Mi vida sin ti

Sombras del invierno

Pov: Danny

1 de marzo

Verla después de tanto tiempo fue... inesperado. No porque pensara que nunca más la vería, sino porque no estaba preparado para lo que sentí cuando nuestros ojos se encontraron.

Atenea se veía distinta. No físicamente, aunque algo en su postura, en la forma en que sonrió al verme, dejó claro que algo había cambiado. No era la sonrisa de siempre, esa que conocía mejor que la mía propia. Era una sonrisa tranquila, sin rastros de todo lo que habíamos sido.

No sé qué esperaba. Tal vez un atisbo de duda en su mirada, una señal de que seguía ahí, en algún rincón de sus pensamientos. Pero no la encontré. Lo único que vi fue certeza.

—Hola, Danny. —Su voz sonó casual, como si no hubieran pasado tres meses desde la última vez que hablamos, como si el invierno no se hubiera llevado todo con él.

Mi respuesta fue automática, una pregunta que no sé si realmente quería hacer:

—¿Cómo estás?

—Estoy bien. —Y lo dijo con tanta seguridad que no me dejó espacio para dudarlo.

Ese "bien" me pesó más de lo que pensé que lo haría. Porque significaba que había seguido adelante, que mi ausencia no dejó grietas en su vida. Y, en el fondo, supe que tenía razón. Yo había sido el que se quedó atrapado en el invierno, en la sombra de lo que fuimos.

No hubo nada más que decir. Asentí y me alejé, con la sensación de que algo terminaba realmente en ese momento.

Pero mientras caminaba hacia mi clase, no pude evitar preguntarme: si ella logró seguir adelante... ¿Por qué yo no?

Las clases transcurrieron con una lentitud insoportable. Las palabras del profesor se mezclaban en mi cabeza sin sentido, mi mente regresaba constantemente a la imagen de Atenea, a la forma en que sus ojos me miraron sin la sombra de lo que éramos antes. Intenté concentrarme, pero era imposible.

En el almuerzo, me dirigí al patio, esperando encontrar un poco de aire fresco que despejara mis pensamientos. Me apoyé contra una pared, observando el ir y venir de los demás estudiantes. Entonces la vi de nuevo.

Atenea estaba con un grupo de amigos. Reía. No de esa forma forzada, sino con una risa genuina que hacía que sus ojos brillaran. Y a su lado estaba él. Lucas.

No debería haberme sorprendido verlo allí. Había escuchado su nombre en conversaciones ajenas, rumores sobre cómo él y Atenea se habían acercado en los últimos meses. Pero una cosa era oírlo, y otra muy diferente era verlo en persona.

Él le decía algo en voz baja y ella sonreía. No de la forma en que me sonreía a mí, no de la manera en que solía hacerlo cuando éramos inseparables. Pero aun así, dolió.

Aparté la mirada antes de que la punzada en mi pecho se hiciera más fuerte. No tenía derecho a sentirme así. No después de todo lo que pasó. No después de cómo dejamos que todo se desmoronara sin hacer nada al respecto.

El resto del día pasó como un borrón. Me sumergí en la rutina, en la monotonía de las clases y los pasillos llenos de voces que no me importaban. Pero en el fondo, una sola idea no me dejaba en paz.

Si Atenea logró seguir adelante sin mí... ¿Por qué yo sigo sintiéndome atrapado en el pasado?

¿Por qué siento que todo está mal?

Pov creadora:

Para entender cómo llegamos hasta aquí, necesitamos retroceder. En los próximos episodios, iremos al pasado para ver los momentos clave que marcaron la historia de Atenea y Danny. Veremos los detalles de su amistad, los momentos que los unieron y, sobre todo, aquellos que los separaron. Porque algunas heridas no aparecen de la nada, y algunos finales empiezan mucho antes de que nos demos cuenta.