza- es ayudar a Markus a salvar a su gente. Quiero que Detroit por fin sea un sitio justo- me miró triste sin decir nada- ¿en que piensas?- cogió mis manos y las apretó mientras sus lágrimas salieron más fuertes

-Lexie, no estoy preparado para esto-lo miré confusa- sé que quieres a Markus, pero ayudarlo es un suicidio. Perdí a un hijo y eso me mató, pero tú volviste a salvarme. Hiciste que mi vida cobrara el sentido que había jurado perder. Eres mi hija, Lexie. Si te pierdo a ti también...- ahora era yo la que negaba con lágrimas en los ojos

-no, no digas eso ni en broma- lo abracé lo más fuerte que podía. Abracé a mi padre- me voy a cuidar, te lo juro. Y si me pasa algo, te llamaré- le aseguré sin separarme del abrazo

-¿cómo puedes ser tan testaruda?- bromeó. Me separé limpiándome los restos de lágrimas

-creo que aprendí del mejor- le sonreí. Me acerqué a la puerta y el vino corriendo a darme otro abrazo

-te quiero, cariño

-y yo a ti, papá

Llegué a Jericho. Todos los divergentes refugiados se encontraban viendo las noticias. La opinión publica se encontraba escéptica. Algunos humanos apoyaban a los divergentes, en cambio, otra gran mayoría pensaban que eran un peligro para Detroit

Machine's HeartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora