La calma en la cabina se desvaneció repentinamente cuando un fuerte estruendo sacudió la nave. Las luces de emergencia parpadearon, bañando la habitación en un resplandor rojo intermitente. Dmitri se despertó de inmediato, su cuerpo en alerta mientras intentaba entender la situación. La gravedad artificial parecía fluctuar, haciendo que los objetos flotaran momentáneamente antes de caer de nuevo con un golpe seco.
—¿Qué está pasando? —pregunté, mi voz temblando mientras me aferraba a la cama. Podía sentir el latido acelerado de mi corazón, cada pulsación amplificando mi miedo.
Dmitri se levantó rápidamente, su expresión grave. —Parece una emergencia real esta vez. —Su tono era firme, pero pude ver la preocupación en sus ojos, una sombra de duda que no había visto antes.
El zumbido constante de los sistemas de la nave parecía más ensordecedor ahora, como un eco de la tensión que llenaba el aire. Los altavoces emitieron una advertencia urgente, su sonido estridente reverberando por los pasillos metálicos.
—¡Alerta! ¡Alerta! Fallo crítico en los sistemas de soporte vital. Procedan inmediatamente a las cápsulas de escape.
Dmitri me miró con determinación. —Tenemos que movernos, Ana. Ahora.
Me tomó de la mano y me llevó hacia la salida, nuestros pasos resonando en los pasillos estrechos de la nave. Esquivábamos cables sueltos y escombros que caían del techo mientras nos acercábamos a las cápsulas de escape. La atmósfera era sofocante, con el aire llenándose de un humo acre que irritaba mis pulmones.
El acceso a las cápsulas estaba bloqueado por una puerta sellada. Dmitri maldijo en voz baja y se dirigió a un panel de control cercano, sus dedos moviéndose con urgencia sobre los botones. Podía ver el sudor perlado en su frente, cada gota reflejando la luz roja intermitente.
—Vamos, vamos... —murmuraba, tratando de abrir la puerta. Su voz era un hilo de esperanza en medio del caos.
El sonido de metal retorciéndose y explosiones distantes llenaban el aire, creando un ambiente de desesperación palpable. Cada segundo que pasaba nos acercaba más a un destino incierto y aterrador. Podía sentir la vibración bajo mis pies, como si la nave misma estuviera luchando por mantenerse entera.
Finalmente, la puerta cedió con un chirrido, revelando el camino hacia las cápsulas de escape. Dmitri me empujó hacia adelante. —Entra rápido.
Me detuve un momento, mirándolo a los ojos. —¿Y tú? —pregunté, el miedo palpable en mi voz.
—Voy a asegurarme de que la nave no explote antes de tiempo. —Su voz era firme, pero sus ojos reflejaban una mezcla de determinación y amor—. Confía en mí.
Asentí, aunque mi corazón se resistía a dejarlo. Me metí en la cápsula de escape, sintiendo una mezcla de alivio y terror. Dmitri cerró la puerta detrás de mí y se volvió hacia el panel de control.
Desde la ventana de la cápsula, lo vi trabajar frenéticamente, sus movimientos precisos y desesperados. Sabía que estaba haciendo todo lo posible para asegurarse de que yo estuviera a salvo, pero el miedo de perderlo era casi insoportable.
De repente, otra explosión sacudió la nave y la cápsula se lanzó al espacio. Grité, mi cuerpo presionado contra el asiento por la fuerza del lanzamiento. A través de la pequeña ventana, vi cómo la nave madre comenzaba a desintegrarse, fragmentos de metal y fuego dispersándose en todas direcciones.
El silencio del espacio exterior me envolvió, un contraste espeluznante con el caos que había dejado atrás. Las lágrimas corrían por mis mejillas mientras observaba impotente cómo la nave que había sido nuestro hogar se convertía en escombros. La vastedad del cosmos se extendía ante mí, infinita y desoladora, un recordatorio cruel de la fragilidad de nuestra existencia.
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sombra estelar ✓ [Un Viaje Por Las Estrellas. Libro 1]
Science FictionEn un futuro devastado por la muerte de la Tierra, solo los más fuertes y sanos han sido seleccionados para una última oportunidad de supervivencia. Bajo el mando de Putin y su gobierno, los jóvenes elegidos abordan la nave espacial Aurora, emprendi...