Capítulo 9

349 47 0
                                    

Al día siguiente, Ohm se levantó pronto en Alihreza, lo besó en la frente y se fue a su despacho a trabajar.

Fluke se quedó en la cama, sintiéndose como un tonto por haberse rendido la noche anterior. Su inteligencia había brillado por su ausencia. En aquel momento, se estaba dando de cara con la realidad: se estaba enamorando de Ohm. Lo que había empezado como una simple atracción se había transformado en algo mucho más intenso. En el instante en que le había ofrecido la oportunidad de quedarse y convertirse en un esposo, había aceptado el ofrecimiento sin esperar a escuchar las otras opciones. Se llevó las manos frías al rostro y gruñó.

Había aceptado seguir casado con un hombre que no lo amaba y que probablemente nunca lo amara. Era un hombre que ya conocía los límites de un matrimonio de conveniencia y cuyo único interés era quedarse con la custodia de sus futuros hijos. Esa era la verdad a la que no quería enfrentarse. El objetivo primordial de Ohm era quedarse con sus herederos en Zenara y criarlos en su casa. Él no era más que una incubadora, no alguien con ideas y necesidades propias. Siendo realista, Ohm estaba dispuesto a cualquier cosa con tal de que se quedara en Zenara. ¿Y qué presagiaba eso de su futuro y de su felicidad? ¿Sería capaz de conformarse?

– Por supuesto que no puedes conformarte – le dijo su hermano por teléfono, una hora más tarde. – En unas semanas iré a verte.

– ¡Los billetes de avión a Zenara cuestan una fortuna! – le advirtió Fluke a su hermano gemelo.

– El dinero ya no es un problema para mí. Tenemos mucho de qué hablar. Estoy empeñado en resolver de una vez por todas los problemas de papá y mamá, y no me importa los sacrificios que tenga que hacer con tal de conseguirlo.

– Si te supone un sacrificio, no estoy tan seguro – dijo Fluke y suspiró. – Oh, Earth, ¿de verdad odias ese trabajo?

– No es un trabajo al uso. Ya te lo contaré cuando te vea. Cara a cara es mejor.

Pero las semanas fueron pasando y Earth no pudo ir. Primero porque cayó enfermo y no quiso que su hermano fuera a visitarlo en Italia, lo cual le dolió, pero lo aceptó. Después, porque le dijo que no le apetecía viajar ni recibir a nadie en su casa y eso también tuvo que aceparlo. Por primera vez, su hermano parecía estar pidiendo espacio. Tal vez aquello formaba parte del proceso de madurar y hacerse independiente, razonó preocupado, y decidió dejar que Earth se forjara su propio camino.

Entretanto, la vida continuó en Zenara. Fluke pudo satisfacer la curiosidad que sentía por el primer matrimonio de Ohm porque empezó a tratarlo con más confianza.

– El sentimiento de culpa después de la muerte de Fadith fue una gran carga – le contó Ohm unas semanas más tarde, acariciándole el vientre mientras estaban tumbados en la cama. – Lo cierto es que fue un matrimonio muy triste para ambos. Fadith nunca consiguió lo que quería, ni un hijo ni convertirse en reina.

– ¿Por qué era tan importante para ella? – preguntó Fluke. – Entiendo que quisiera tener un hijo sobre todo teniendo en cuenta que tenían que dar un heredero al trono, pero no acabo de entender por qué era tan importante para ella llegar a ser reina.

– Porque esa es la razón por la que se casó conmigo. La posición social significaba mucho para ella y para su familia.

– No entiendo ese afán.

– Eso es porque eres diferente, maravillosamente diferente –afirmó Ohm y rodó sobre él. – Fadith nunca me amó, nunca me quiso por mí. Lo dejó muy claro con el apasionado romance clandestino que tuvo con uno de los amigos de su hermano antes de que nos casáramos. El hombre murió en un accidente de coche y decidió que nunca más volvería a enamorarse. Por eso accedió a casarse conmigo.

Los planes del Rey Donde viven las historias. Descúbrelo ahora