Distrito Rojo || DouGiyuu [BL]

Capitulo 1; Asignando misión 1/2

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Su hogar siempre fue silencioso y aislado, casi ningún bajo rango deseaba ser entrenado por él, nadie logra entender su manera de ser, nadie es comprensible... Agobiado, visualiza a sanemi, quién lo mira agresivamente.

- Mantente alejado. El saber que puedes engendrar es asqueroso, un hombre, ¡Ja!. Solo eres un deshecho de las deidades. - comenta agresivamente sanemi.

Los ojos zafiros de giyuu se humedecen, le da la espalda al pilar desde que llegó, debido a que el estaba cocinando y sin querer, se lleva su mano cálidamente a su vientre, donde ahora; Se gesta su adorable bebé.

- Lo entiendo... Lamento haber decepcionado a Rengoku. - murmura giyuu, continuando su labor para al menos, poder comer un poco, hace días que los vómitos no le permiten si quiera comer algo.

- Hm, lo único bueno de todo ésto, es qué me has dejado el camino libre. - sonrió con sorna el albino, caminando ahora hacia la puerta -. Y me largo ahora, quién sabe si tú maldición es contagiosa.

- ... Adiós, Shinazugawa, esperó prosperes al lado de Rengoku.

El albino rodó sus ojos y al salir azotó bruscamente la puerta shoji. Giyuu por fin logró colapsar, su voz no salió, pero sus gruesas lágrimas humedecieron sus tiernas mejillas, y sus ojos azules desprendían toda la impotencia, amargura y dolor que poseía su delicado corazón.

Había gustado de Kyojurō Rengoku, al menos, desde que el rubio se tomó la libertad de conocerlo, le enviaba cartas, solían compartir salidas que algunas veces rechazó. Era, todo tan bello, ¿Qué hizo mal?, ¿Fue su condición?, ¿Y si de verdad estaba maldito?, ¡Joder!, ¡Era un jodido hombre!, ¡¿Cómo si quiera podía gestar un bebé?!.

Sintió un suave peso en su cabeza, sintiendo las patitas de su cuervo viejo, quién agito con cuidado un ala, cubriendo su ojo izquierdo.

- Pequeño giyuu, Caw, no sufras, ¿Quién te ha lastimado?, Caw.

- Ah, kanzaburo. - sollozo giyuu, tomo con delicadeza a su viejo cuervo, abrazándolo suavemente contra su dorso -. No es nada, me lo merezco... Soy, un inútil, arruinó todo...

- ¡Te equivocas!, pequeño giyuu es muy talentoso. Caw.

El cuervo observa a aquél niño como alguien fuerte y poderoso, valiente y amable, no puede ver imperfecciones en su niño.

- Oh, kanzaburo, descuida... - murmura giyuu, dejando al ave a su lado, en el tatami. Posteriormente, se limpia suavemente con sus manos esas lágrimas de dolor.

Sus ojos aún desprenden lágrimas, lentamente llega a tener hipos debido al dolor que debe soportar, el silenció que debe guardar, su garganta duele al tener que callar...

Escucha a lo lejos pisadas, muchas. Intenta limpiar sus lágrimas, para al menos, disimular, cuando la puerta es abierta, tres jóvenes ingresan bruscamente, en especial uno que posee cabeza de jabalí.

- ¡Giyuu - san!. - chilla tanjiro, dejando la caja de nezuko con cuidado en el tatami, ahora, visualizando al Tomioka roto...

Zenitsu también observa el dolor en la mirada del pilar, incluso, en el sonido, es un sonido lastimero, cargado de dolor y un sufrimiento indefinido, que hace estremecer lo y apretar con rabia aparente los puños.

- ¿Que fue lo que sucedió, giyuu - san?. - pregunta tanjiro, arrodillandose junto al pilar, inosuke también percibe el dolor a quién admira.

- No es nada...

- Pilar del viento se había presentado, Caw. - comentó kanzaburo, acusatorio, pues aquél pilar fue el causante de las lágrimas de su niño.

- Ese cabrón. - murmuró zenitsu.

Inosuke también se puso en alerta, rígido y dispuesto a pelear.

- ¡Lo mataremos!. - grito inosuke, alzando los puños -. Monitsu y yo lo vamos a matar, ¿Verdad?.

Comenta inosuke, girandose a mirar al rubio, quién asiente. Giyuu niega, vuelve a su labor de cocinar algo de onigiris, pero el arroz está esparcido por todo el tatami, lo que causa que esté sensible al ni siquiera ser útil para cocinar algo tan fácil, ocasionando que sus lágrimas brotaran nuevamente, todo era tan... Difícil.

- Giyuu - san, ¡yo cocinare!, si lo que es verdad, ¿Usted está gestando, cierto?, no debe sentirse mal, ¡Es alguien muy admirable!, podría dañar a ese bebé si sufre... - comenta tanjiro, suave y decidido.

- Está bien, solo por esta vez... - murmura giyuu, levantándose a lavar sus manos, donde tanjiro le sigue, así cocinaría limpiamente.

Estuvieron compartiendo un momento entretenido, al ser ya algo tardé, nezuko había salido de aquella cajita para estar en el regazo del Tomioka, quién la abrazaba como a una pequeña niña. Zenitsu también recibió caricias amables por parte del oji azul, lo mismo ocurrió con el chico jabalí, quién se sintió agradable al ser acariciado y no golpeado.

Una vez estuvieron listas las pequeñas porciones de alimentos, se reunieron a comer, al menos, los que podían, nezuko difícilmente podría hacerlo. Giyuu lagrimeo suavemente, el alimento era tan agradable, la tarde se hizo amena y miro a los más jóvenes.

- Gracias... Tanjiro. - murmuró giyuu, acariciando con cariño la burdea cabeza del menor.

Tanjiro esbozo una gran sonrisa, asintiendo feliz. Inosuke también quería ser consentido, por lo cuál empujó a tanjiro, exigiéndole afecto al Tomioka.

- Sin peleas Inosuke. - comentó giyuu, dando caricias en la mejillas del oji verdes.

- Inosuke es un bruto. - comenta zenitsu.

- ¡A casó buscas peleas, monitsu!.

- ¡Ash ya cállate jabalí tarado!.

Iniciaron una pequeña pelea, que fue observada por giyuu y tanjiro, el cuál sonreía apenado, pues se sentía a cargo de sus dos locos amigos...

- Bien, terminen de comer. - comentó giyuu, algo más calmado.

Inosuke no lo dudo y volvió su atención a los alimentos, luego zenitsu realizó lo mismo, pues debió acomodar su uniforme.

- Giyuu - san, también hemos venido a informarle algo... - comentó tanjiro.

- ¿Él qué?. - pregunta calmadamente giyuu.

- Se necesita un infiltrado para el distrito rojo, es decir, un pilar aparte del pilar Uzui.

Giyuu miro aquello en silenció, zenitsu miro preocupado al pilar, todos sabían sobre su situación, y el de ojos azules desconocía quienes más les daría la espalda...

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