ELLA ES DIFERENTE 1/2

1.1K 46 3
                                    


Un día mas de escuela, mierda, como odio ese lugar, me arruina la mañana entera. De todas formas me levanto y arrastro mis pies hasta la ducha.

-Yoko apúrate!!! - grita mi madre desde la puerta.

-Ya voy - dije irritada.

Me puse una falda, con una camisa justa a mi cuerpo y bien abierta para que se me viera un lindo escote. Me sequé el cabello y me maquillé un poco. ¡Mierda! Tenía que preparar el trabajo de ciencia, y lo había olvidado por completo. Era muy largo, no me alcanzaba el tiempo. Tomé mi mochila y bajé las escaleras, un poco preocupada. Me subí al auto y me fuí. Ya tenía casi 21 años, por lo que verán, sí, reprobé.... algunos añitos.

-Yoko- dice Marissa

Sonreí muy entusiasmada. Marissa es una de mis mejores amigas, los demás eran una bola de hipócritas, pero las fiestas eran divertidas, así que.... lo toleraba. Comenzó a contarme todo lo que hizo en las vacaciones, y en el camino llegó Sam, era pequeña y muy tierna, éramos como las tres mosqueteras. No, eso sonó muy bobo, olvídenlo. Seguimos caminando hasta los casilleros, muchos me saludaban y yo solo sonreía de lado. Como odio este lugar. Todos comenzaron a hablar del trabajo de ciencia.

- ¿Lo hiciste? - preguntó Sam asustada.

A veces podía ser muy inocente, era muy adorable en ella.

- Nop- dije quitándole importancia al asunto.

Había unos chicos nuevos, eran dos hombres y una chica. Parecían bastante asustados, hicieron que me riera energéticamente. La chica parecía toda una diva empoderada, tal vez nos podríamos llevar muy bien, o... demasiado mal para decir verdad.

Mierda, llegó el docente. Como me alteraba los nervios, parecía un científico loco, la bata siempre tenía dos tallas más grandes que la real, y andaba subiendo el pantalón todo el tiempo. Su cabello era largo, en muchos tonos grises. Explicaba tan lentamente, que creo que ni él mismo se entendía. Ya quería irme, contaba los minutos para salir corriendo de ahí. Sam lo miraba fingiendo atención, Marissa jugaba con el teléfono, Yo no sabía si ponerme los audifonos, o dormir en el asiento. Opté por la primera opción. Después de los minutos más largos de mi vida, sonó la campana.

-Al fin!!!! - dije en voz alta, haciendo que el profesor me mirara de mala gana.

La verdad no me interesaba, su clase era jodidamente aburrida. Me levanté y fui la primera en salir. Abrí un botón más a mi camiseta, tenía ganas de divertirme un rato. Me senté en la cafetería, y sentía varias mierdas en mi, era de costumbre. Uno de los más populares se sentó a mi lado, no conversamos mucho y fuimos a una parte bastante apartada de los demás en el patio de descanso. Me tomó torpemente y empezó a besarme. ¡ Yo quería divertirme!! Un perro besaba mejor que... no tengo idea de su nombre, pero no importaba, no lo necesitaría.

-¡Jóvenes! - dijo una voz femenina bastante firme, - ¡Esto no está permitido en la institución!-

Nos separamos, y la vi de pies a cabeza. Mierda, esta mujer salió una caricatura... pero +18. Tenía el cabello largo cayendo por sus hombros en ondas extensas, unos ojos marrones increíbles. Unos labios carnosos y rojos... que mierda hacía yo estudiando así!! , espero no haber tenido una cara de idiota.

-¿Tengo que ir a dirección? - dije de mala gana.

-Es solo una llamada de atención- dijo con una mirada severa. -Pero tendrán su castigo-

-Con gusto- dijo este tipo babeando por aquella mujer.

Lo miré con repulsión, pero ella era... no, nada, era un cerdo. Negué con la cabeza molesta, y me arreglé el cabello. Dijo que podíamos irnos a nuestras respectivas clases y así lo hicimos. Entré a la mía, sentándome en el mismo lugar de siempre, al lado de mis dos amigas.

Faltaba una hora y media para irme a casa. Todos hacían un escándalo que me hacía doler la cabeza, parecían animales salvajes. La chicas gritaban cada vez más para poderse escuchar, los chicos ríen fuertemente, sentados en la mesa del pupitre, lanzando papeles.

-Hoy habrá una fiesta de inicio de clases, ¿vienes?- dijo sonriente un chico de mi clase.

-Claro, ahí estaré- dije sin mirarlo a los ojos.

Tengo atención dispersa, podía ver lo que pasaba en el pasillo, y prestarle atención a lo que hacían en el patio, me distraía con mucha facilidad. Escuché unos tacones acercarse, tenía el compás de una modelo de pasarela. Me fijé el horario, era literatura, la verdad, era mi materia favorita, pero era un placer culposo ya que nadie más entendía lo mucho que amaba leer. Fruncí el ceño al recordar que el maestro de la gestión pasada era uno con lentes, calvo, y panzón. A menos que se haya vuelto travesti, dudo mucho que sea él. Entró y mi mandíbula cayó inconscientemente.

-Buen día jóvenes- dijo seriamente.

ENSEÑAME LO QUE ES AMAR ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora