Aurora

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Llevamos 4 años tierra viajando por un basto universo interminable.
La tierra colapso apenas Aurora, la nave espacial, salió de órbita.

La tierra no murió, la hemos aniquilado.

Recuerdo cuando el gobierno de Putin ordenó la selección de mujeres para que la raza humana pudiera sobrevivir. El caos en las calles, las madres llorando, implorando que sus hijas fueran seleccionadas.

Recuerdo la cara de mi madre, sus ojos azules reflejaban un dolor inexplicable y al mismo un alivio que se percibía a kilometros de distancia.

- Anastasia Ivanov- la voz del guardia hizo que las mujeres voltearan a vernos a mi madre y a mí

-No mamá, por favor, no quiero ir sin ti- grité mientras dos hombre me sostenían esperando que avanzará

-Estare bien. Anastasia por favor, sobrevive - las lágrimas corrían en su rostro, saber que se quedaría en la tierra, muriendo lentamente, asfixiada por la falta de oxígeno

-¡Mamá por favor, mamá!- grité tanto como mi voz y mi garganta pudieron

-¡Vive Anastasia, vive feliz y buscame en tu corazón- grito mamá -Dios te guíe hija mia- dijo tan alto que pude oírla apenas 3 metros de distancia.

Cuando me subieron al auto, una multitud de mujeres rodeaban en carro con una esperanza que podía verse en sus ojos.

- Anastasia Ivanov, fuiste elegida para salvar a la humanidad. Tu deber es engendrar una hija. El futuro de la humanidad está en tus manos, en las manos de todas las jóvenes afortunadas.- la voz del teniente era delgada. El debía quedarse a salvaguardar a la humanidad. Sus ojos marrones reflejaban una tristeza absoluta. Su sentencia de muerte estaba firmada por su servicio al país.

Al mirar por las calles, miles de personas estaban fuera de sus hogares, había gente colgada en los tejados. La gente se suicidaba antes de que la naturaleza cobrará su venganza.
Las calles eran grises, el verde de los árboles se había extinguido y el azul del agua se había agotado.

Estábamos destinados a la perdición. Nos condenamos a nosotros mismos.

Al llegar al cuartel observe a muchas jóvenes, todas con una característica especial. Cada una de ellas había sido reclutada por órdenes de Putin.

- La tierra ha comenzado a tomar venganza de todos nosotros, le hemos dañado, hemos tomado por estúpida una fuerza superior que no puede ser controlada ni con los mejores científicos. La madre tierra nos está diciendo que nos esfumemos. Es tiempo de dejar este mundo y avanzar, de sobrevivir. - el presidente Vladimir Putin miraba a todos lados, conectando con la mirada de quienes estábamos ahí, presenciando la fé que tenían. Una fé que rompía corazón, y al mismo tiempo elevaba el espíritu

-No tenemos un plan concreto - continuo diciendo -Viajaran sin rumbo. Dos naves saldrán de aquí, tenemos la esperanza de que cada una encuentre un planeta, un hogar- mientras eso decía, enormes mantas descubrían las naves.
-Esto, esto es muestra esperanza. Nuestro futuro.-

Un leve silencio lleno el lugar. Nos mirábamos unos a otros tratando de adivinar quienes serían nuestros compañeros.

-Salven a la humanidad y no comentan los mismos errores. Quienes nos quedamos, haremos lo posible por salvar la tierra. Lleven en sus corazones el recuerdo más valiosos para ustedes y busquen vivir, encuentren un hogar y sean felices-  los militares nos dividían para ir a las naves, misma cantidad de hombres y mujeres debían salir de órbita y avanzar hacia el futuro.

-Que Dios los bendiga y los guíe - finalizó diciendo.

- Anastasia Ivanov, nave Aurora. Cabina 36. Dmitri Petrov, nave Aurora, cabina 36. - dijo el guardia mientras otro me emparejaba con el joven.

-Seran padres de 3 hijos, dos deben ser mujeres fértiles, y un varón. Llevan en ustedes el poder de crear y el poder de criar. Hagan lo que tengan que hacer y sobrevivan-

Mire al joven quien me miraba atonito. Tragamos saliva y entramos a la cabina 36.
Nadie dijo nada durante el despegue.

sombra estelar ✓ [Un Viaje Por Las Estrellas. Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora