HAZME TUYA

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-¿No quieres pasar?, hasta que se pase la tormenta-, realmente no me quedaba de otra que aceptar, odiaba manejar cuando habian tormentas. Así que asentí y entramos corriendo a su casa.

Cuando entramos trate de prender la luz pero no funcionaba.

-Faye.... - un poco asustada -No...funciona.

-Joder... - susurró.

Me tomó de la mano y sacó su celular,
para iluminar el camino. Llegamos a
la cocina, pero las luces tampoco se
prendían.

Mierda..seguramente era por la lluvia.

-En el primer cajón hay velas - soltando
mi mano.

Lo abrí y las saqué. Ella trajo un
candelabro y un encendedor. Joder que
hacía frío. Necesitaba darme una ducha
caliente, o al menos tener la calefacción.

- Vamos a cambiarnos -, toma mi mano y me dirige a la que era mi habitación
,y se sentó en la cama.

-Tú primero - pasándome el
candelabro.

Lo tomé y me acerqué al ropero.
Joder...era raro que me sintiera
absolutamente excitada en estos
momentos? Cerré los ojos fuertemente
y negué con la cabeza. Tomé un poco de
aire y dejé en candelabro en el tocador.

Me amarré el cabello, y abrí el ropero.
No tenía idea de que me pondría, y
menos delante de Faye. Saqué
un canguro bastante caliente, y unos
pantalones deportivos. Los estiré en la
cama, detrás de Faye. Mierda...la
verdad con verla, sólo lograba excitarme más. Me sentía como un pobre chico adolescente, con unas ganas locas de hacer mía a la sexy chica que estaba en la cama.

-Podrías ayudarme - de golpe - Es
que...mis manos están entumecidas.

-Ah...amm...claro - nerviosa.

Lo siento, pero ya no podría aguantarlo
por mucho tiempo. Me paré delante de
ella, traía las piernas juntas, así que
mis rodillas chocaban con las suyas.
Su nerviosismo entorpeció su tacto, y
tardó bastante en desabotonar el primer botón de mi camisa. Aclaró su garganta.

Veía tan sólo su perfil por la tenue luz
que nos proporcionaba la vela, y se veía
increíblemente comestible. Bajó ya al
tercer botón y tragó en seco, ya que ya
podía verse mi piel.

-Gracias - susurré cuando llegó al
último.

- De...de nada - dijo arreglándose el
cabello.

Sonreí de lado y no pude evitarlo más, me acerqué a besarla. Sentí sus labios húmedos, particularmente dulces. Pasé la punta mi lengua por ellos, para saborearlos mejor. Puso suS manos en mi cintura, y yo metí una de mis piernas entre las suyas. Sentía como en todo mi cuerpo subía la temperatura.

Entrelacé su lengua con la mía, llenándome de su cálido aliento. Hice que se recostará torpemente, estaba nerviosa. Presioné mi muslo en su entrepierna, escuchando su melodioso gemido.

Bajé mis manos y fui subiendo la camisa que traía, lentamente. No me frenó, así que era una muy buena señal.

Me senté encima de ella, y acabé de sacarle la polera. Me quedé unos segundos estupefacta...era...mejor de lo que tanto me había imaginado. Soltó una risilla y se mordió los labios. Me sacó la camisa de un tirón y la lanzó por ahí. Se incorporó un poco, poniendo una mano detrás de mi cuello, uniendo nuestros labios,derritiéndome una vez más.

Me tomó de la cintura, haciendo que yo
acabara debajo de ella. Desabrochó mi
pantalón. Mi corazón latía a mil por hora, la excitación me hacía estremecer por completo.

Sentí sus labios encima de mi
cuello, lo mordió, haciendo que jadeara
fuertemente. Bajó un poco más y volvió
a morderme. Joder...me dejaría marcada.

Recorrió a la altura de mi clavícula, y
volvió a morderla.

-Aaahhh... - gemí.

Clavé mis uñas en su espalda, y escuché
sus jadeos. No pude evitar pensar que alguien más les había hecho exactamente lo mismo, y volví a hacerlo con más fuerza.

Empezó a besar mi vientre, y sus
largos y hermosos cabellos me hacían
cosquillas en el resto de mi cuerpo. Se
deshizo de mis pantalones, de un tirón,
era un poco agresiva, pero me encantaba.

Me armé de valor, e hice a un lado todo el adormecimiento que sentí en el cuerpo.

Me deslicé en la cama, y volví a tumbarla, que acaba debajo mío. Me miró un poco sorprendida, y sonrió.

-Me encantas - susurró.

Sonreí y besé sus labios con sed de su
sabor. Bajé por su cuello, legando a
su brasier, y sonreí juguetonamente.

Encorvo su hermoso cuerpo, dándome
paso para que lo desabrochara. Se
lo saqué lentamente, observando su
hermoso cuerpo. Me acomodé el cabello a un lado, y empecé a besar sus perfectos pechos. Pasé la punta de mi lengua por sus pezones, rodeándolos, saboreándolos.

-Ooooh... - jadeó rasgando mi espalda -
Yoko....

Sonreí al escuchar mi nombre
jadeante de sus labios. Bajé mis manos,
desabrochando sus jeans, y deslizándolos suavemente por sus largas piernas.

Vi la hermosa tanga negra que traía y me mordí los labios. Me acomodé encima de ella, y acaricié su cuerpo, de principio a fin, deleitán dome con esa clase de perfección. Me miraba con un brillo diferente, con...fuego en las pupilas.

Quería hacerlo...tanto como yo. Se
incorporó abrazando mi cuerpo contra
el suyo, me sacó el brasier demasiado
rápido..era entendible, no tenía con que
llenarlos.

- Te quiero

No dije nada.

Besó mi cuello lentamente, haciendo
que volviera a gemir. Empecé a
mover mis caderas contra las suyas
inconscientemente, simplemente quería que me haga suya.

- Estas...lista? - dulcemente.

Sonreí de lado.

-Hazme tuya... - susurró.

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