𝐑𝐞𝐟𝐥𝐞𝐣𝐨𝐬 𝐞𝐧 𝐞𝐥 𝐒𝐢𝐥𝐞𝐧𝐜𝐢𝐨

La carta

Hoy, mientras el sol se desvanece en el horizonte y las sombras se alargan, me encuentro escribiendo estas palabras con un corazón pesado y una esperanza frágil. No sé si esta carta llegará a tus manos antes de que cruces el umbral hacia el otro lado, pero necesito expresar lo que siento.

La pluma tiembla en mis dedos mientras intento encontrar las palabras adecuadas. ¿Cómo describir la magnitud de mi amor por ti? ¿Cómo transmitir la profundidad de mi dolor al saber que pronto estarás fuera de mi alcance?

Tú, que has sido mi faro en las noches más oscuras, mi refugio en las tormentas, mi razón para seguir respirando. No puedo imaginar un mundo sin tu risa, sin tus ojos que brillan como estrellas, sin tus manos entrelazadas con las mías.

Prometiste regresar a tu mundo, y aunque eso signifique que nos separaremos, sé que es tu destino. No puedo ser egoísta y pedirte que te quedes. Pero antes de que cruces esa frontera, quiero que sepas cuánto significas para mí.

Eres mi musa, mi confidente, mi todo. En cada palabra que escribo, en cada latido de mi corazón, estás presente. No importa si estás a mi lado o a miles de kilómetros de distancia; siempre serás parte de mí.

Así que aquí estoy, dejando que las lágrimas manchen el papel. No puedo evitar preguntarme si en tu mundo también habrá un lugar para mí. ¿Recordarás nuestros momentos juntos? ¿Sentirás mi ausencia como yo sentiré la tuya?

Quizás en algún rincón del universo, nuestras almas se cruzarán de nuevo. Y cuando eso suceda, quiero que sepas que mi amor por ti trasciende el tiempo y el espacio. Siempre serás mi amor eterno.

Hasta entonces, te envío un último beso en el viento. Que encuentres paz en tu viaje y que nunca olvides que aquí, en este mundo efímero, alguien te ama con todo su ser.

Con amor y gratitud,

[...]

P.D. Si alguna vez extrañas el sabor de la lluvia en tus labios, piensa en mí. Porque en cada gota, encontrarás un pedacito de mi alma esperando por ti.