Me desperté como todos los días a las 7:40 por culpa del despertador. Vivo sola desde que tengo 18 años, no aguantaba la vida en mi casa con mis padres. Ellos, desde que Cyberlife abrió sus puertas, tienen la casa llena de esos malditos androides. Y os preguntareis; querida Lexie, ¿qué tienes en contra de los androides? Primero, porque le han quitado los trabajos a un millón de habitantes y segundo, por lo que pasó hace unos meses en Detroit
Bajé las escaleras para ir a desayunar y puse la televisión para ver las noticias de esa mañana
-televisión- dije y esta se encendió automáticamente
Solo salían noticias de lo mismo: que donde se encontraba Jericho, donde se encontraba Markus y del buen comportamiento de Connor
Resoplé y ordené que se apagara la televisión. Subí de nuevo para lavarme los dientes y la cara. Me peiné un poco y me vestí
Cuando salí me encontré con el cartero que estaba dejando cartas en mi buzón. Pero por supuesto, no era una persona de verdad
-buenos días señorita Robinson, ¿leerá estas cartas esta vez?- me dijo amablemente
-si las sigues repartiendo tú, te aseguro que no- le respondí borde y me fui
Por las calles solo se veían humanos con androides. Como los odiaba. Odiaba el hecho de que esas máquinas robaran nuestras vidas sintiéndose superiores. Pero sobre todo odiaba al androide Connor. El llevaba el caso de divergentes hace unos meses con el teniente Hank Anderson. Lo odiaba porque no dejaba a los androides que decidían ser libres en paz. Por eso apoyo a los divergentes, seres con valentía para luchar por sus derechos, como hizo Markus
Cuando llegué a la universidad, me encontré con el portero. Y si, era otro androide
-¿cómo ha dormido señorita Robinson?- me sonrió
-¿y a ti que te importa trozo de plástico de mierda?- seguí caminando sin ver siquiera su expresión. O mas bien su circulo que se encontraba en la cabeza de todos los androides que determinaba los "sentimientos" de cada androide
Por fin entré en mi clase y vi a mis dos mejores amigos, Luke y Mack
-hola chicos, ¿qué tal?- les pregunté sentándome en mi sitio
-pues normal- respondió Mack con una sonrisa ladeada
-estábamos hablando de que van a sustituir al director por un androide- yo abrí los ojos impactada
-¿lo decís en serio?- los dos asintieron- ¿pero eso no estaba en contra de las normas?
-en teoría si, pero propusieron que era mejor que llevase la universidad una mente más avanzada- comentó Luke
-no me lo puedo creer- dije casi gritando
Prohibieron que hubiera docentes androides ya que creían que sus labores iban a ser más eficaces que las de unas máquinas. Pero al parecer han decidido lo contrario
-¿cómo os habéis enterado?- pregunté de nuevo
-escuchamos al señor Jones hablando de eso por teléfono- me volvió a contestar Luke
-y no sabe si habrá más androides trabajando aquí aparte del portero y del nuevo director- le completó Mack
Me tapé la cara con las manos frustrada. Los androides jamás debieron de existir
Más tarde entró el señor Jones. Colocó sus cosas en la mesa y encendió la pantalla digital
-oye señor Jones- lo llamé
-dime Lexie- dijo sin mirarme siquiera
-¿cuándo echarán a tu hermano y vendrá el nuevo androide?- pregunté con una sonrisa cínica y una ceja levantada. Luke y Mack me miraron rápidamente
-eso no es de tu incumbencia- respondió serio
-claro que lo es, y de todos mis compañeros. Quiero saber como han permitido que el que lleve nuestro rendimiento sea un puto androide- dije levántandome
-Lexie, como sigas así te voy a tener expulsar de la clase- me advirtió
-me voy yo solita- dije acercándome a la puerta- porque sé que cuando te sustituyan, podré manejarlo a mi manera- pegué un portazo y me fui
Salí y vi como un androide desde la puerta me estaba mirando muy fijamente. Yo le saqué el dedo del medio y salí por la salida de al lado. Saqué el teléfono y llamé a mi abuelo
-hola Carl, voy para tu casa
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Machine's Heart
AventuraEn 2038, todo el estado de Detroit ya estaba repleto de androides. Cada ciudadano ya tenía al suyo, aunque no todos estaban de acuerdo con el uso de estas maquinas. A estos se le llamaban anti androides. A Lexie, una chica con las ideas claras que...