Ecos de lo que callamos

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3 de diciembre del 2024

POV Danny :

Si alguien me preguntara cómo llegamos aquí, no sabría qué responder. Las cosas no siempre tienen una explicación clara. Una palabra mal dicha, un secreto que se guarda demasiado tiempo... Y cuando menos te lo esperas, todo lo que tenías empieza a desvanecerse en algo irreconocible.

Hoy es 3 de diciembre. Sé lo que significa. No necesito que nadie me lo recuerde porque llevo contando los días desde que nos conocimos, Atenea y yo. Siete años. Siete años de risas, secretos... y ahora, más silencios que nunca.

Estoy en la entrada de la escuela, apoyado contra la pared con las manos en los bolsillos. Es temprano, pero el frío no logra despejar mi mente. Mis pensamientos están demasiado desordenados.

Anoche no pude dormir. Daba vueltas en la cama, dándome vueltas a la idea de qué hacer hoy. ¿Debería decir algo? ¿O esperar a ver si ella lo menciona? No tengo ni idea de lo que espero, pero siento que algo tiene que pasar.

Entonces la veo. Atenea. Siempre tiene esa forma de caminar, como si no se dejara atrapar por el mundo que la rodea. Aunque sé que lleva más peso del que deja ver. Me quedo quieto, sin saber si la quiero ver más cerca o si prefiero congelar este momento para siempre.

—¡Hey, Atenea! —la saludo, levantando una mano de manera casual.

Ella se detiene un instante, y luego me responde con un "Hola, Danny", en un tono mucho más tranquilo de lo que esperaba. Mientras se acerca, noto algo en su mirada: cansancio y algo más que no logro identificar.

—¿Estás bien? —le pregunto, rompiendo el silencio.

—Sí, solo un poco cansada —responde. No le creo del todo. He aprendido a leer más allá de sus palabras. Sus ojos siempre dicen más que lo que su boca se atreve a decir.

Comenzamos a caminar juntos hacia el aula. Cada paso parece arrastrar una carga invisible. No sé si la tensión entre nosotros es lo que pesa, o si es simplemente la culpa que siento, cada vez más fuerte, por todas las palabras que no he dicho.

Mientras caminamos, me pregunto si hoy será el día en que finalmente hablemos de todo esto. Pero esa voz en mi cabeza me recuerda que hablar no es tan fácil. Hay cosas que he callado, cosas que sé que podrían romper lo que queda de nosotros... y tal vez lo que queda ya está roto, pero no me atrevo a aceptarlo.

—¿Sabías que hoy... es nuestro aniversario de amistad? —su voz interrumpe mis pensamientos.

Me detengo, no por haberlo olvidado, sino porque no esperaba que lo mencionara. Durante los últimos meses, hemos hablado de todo, menos de nosotros.

—Claro que lo sé. ¿Cómo podría olvidarlo? —respondo con una sonrisa que intento que suene sincera, pero no estoy seguro de que lo consiga.

Ella me mira unos segundos, como si intentara leer algo en mí, pero no dice nada más. Simplemente asiente y seguimos caminando.

En mi cabeza hay un millón de cosas que quiero decirle. Quiero preguntarle si de verdad está bien. Quiero decirle que la extraño, incluso cuando está justo a mi lado. Quiero confesarle que sé que le fallé, aunque ni siquiera sé cómo arreglarlo.

Pero no digo nada. Solo seguimos caminando en silencio, y me pregunto si algún día encontraremos el valor para decir lo que realmente sentimos.

Cuando nos detenemos frente a las aulas, Atenea se gira hacia mí. Es el momento en que cada uno debe ir por su camino. Yo soy del grupo A, ella del B. Es curioso cómo algo tan sencillo, como ir a clases diferentes, parece simbolizar la distancia que hay entre nosotros.

Mi vida sin tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora