I'm The Drama [𝐖𝐈𝐍𝐑𝐈𝐍𝐀]

Te amo

Aeri, Yuta y Taemin acompañaron a ambas jóvenes hasta el departamento de la menor, pero una vez allí se despidieron con cariño y las dejaron solas. En el momento en que enteraron Karina llevó a Winter hacia el sofá y la sentó allí, alzando su blusa para ver el leve moretón del golpe de Jongin.
Su labio se había vuelto a partir, pero cuando quiso levantarse a buscar algo para curarla Minjeong la detuvo tomándola por el saco de vestir. Jimin la observó con cierto temor, sabía que debían hablar de muchas cosas, pero no quería hacerlo. Su mente estaba atosigada en ese instante, no dejaba de recordar con terror las miradas de los estudiantes sobre ella, la idea de que la barista haya visto su video con Jongin también la perturbaba, las palabras del muchacho sobre Winter habiendo matado a alguien... Todo era demasiado, y su corazón no se sentía capaz de soportar ninguna charla en aquel momento.

La mayor de repente se levantó, y sin decir nada tomó el rostro de Karina y juntó sus labios en un beso suave, amoroso, y repleto de sentimientos. Los brazos de la menor rodearon la cintura ajena y Minjeong jadeó ante la delicadeza con la que la sujetaba, casi como si tuviera miedo de que se rompiera si la apretaba más.
El aire faltaba de vez en cuando, pero ambas solo se alejaban un segundo y luego volvían a buscar los labios de la otra, sus lenguas habían comenzado a jugar entre ellas entrelazadas, generando sonidos húmedos y gemidos en la mayor sobre todo.

—¿Por qué aún no me mandaste a la mierda? —murmuró la barista sin abrir los ojos, Karina aprovechó eso para darle un último pico y luego comenzar a besar su mandíbula despacio.

—Podría preguntarte lo mismo a ti... —le respondió mientras sentía como se aferraba a su ropa por las húmedas atenciones en su piel.

—T-Tú no mataste a nadie, Jimin... —gimió por una mordida repentina y tomó aire para seguir hablando—. Estoy molesta porque me mentiste sobre algo que podrías haberme dicho y haberlo hablado. Pero tú... Tú deberías sentir miedo de tenerme cerca, Jimin.

—¿Entonces es cierto? —Se alejó para mirarla a los ojos, Minjeong tembló por su mirada—. ¿Mataste a alguien?

Las manos le temblaron mientras las imágenes iban a su mente una tras de otra, la sangre, sus manos ahorcando el cuerpo malherido, su llanto luego de lo acontecido.

—Lo hice —Su respiración se había vuelto muy acelerada, Jimin identificó que estaba por tener un ataque de pánico, por lo que la abrazó más fuerte y buscó su rostro para juntar sus frentes—. Pero se lo merecía, él... Él mató a mi familia. Su puta negligencia los mató, por manejar borracho todos murieron y él sobrevivió, no era justo, así que... Me hice cargo yo misma —Las lágrimas bajaban una tras otra por sus mejillas—. En esa época estaba metida en ambientes muy oscuros, drogas, mafiosos... Así que no me costó conseguir contactos, y finalmente pedí ayuda a Jeran y sus hombres para encontrarlo, y luego para que me ayudaran a que la policía no me descubriera. Por eso les debo tanto dinero.

Karina le acarició las mejillas para secar sus lágrimas y besó su nariz dulcemente.

—No te tengo miedo. —murmuró con cariño.

—Deberías... No soy la misma desde que hice eso, Rina, yo... No tengo control. Cuando Jongin te hizo llorar en tu casa yo lo habría matado, te juro por Dios, y hoy iba decidida a hacerlo, no tenía ni la menor duda.

—Eso no hace que te tenga miedo, porque sé que jamás me harías daño a mí —Minjeong abrió grande los ojos y negó muchas veces, pero Jimin detuvo su rostro y la miró con seriedad—. Pero debes controlar un poco esos impulsos, o pensarlo al menos, porque si Aeri y yo no hubiésemos estado allí no creo que Jongin y sus amigos te hubieran tenido piedad, ¿Y si un día te matan a ti por esos arranques? Eso no quiero que pase, no, no quiero perderte Minjeongie.